El foco está en Gaza y la derecha lo sabe

El foco está en Gaza y la derecha lo sabe. Pero se revuelve. Busca desesperadamente que no se hable de su vergonzante posición sobre el genocidio en Gaza en una semana en la que el Reino Unido, Canadá, Australia, Francia y Portugal se han sumado al reconocimiento del Estado de Palestina, la Asamblea General de Naciones Unidas y la participación de Sánchez en la conferencia de alto nivel para la solución de los dos Estados. Esta vez, eso sí, la ministra de Igualdad se lo ha puesto fácil con sus parcas explicaciones sobre el fallo en las pulseras antimaltrato que protegen a las mujeres víctimas de la violencia machista de sus agresores.
Por partes. La Fiscalía General del Estado lo expresó con claridad: hubo un fallo en el volcado de datos de un proveedor a otro que provocó que durante unos meses de 2024 no se pudieran conocer los movimientos de los agresores a mujeres maltratadas. Y el error supuso “una potencial desprotección de las víctimas” (sic). Una anomalía con consecuencias “tanto en la fase de instrucción” en los juzgados de Violencia sobre la Mujer, “como en la fase de enjuiciamiento, provocando una gran cantidad de sobreseimientos provisionales o fallos absolutorios”.
El Consejo General del Poder Judicial avisó al Ministerio de Igualdad de “diversas incidencias” con las pulseras de control de maltratadores a principios de 2025, según la actual presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Esther Erice, en una carta que ha enviado al departamento dirigido por Ana Redondo en la que explica que en enero y febrero de este mismo año remitió a la delegación del Gobierno contra la Violencia de Género los errores detectados por la Audiencia Provincial de Granada y por otro órgano judicial de Galicia.
No hay más preguntas, señoría. El sistema falló el año pasado y también este año. Y, sin embargo, el Ministerio de Igualdad no ha dado explicaciones ni ofrecido soluciones hasta que el escándalo ha saltado a los medios de comunicación. Sostener lo contrario sería falso y tratar de minusvalorar el problema, de extrema gravedad teniendo en cuenta las consecuencias, ya que hablamos de un sistema vital para la protección de las víctimas.
Tan relevante es que ninguna de las más de 20.000 mujeres de las que han portado una de las llamadas pulseras antimaltrato haya sido asesinada dada la indiscutible utilidad de los dispositivos como que el sistema registró errores. Hubiera bastado con que una única mujer hubiera estado en riesgo de asesinato para exigir explicaciones a la ministra y pedirle que no se parapete en la desinformación o la difusión de bulos para sacudirse la responsabilidad.
El portavoz de Vox, José Antonio Fúster, no sólo se define a sí mismo cuando se despacha con un ¡que se jodan!, en alusión al Gobierno por haber contratado el servicio con una empresa no israelí, sino que reafirma la indiferencia de su partido hacia las mujeres que sufren violencia, además de su ya acreditado negacionismo. ¿No se cansan de tanto odiar?
Lo del PP es distinto. El partido de Alberto Núñez Feijóo suscribió el pacto de Estado contra la Violencia Machista que incluye no utilizar a las víctimas como arma arrojadiza en la refriega política. Justo lo contrario de lo que ha hecho en esta ocasión para añadir ruido al ruido con la difusión de bulos como el que aparece bajo estas líneas en su cuenta de X y, de paso, sembrar el miedo entre las mujeres maltratadas, lo que demuestra su escasa sensibilidad y la escasa trascendencia que otorga al asunto. Con tal de escabullirse de su vergonzante posición sobre el genocidio en Gaza, también le sirve el dolor y la información falsa.
No es la primera vez que usan a las víctimas con fines partidistas. Esta vez se trata de horadar la confianza del electorado femenino en Pedro Sánchez, ya que las mujeres fueron clave para que el presidente del Gobierno se mantuviera en La Moncloa tras el 23J. De hecho, el candidato del PSOE sumó diez puntos más que el del PP en este sector del electorado en las últimas generales: un 31,4% frente al 23,2%. Sin embargo, según distintos sondeos, la amplia ventaja socialista se redujo como consecuencia del caso Cerdán y los audios de Koldo sobre la contratación de servicios de prostitución. El CIS registró hasta 6,8 puntos de caída del PSOE. El objetivo, sin duda, es aumentar esa tendencia.
Y todo lo demás -el fallo de los dispositivos, el impacto que haya tenido en las mujeres y la reparación del daño que se haya podido causar-, para la derecha sólo es algo susceptible de convertir en materia de desgaste contra el adversario, aunque firmara un pacto de Estado en el que se comprometió a todo lo contrario.
P.D. A Feijóo le parece que el fallo de los dispositivos antimaltrato es el “culmen de la incompetencia porque ha puesto en riesgo la vida de las mujeres”. ¿Más o menos que las consecuencias de la nefasta gestión de Mazón por la que perdieron la vida 228 personas?
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