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Novavax, la vacuna con la que Alemania espera convencer a los escépticos

Gente haciendo cola frente a un centro de vacunación en Berlín.

Kate Connolly

Berlín/The Guardian —

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En Alemania, la aprobación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA por sus siglas en inglés) de una nueva vacuna basada en proteínas contra el Covid alimenta la esperanza de que millones de ciudadanos que rechazaron las vacunas existentes se protejan contra la enfermedad este invierno europeo.

La EMA aprobó la semana pasada la vacuna de la farmacéutica estadounidense Novavax, de dos dosis. Se espera una recomendación del grupo asesor alemán, la Comisión Permanente de Vacunación (Stiko), para principios de 2022.

Se encargaron cuatro millones de dosis de la vacuna de Novavax, que llegarán al país en enero, según el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach.

Una tecnología más tradicional

El lanzamiento de la vacuna –llamada Nuvaxovid– por parte de Novavax se vio dificultado en repetidas ocasiones por una serie de largos retrasos que incluyen problemas de producción.

La fórmula de Novavax llega en la batalla contra el virus aproximadamente un año después de las novedosas vacunas de ARN mensajero producidas por Pfizer/BioNTech y Moderna, y las vacunas de vector viral de Oxford/AstraZeneca y Johnson & Johnson.

Mientras que estas cuatro vacunas simulan el virus en el cuerpo, Nuvaxovid usa un tipo de tecnología más tradicional. Según los ensayos clínicos, tiene una eficacia superior al 90% en la prevención de infecciones sintomáticas de la variante alfa (la detectada en Reino Unido hace un año). Actualmente se está comprobando su capacidad de protección contra la variante ómicron.

La reticencia en Alemania y otros países de habla alemana a las innovadoras vacunas de ARNm se achaca a la desconfianza en la nueva tecnología, dado que las personas alegan principalmente preocupaciones sobre la seguridad por los efectos secundarios o sus repercusiones a largo plazo en la salud, en gran parte por la rapidez con la que se introdujeron.

En realidad, el nivel de efectos secundarios fue muy bajo a pesar de los miles de millones de personas que ya recibieron las vacunas en todo el mundo, como señaló en distintas ocasiones el director del Instituto Robert Koch, la agencia para el control de enfermedades del Gobierno alemán.

Basadas en proteínas

Las nuevas vacunas producidas por Novavax y por la empresa franco-austríaca Valneva, cuyo preparado VLA2001 también está basado en este método más convencional, suelen calificarse como Totimpfstoff, o “vacuna inactivada”, aunque los expertos dicen que el término no es científicamente exacto.

En noviembre, Lauterbach, entonces portavoz sobre sanidad del Partido Socialdemócrata y recientemente nombrado nuevo ministro de Sanidad, dijo que el uso popular del término “vacuna inactivada” entre los alemanes reacios a las vacunas haría que también fuera utilizado de manera general por los expertos en salud.

Nuvaxovid se define de manera más precisa como una vacuna proteica, que a diferencia de las vacunas clásicas, se produce genéticamente y contiene partículas minúsculas de una versión de la proteínas de la espícula del virus cultivada en células de polilla en el laboratorio que provocan la formación de anticuerpos en el individuo. Valneva, que aún está a la espera de aprobación, está compuesta por el virus de Covid que fue desactivado y no puede reproducirse.

Ambas vacunas requieren añadir un adyuvante patentado para elevar la respuesta inmune del paciente.

La UE se aseguró 100 millones de dosis de Novavax y 60 millones de Valneva, con cuatro millones de Novavax destinadas inmediatamente a Alemania.

En toda Europa, pero particularmente en Alemania, los expertos esperan que ambas vacunas tengan el efecto de persuadir a quienes hasta ahora rechazaron ser vacunados para que cambien de opinión, en un momento en el que incrementar los niveles de inmunidad a través de la vacunación es una de las armas clave para frenar la propagación del virus.

Casi 14 millones de adultos no vacunados

Casi el 71% de la población alemana está completamente vacunada. Pero si esa cifra no asciende a entre 80 y 90%, la inmunidad del país no será suficientemente alta para amortiguar el virus (en España, el 80% de la población tiene la pauta completa inicial).

En una encuesta elaborada en otoño por la empresa alemana Forsa, el 56% de los participantes dijeron que su disposición a inocularse sería mayor si se aprobaran las vacunas basadas en los llamados “métodos clásicos” como Novavax y Valneva.

Solo el 5% dijo que se sentiría tentado a vacunarse a cambio de una recompensa económica o ante la amenaza de verse excluido de actividades por no estar vacunados.

Cerca de 14 millones de adultos alemanes todavía no recibieron las primeras dos dosis de la vacuna contra el Covid. Sin embargo, en una encuesta entre no vacunados, el 40% dijo que solo tenía dudas y que podría sentirse persuadido si las “vacunas muertas” estuvieran disponibles.

No obstante, los expertos advirtieron que no se puede esperar un incremento significativo entre aquellos dispuestos a recibir las inyecciones de Novavax o Valneva.

“Soy un poco escéptico”, dijo a la cadena NTV Thomas Aßmann, médico de cabecera que vacuna en Lindlar, unos 30 kilómetros al este de Colonia. “Si tenemos en cuenta que las nuevas vacunas de ARN mensajero a las que temen se administraron con éxito entre 7.000 y 8.000 millones de veces, me preocupa que quienes dicen que se aferran a las vacunas ‘clásicas’ ahora miren las cifras y digan que todavía no pueden confiar en Novavax”.

“Solo debemos esperar que la nueva vacuna sea buena y estable y tenga una eficacia prolongada, particularmente contra ómicron”, dice.

Incluso Lauterbach, cuyas primeras semanas en el cargo estuvieron enfocadas en acelerar la vacunación, sobre todo de las dosis de refuerzo, ante la irrupción esperada de ómicron como variante principal en Alemania a partir de finales de año, se muestra escéptico.

“Debemos dejar de presuponer que Novavax cambiará las reglas del juego”, dijo al periódico Bild en una entrevista en directo de una hora hace una semana. Afirmó que, según los estudios y el hecho de que las vacunas de ARN mensajero fueron aplicadas entre 7.000 y 8.000 millones de veces en el mundo, estas son “mucho más seguras”.

En la entrevista, contestó a una mujer a la que su ginecólogo aconsejó no vacunarse por el riesgo de trombosis. “Le recomendaría que busque una segunda opinión”, respondió Lauterbach.

El ministro dijo que respalda una propuesta que se espera presentar en el Bundestag en enero para imponer la vacuna obligatoria a nivel nacional. Reconoció la importancia de que quienes deseen una vacuna tradicional puedan tener acceso a ella antes de introducir cualquier medida de este tipo.

Traducción de Ignacio Rial-Schies.

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