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Guerra en Ucrania
El éxodo de empresas de Rusia: más de 1.000 multinacionales han reducido o cesado su actividad

Imagen de archivo de un restaurante McDonald's en Moscú.

Cristina G. Bolinches / Ana Ordaz / Victòria Oliveres

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“El compromiso con nuestros valores significa que no podemos mantener los arcos brillando allí por más tiempo”. Así explica McDonald's su decisión de vender todos sus activos, su negocio, en Rusia. El gigante de las hamburguesas llevaba semanas sin operar en el país, ya que cerró sus restaurantes el pasado 8 de marzo. Ahora, cuando están a punto de cumplirse tres meses desde el inicio de la invasión, da por terminada su aventura empresarial rusa y confirma su repliegue.

El adiós de McDonald's eleva a más de 1.000 el número de compañías que han decidido cesar su actividad o dejar de operar en el país presidido por Vladimir Putin, como respuesta a la invasión militar de Ucrania, según la información que recopila la Universidad de Yale.



“Tenemos una larga historia a la hora de establecer raíces locales profundas allí donde brillan nuestros arcos. Estamos orgullosos de nuestros 62.000 empleados y de los cientos de proveedores rusos que han respaldado nuestro negocio. Su lealtad y dedicación hacen esta decisión difícil, pero estamos comprometidos con la comunidad global y con nuestros valores”, justifica el consejero delegado de McDonald's, Chris Kempczinski, en el comunicado donde explica la decisión de vender sus activos en territorio ruso.

Un adiós que va a conllevar a la compañía norteamericana apuntarse en su cuenta de resultados un coste extraordinario de entre 1.200 y 1.400 millones de dólares (hasta 1.300 millones de euros), además de pérdidas adicionales por el impacto de los tipos de cambio, tras el desplome del rublo. En Rusia, la dueña del 'big mac' tenía más de 800 restaurantes, el 84% en propiedad, y generaba más del 9% de todos sus ingresos anuales. 



La de McDonald's es una de las últimas despedidas empresariales de Rusia y, también, una de las más relevantes por el trasfondo que tuvo su desarrollo en el país, como símbolo del éxito de la denominada 'diplomacia capitalista' en la antigua URSS. Otros gigantes de la comida rápida y del gran consumo, como Coca-Cola o Pizza Hut, también han llevado a cabo estrategias similares. Esta última, tras su desembarco, llegó a contratar a Mijaíl Gorbachov para un anuncio, que el expresidente justificó por tener fines benéficos.

Un adiós a varias velocidades

La recopilación de datos realizada por la Universidad de Yale desglosa en qué grado se ha realizado ese repliegue de actividad. En total, la universidad estadounidense ha constatado que, a día de hoy, 1.069 multinacionales han rebajado, cesado o finalizado sus operaciones en el mercado ruso.

En detalle, 320 multinacionales han comunicado su retirada total, más de 150 han reducido su exposición pero permanecen con algún tipo de actividad y más de 450 compañías han paralizado su negocio a la espera de ver cómo evoluciona la situación. Por ejemplo, entre estas últimas están empresas españolas como Inditex o Mango, que han cesado sus operaciones como consecuencia de la invasión, pero no han cerrado la puerta a volver a abrir sus tiendas en el futuro.



En cambio, más de 210 compañías continúan operando en el mercado ruso del mismo modo que lo hacían antes del 23 de febrero, según la recopilación realizada por Yale. Una decisión de seguir activas que, en algunos casos, ha provocado protestas en países de la Unión Europea. Por ejemplo, en Polonia, un grupo de activistas se manifestó la pasada semana ante un establecimiento de Leroy Merlin por la decisión de la compañía francesa de no dar un paso atrás en Rusia. 

En esa dirección apuntó el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, que pidió el boicot al grupo francés Mulliez, dueño de Leroy Merlin, Alcampo y Decathlon. “Si ellos ignoran nuestros muertos, nosotros ignoraremos sus productos”, aseguró en un mensaje publicado en Twitter. 



Respecto a las empresas españolas, el análisis de Yale School of Management indica que hay cinco compañías que aún están activas en el mercado ruso: Acerinox, Fluidra, Borgers, Grupo Fuertes y Maxam. Esta última fue una de las señaladas por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en la intervención que realizó por videoconferencia en el Congreso de los Diputados. También apuntó a la asociación de fabricantes de bienes de equipo Sercobe y a Porcelanosa, que ese mismo día aseguró que ya no operaba en Rusia. En cuanto a Maxam, fue la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la que indicó que la filial rusa sigue activa pero, al mismo tiempo, cumple las sanciones.

En cuanto a las otras cuatro compañías españolas, Acerinox ha indicado que sí tiene una oficina comercial pero que carece de actividad. También Fluidra cuenta con oficinas comerciales en territorio ruso pero, en su caso, sí siguen activas, lo mismo ocurre con el grupo de alimentación Borges. 

El también grupo alimentario Fuertes, dueño de marcas como El Pozo y Agrifusa, explica que, tras la invasión, congeló “cualquier movimiento financiero en Rusia”. “Únicamente tenemos una participación financiera minoritaria en la empresa Cherkizovo, pero no gestionamos ni operamos en Rusia ni tenemos ninguna filial”, indica un portavoz de la empresa.

Además, el análisis de Yale cita a Amadeus y AmRest como empresas que han rebajado su presencia, pero aún tienen actividad en Rusia. La segunda es matriz de los restaurantes La Tagliatella y, según explicó en su última presentación de resultados financieros, está en negociaciones para transferir el negocio local que mantenía como franquiciado de la cadena Pizza Hut. En cuanto a las multinacionales españolas que sí han dejado su negocio en suspenso, Yale cita a Cie Automotive, eDreams, Gestamp, Grupo Antolin, Iberia, Inditex, Lladró, Mango, Roca, Sodeca, Tendam y Tous.

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