Las universidades españolas deciden romper relaciones con centros israelíes que no estén “comprometidos con la paz”

Las universidades españolas mostraron este jueves su apoyo “al sentir de nuestros campus y la reivindicación que desde ellos se está extendiendo” –en alusión a los acampes que están exigiendo el alto el fuego en Palestina– e informaron que romperán con los centros israelíes que no estén comprometidos con la paz.

Así lo expresó mediante una nota pública la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (Crue) tras la Junta de este jueves. “Nos comprometemos a revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”, explican los rectores.

Además, la CRUE se compromete también a “intensificar la cooperación con el sistema científico y de educación superior palestino y ampliar nuestros programas de cooperación, voluntariado y atención a la población refugiada”. El último punto de la nota habla de “velar por que en el ejercicio de la libre expresión no se produzcan conductas, igualmente reprobables, de antisemitismo o islamofobia, así como a cualquier otro comportamiento de odio en el seno de las comunidades universitarias”.

“Palabras vacías”, según los estudiantes acampados

Los acampes de estudiantes que proliferan por todo el país en solidaridad con el pueblo palestino respondieron a los rectores en la tarde del jueves. En un comunicado conjunto, calificaron el comunicado de la CRUE de “palabras vacías” que no dan respuesta a sus reivindicaciones y exigieron a las universidades “la ruptura total de las relaciones de todo tipo”. Según los estudiantes, “además de los convenios con universidades israelíes nuestras universidades mantienen relaciones con empresas que financian el genocidio contra Palestina. No nos vale una revisión vacía mientras se lucran con la compra venta de armas que se usan contra el pueblo palestino”.

También acusaron a los rectores de “entrar en el marco discursivo del estado sionista de Israel al hablar de 'acciones antisemitas' que realmente no están ocurriendo”. Las portavoces que leyeron el comunicado en Madrid añadieron que las acciones que exigen “deberán conducir a que el estado español denuncie sin reservas el genocidio del pueblo palestino y rompa todos sus vínculos con Israel, pues hasta hoy su posición ha sido de flagrante complicidad” y finalizaron avisando de que “este movimiento por parte de la CRUE no desincentiva nuestra intención de permanecer en estas acampadas”.

El comunicado de los rectores llega una semana después de que llegaran a España las protestas en los campus universitarios que habían empezado en EEUU. Fueron estudiantes de la Universidad de València los primeros en plantar las carpas, generando un contagio que se extendió esta semana por campus de todo el país. Barcelona, Madrid, Euskadi y otras comunidades siguieron su ejemplo tras varios meses de silencio desde el mundo universitario o de acciones individuales de bajo impacto.

Algunas universidades se habían adelantado a la CRUE. El pasado mes de abril lo hizo la Universidad pública vasca y ayer miércoles la de Barcelona votó en el claustro una moción en la que pedía suspender relaciones con Israel.

El PP también se posicionó sobre los acampes. El portavoz del partido, Borja Sémper, sostuvo que tiene la “sensación” de que las manifestaciones de estudiantes exigiendo el fin del conflicto son en realidad “en contra de Israel y a favor de Hamás”. Antes de eso, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso había exigido a los rectores de las universidades públicas madrileñas que mantuvieran “la política fuera de las aulas”.

La reacción de los rectores se produce siete meses después de que Hamas atentara en Israel y el Gobierno israelí respondiera iniciando un ataque masivo que arrasó la Franja de Gaza y asesinando a miles de palestinos. Cuando Rusia invadió Ucrania la CRUE reaccionó de manera inmediata. El día siguiente del ataque de Moscú los rectores condenaron la agresión y la semana siguiente recomendaron a sus centros romper relaciones con los centros universitarios rusos.

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