La transición en Brasil

Haddad, ex alcalde petista de San Pablo, será el ministro de Hacienda de Lula

Con un excelente humor en relación a la prensa, Luiz Inácio Lula da Silva anunció el mediodía de este viernes quienes serán sus ministros claves a partir del 1º de enero próximo. Aseguró, también, que los nombramientos restantes del futuro gabinete serán definidos el martes, un día después que la justicia electoral entregue los diplomas de presidente y vicepresidente de Brasil, a él y a Geraldo Alckmin. Los efectivizados no constituyen una total novedad, ya que los medios habían anticipado esos nombres, filtrados por distintas fuentes.

Al frente del Ministerio de Hacienda estará Fernando Haddad, el ex candidato presidencial de 2018 por el Partido de los Trabajadores y también ex ministro de Educación y ex alcalde de San Pablo. Para el comando de la cartera de Defensa, la designación recayó en José Mucio, ex titular del Tribunal de Cuentas de la Unión, un órgano federal autárquico que tiene una influencia decisiva en el control externo de los organismos estatales. Gracias al prestigio de Mucio entre los militares, el ahora designado ministro fue rápidamente aceptado por las Fuerzas Armadas.

A cargo de la Cancillería brasileña estará el diplomático Mauro Vieira, quien se desempeñó al frente de la embajada en Argentina entre 2004 y 2010 para asumir, entre 2015 y 2016 la jefatura del Ministerio de Relaciones Exteriores. El futuro canciller es muy próximo al ex ministro Celso Amorim quien seguramente será, en el próximo gobierno, el asesor especial de Lula en asuntos internacionales. La lista se completa con otros dos nombres: Rui Costa que ocupará la jefatura de la Casa Civil (una función equivalente a la de ministro coordinador en Argentina) y Flavio Dino se encargará el ministerio de Justicia.

Rui Costa, gobernador del estado de Bahía hasta fin de año, es un economista hijo de un metalúrgico muy vinculado al movimiento sindical y que en los años 80 participó de la fundación del Partido de los Trabajadores. En cuanto a Dino, un político del Partido Socialista Brasileño, es también gobernador del estado nordestino de Maranhao hasta fines de este año; además de abogado, en su currículo figura el haber sido juez federal, un cargo que ejerció por 12 años.

Durante la conferencia de prensa, Lula anticipó que esta tarde debe reunirse con Mucio y los actuales comandantes de las tres armas para definir ya quienes serán los futuros jefes a ser nombrados antes incluso del fin de este gobierno. Esta decisión de adelantar los nombramientos produjo un rechazo por parte de Jair Messias Bolsonaro, a quien le restan 22 días al frente del Poder Ejecutivo. El actual presidente juzgó que, al estar todavía sentado en su despacho del Palacio del Planalto, le correspondía a él designar quienes serían los sucesores de los comandantes de Ejército, Marina y Aeronáutica. Pero esa demanda no fue aceptada por la cúpula militar, que se avino a acordar  hoy con Lula y Mucio, quienes son los candidatos. 

“A partir de hoy pueden hablar con cada uno de los ministros nombrados: con Haddad, con Dino y Mucio” dijo el presidente electo a los periodistas. Y agregó que el resto del gabinete será completado este domingo “cuando tenga en claro la cantidad de ministerios y de secretarias a crear en mi gobierno”. 

-¿Usted presentará en los próximos anuncios a mujeres, a indígenas y a afrobrasileños en las grandes carteras ministeriales, o los dejará confinados a las menos importantes?- preguntó un periodista en la posterior conferencia de prensa.

-Cuando se monta un gobierno, se mira el conjunto de la sociedad brasileña y su mega diversidad. Estos compañeros que hoy fueron designados, son absolutamente aptos para ejercer la función que les fue delegada. Desde luego, vamos a tener negros, mujeres e indios, en el futuro gabinete- dijo Lula.

El futuro mandatario aseguró a la prensa, brasileña e internacional, que “al terminar la transición, el martes próximo, vamos a presentar a la sociedad brasileña lo que hallamos del actual gobierno, pero sin hacer un show de pirotecnia”. Eso surge, según dijo, del hecho de “no querer cargar a en nuestras espaldas los desmanes de este gobierno”. Juzgó que el período de Bolsonaro, entre 2019 y fin de este año, “hubo un gobierno grande pero de cabeza pequeña: no consiguió resolver ninguno de los problemas del país”.