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Cómo se vota en los Oscar y por qué beneficia una posible victoria de “Coda”

La protagonista de 'Coda', una joven que es la única persona que escucha en una familia sorda

Javier Zurro

elDiario.es —

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Las casas de apuestas en Hollywood están que arden. Desde hace meses parecía claro que El poder del perro estaba destinada a arrasar en los Oscar. La crítica se había rendido a sus pies, había triunfado en los premios previos. Los Globos de Oro y los BAFTA también la habían elegido como la mejor película del año. Sin embargo, desde hace una semana varios gurús de los premios de la Academia de Hollywood empiezan a apostar por el sorpasso de Coda, la película de Sian Heder que cuenta la historia de una familia de sordos con un único miembro, una hija, que puede escuchar y que decide apuntarse a un coro.

Un filme que ha emocionado a los votantes, algo que se ha comprobado en su victoria en los premios del Sindicato de Actores y del de Productores, donde venció a la favorita, El poder del perro. Estos dos galardones son fundamentales, especialmente este último, ya que su forma de votar es la misma que en la categoría de Mejor película en los Oscar. La ganadora del premio gordo de la noche no se elige de forma tradicional. Los académicos no votan una película, la que quieren que gane, sino que se vota mediante el método de voto preferencial, lo que favorece la victoria de películas de consenso entre los académicos y perjudica a aquellas que han dividido al público.

Para entender por qué Coda puede ganar y por qué muchos están vaticinando esta victoria es fundamental entender este extraño método con el que se elige solo esta categoría. Todos los académicos colocan todas las nominadas a Mejor película en orden de preferencia, del 1 al 10, siendo la 1 su favorita y la 10 la que menos les ha gustado. Si en un primer recuento una película obtiene mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos), ya hay ganadora. En caso contrario, se eliminaría de la contienda a aquella película que haya tenido menos números 1 en la votación. Por tanto, en las papeletas en las que esta película estaba en primer lugar, ahora tienen un nuevo título en ese primer puesto (la que antes estaba segunda).

Se vuelven a contar todas, y al haber eliminado un título, los resultados del recuento van variando. Si en esta segunda votación tampoco hay una mayoría, se repite el proceso y se elimina a la que menos números 1 tenga en esta segunda ronda. Así, se van eliminado películas hasta que una película obtenga esa mayoría absoluta de votos. Eso provoca que aquellas películas que han dividido mucho a los académicos tengan muy complicada la victoria. Si, por ejemplo, El poder del perro ha polarizado, muchos la colocarán en primer puesto, pero muchos en los últimos sitios de sus papeletas, provocando que tenga difícil sumar el número necesario para ganar el Oscar.

Por el contrario, una película que tenga una buena base de fans como para pasar la primera criba y que haya conquistado a casi todos estará colocada muy arriba en todas las papeletas y sumará muchos votos según se vayan eliminando otras propuestas. Esto puede ocurrir perfectamente con Coda, que tiene elementos que ya hemos visto en otras ocasiones. Por ejemplo, el año de la victoria de Green Book frente a Roma. Se enfrentaban dos filmes del mismo estilo. Una propuesta de autor (y de Netflix), frente a un filme que emocionaba y lleno de buenos sentimientos. 

La victoria en el Sindicato de Productores, donde se usa la misma forma de votar, indican que el voto preferencial favorece a Coda. A esto se añade la campaña masiva que ha hecho Apple por la película en los últimos meses y la condición de favorita de El poder del perro, lo que también le perjudica, ya que cualquier académico que quiera hundir sus opciones solo tiene que colocarla en el número 10 en su papeleta.

Estadísticas contra 'Coda'

Aunque el sistema de votación favorezca a Coda, hay otras estadísticas que perjudican su candidatura y benefician la opción de El poder del perro. Por ejemplo, su bajo número de nominaciones. Solo tres. Muchos creen que podría ganar en las tres, pero es extraño que una película que no ha sido reconocida en otros apartados venza a pesos pesados como el filme de Campion. Ni siquiera en terrenos que podrían ser beneficiosos, como Mejor canción original, donde se quedó fuera. Hay que remontarse a 1932 para encontrar un filme con tan pocas nominaciones que lograra el Oscar. Fue Grand Hotel, pero en aquella década había la mitad de candidaturas.

Otro de los datos que juegan en su contra es su ausencia en la categoría de Mejor dirección. Solo cinco películas ganaron el Oscar sin estar nominado su director: Alas, Grand Hotel, Paseando a Miss Daisy, Argo y Green Book. Muchos están comparando el caso de este año con el de Green Book. En aquella ocasión, una película de Netflix llegaba a la gala tras arrasar entre los premios de la crítica y habiendo perdido solo un precursor importante, el de los productores. Ese premio es uno de los que ha ganado Coda, que además cuenta con el respaldo de los actores (ganó el premio al Mejor reparto en los galardones de su sindicato).

Otro dato que no beneficia a Coda es el que dice que si no estás nominado a Mejor montaje no ganas el Oscar. Solo Birdman (que era un falso plano secuencia) lo ha logrado en los últimos 30 años. Nunca lo ha logrado una película sin esas dos nominaciones, la de dirección ni la de montaje. Coda no es candidata en ninguna de ellas, pero últimamente las estadísticas de los Oscar se rompen con más facilidad. Sería, además, como reinterpretación que es de la película francesa La Famille Bélierel, el segundo remake en toda la historia en lograr el premio gordo de la noche tras Infiltrados, la película de Martin Scorsese que era una versión del filme Infernal Affairs.

Precisamente ese año (2007) se vivió una situación bastante parecida. Infiltrados ganó finalmente el Oscar a la Mejor película, mientras que muchos pensaban que lo lograría Pequeña Miss Sunshine, que se había llevado hasta ese momento los premios del Sindicato de Productores, el de reparto de los actores y el de los guionistas, exactamente los tres mismos que ha logrado Coda. La comedia protagonizada por Steve Carrell no tenía las candidaturas de dirección ni de montaje, y terminó llevándose los premios de actor de reparto para Alan Arkin y guion (original), los dos que parece que tiene atados Coda en este momento, en su caso como guion adaptado. Eso sí, en aquel año todavía no estaba instaurado el voto preferencial que puede darle la victoria. El domingo se descubrirá si la historia se repite.

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