ENTREVISTA Aitor Zabalgogeazkoa

Coordinador de Médicos Sin Fronteras en Gaza: “Perdemos a pacientes porque no se puede gestionar tal barbaridad”

Francesca Cicardi

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Aitor Zabalgogeazkoa se desempeñó como el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza durante dos meses, entre junio y agosto, y fue testigo del aumento del hambre entre los palestinos. Acaba de regresar a España y habló con elDiario.es sobre lo difícil que es para su organización y otras ONG internacionales ayudar a la población de la Franja, en medio de las crecientes restricciones del Gobierno israelí, que ha impuesto un bloqueo casi total sobre el enclave palestino desde hace meses.

En este contexto, las enfermedades y afecciones más comunes pueden convertirse en mortales en Gaza, debido a la falta de medicinas y de alimentos. Por ejemplo, una persona diabética puede ver una de sus extremidades amputada porque no recibe el tratamiento que necesita. Mientras que una persona celíaca está abocada a la desnutrición porque no puede basar su dieta en la harina de trigo, uno de los contados productos que Israel permite entrar en Gaza.

¿Qué has visto en estos dos meses en Gaza?

Hay un deterioro de la situación como resultado de 22 meses de guerra, la gente está muy cansada y desesperanzada, exhausta de intentar hacer su día a día porque ahora las rutinas son rutinas de supervivencia, como intentar conseguir comida o colocarse en el mejor lugar para pasar la noche, ya que mucha gente se está desplazando constantemente.*

La gente está tan cansada que quiere un alto el fuego, aunque sea provisional. [En julio] había cierta esperanza mientras se estaban desarrollando las negociaciones [entre Israel y el grupo palestino Hamás]. Ahora están bajos de ánimos tras el anuncio de la ocupación total de Ciudad de Gaza [hecho por el Gobierno israelí hace unos diez días].

* Casi la totalidad de los más de 2 millones de habitantes han abandonado sus hogares.

¿Qué va a pasar con los centros sanitarios de MSF en Ciudad de Gaza?

No lo sabemos. Si nos obligan a evacuar, tendremos que evacuar. Si no, veremos si podemos aguantar en la ciudad. Ocurre muchas veces que [el Ejército israelí] ordena evacuar un barrio y no nos dice que evacuemos las instalaciones médicas, pero eso no significa que podamos seguir trabajando. Si la actividad militar es bestial, llega un momento en el que no merece la pena quedarnos porque los propios civiles se marchan y es muy peligroso.

¿En qué zonas está MSF y puede trabajar en Gaza ahora mismo?

Tenemos dos hospitales de campaña, cinco centros de salud y apoyamos otros cuatro hospitales del Ministerio de Sanidad palestino, además de gestionar un programa de distribución de agua. Es lo máximo que podemos hacer ahora por todas las limitaciones que hay, tanto respecto a los visados [para el personal extranjero de MSF] como al material que entra en Gaza, aparte de por razones de seguridad.

A las 09:30 de la mañana, el personal ya está preparado en la sala de urgencias porque sabe que van a llegar heridos de los centros de distribución, que abren a las 09:00 de la mañana. Llegan heridos sistemáticamente. Ellos saben que va a pasar, no lo pueden evitar y lo tienen que gestionar, es muy desesperante

Los hospitales de campaña están en el centro de la Franja y sirven para apoyar a los hospitales grandes del Ministerio, que están totalmente abarrotados. Allí hacemos intervenciones que no son urgentes, rehabilitación, etc. Casi todos nuestros centros abren a las 08:00 de la mañana y a las 08:30 ya no pueden atender a más personas, atendemos a unas mil personas cada día, pero sólo hay unos cuatro o cinco médicos y una decena de enfermeros y fisioterapeutas.

No podemos atender todos los pacientes, incluidos los casos de desnutrición. Son sobre todo madres, embarazadas y lactantes, pero hemos tenido que endurecer los criterios para atenderlas. Si tuviéramos personal o comida terapéutica, atenderíamos a muchas más, pero ahora sólo están en nuestro programa unas 800 madres, algunas de ellas muy jóvenes. La mayoría son personas desplazadas, que viven en tiendas, que llevan un año como mínimo sin tener ingresos, que están comiendo mal...

¿Estás viendo también más casos de desnutrición entre los niños?

Los niños que hemos atendido ya tenían alguna afección previa, por ejemplo, un niño celíaco. Este niño que no puede comer harina [de los pocos productos que la ONU puede introducir en Gaza] y eso significa que está en peligro de desnutrición aguda y de morirse.

Muchos niños que tenían afección graves anteriores se están muriendo [por la desnutrición] porque no aguantan más. Y empezamos a ver desnutrición en niños que no están enfermos. Los niños que están en el programa de desnutrición se han multiplicado.*

[En las clínicas] solo vemos los casos graves y los que podemos atender, no podemos extrapolarlo a toda la población de toda la Franja, pero vemos que hay hambre. Cuando empiezan a aparecer casos graves, es un indicador de que hay un problema mayor en la comunidad.

Las personas que hemos estado en crisis como estas conocemos las caras de hambre y las distinguimos, y los gazatíes que acuden a los puntos de distribución [de comida] tienen caras de hambre.

* En Ciudad de Gaza, los pacientes apuntados en el programa de desnutrición de MSF se han multiplicado por cinco desde finales de mayo. El 9 de agosto, eran 1.599 personas, de las cuales 672 eran niños de menos de 5 años.

¿Aparte de los casos de desnutrición, qué otros pacientes atendéis?

Atendemos una cantidad anormal de casos de trauma debido a las explosiones, los tiroteos, los incidentes que hay en los centros de distribución de comida... Los casos de trauma son un 20% y eso es mucho más que en cualquier otro lugar.

Algunos días, la mayoría de los heridos llegan de los centros de distribución [de la Fundación Humanitaria de Gaza, gestionada por una empresa de Estados Unidos y respaldada por el Ejército israelí] más que de la propia actividad militar y los bombardeos. Lo que está pensado para ayudar a la gente, causa más heridos y muertos que la propia guerra.

Cada vez que llegan heridos de los puntos de distribución o de las colas de los camiones [de Naciones Unidas que consiguen acceder a Gaza con ayuda humanitaria], es una locura porque en dos o tres horas llegan cientos de personas. Es como si hubiera un accidente masivo y los heridos llegaran a un hospital en España, pero eso ocurre una o dos veces al día.

Traen a los heridos en carros tirados por burros o encima de los coches, los traen como pueden, y llega mucha gente herida y los que los acompañan. Es muy difícil gestionar esos momentos de emergencia y estamos perdiendo a gente porque no se puede gestionar tal barbaridad.

El personal está completamente agotado, no hay material suficiente ni sitio suficiente, en muchas ocasiones. Es difícil hacer el ejercicio que tienen que hacer los médicos de seleccionar quién está más grave y no se puede salvar y quién puede salvarse. Ya es suficientemente caótico, pero cuando pasa dos veces al día o cinco veces por semana, es inmanejable.

El personal médico también está sufriendo mucho en Gaza

Nuestros compañeros [palestinos] son ellos mismos desplazados, muchos viven en tiendas o en casas en ruinas, sin luz, sin agua para poder bañarse cuando vuelven del trabajo, sin comida... La situación es muy desbordante para ellos.

Nuestros centros están destinados a ser centros de atención primaria, tienen salas de urgencias con cinco camillas, por si acaso. Pero tienen que atender heridos constantemente. En los centros de atención del sur [en la zona de Al Mawasi] hemos atendido unos 1.300-400 heridos en dos meses.

A las 09:30 de la mañana, el personal ya está preparado en la sala de urgencias porque sabe que van a llegar heridos de los centros de distribución, que abren a las 09:00 de la mañana. Llegan heridos sistemáticamente. Ellos saben que va a pasar, no lo pueden evitar y lo tienen que gestionar, es muy desesperante.

El último día que estuve allí, a las 09:30 de la mañana llegaron tres heridos, dos con disparos en la cabeza y uno, en la nuca.

¿Ha conseguido MSF introducir suministros médicos en Gaza desde que Israel permite la entrada de algunos cargamentos?

Teníamos en Egipto unos 300 palés de medicinas bloqueados desde hacía meses y hemos conseguido introducir en la Franja unos 50, 60 o 70 palés máximo. Nunca conseguimos meter todo lo que necesitamos y todo lo que sería preciso.

Durante las pausas 'humanitarias' o 'tácticas', como las llama Israel [que las anunció a finales de julio], han entrado algunos camiones más. Ahora estamos a la espera de qué pasará el día 9 de septiembre, cuando Israel registrará o no a las organizaciones [humanitarias internacionales e independientes]. Si no nos registran, no podremos operar y nos tendremos que ir.*

* La ONU y otras ONG internacionales han alertado de que la mayor parte de las organizaciones podrían verse obligadas a retirar a su personal extranjero y a dejar de operar en Gaza y los demás territorios palestinos ocupados si no cumplen con los requisitos impuestos por las autoridades israelíes el pasado mes de marzo, que incluyen facilitar datos personales de sus empleados palestinos.