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El Acuerdo de París cumple 5 años: Por qué deberías luchar por el 1.5°

Alina Najlis

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Festejos, llantos de alegría y de tensión a la vez. Abrazos de emoción, cansancio y aire de esperanza se sentían en la COP 21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático). Después de 20 años de negociaciones, el 12 de diciembre de 2015, 196 países se agruparon en innumerables reuniones, discutiendo cada coma hasta finalmente llegar a un acuerdo. Las fotos dieron vuelta al mundo, y se decía que ese día se hizo historia.

Hoy, este acuerdo, conocido como el Acuerdo de París, firmado por 195 países, cumple 5 años. Y como en todo cumpleaños, se festeja. Así que vayan pensando sus regalos, porque estamos todos invitados. 

El Acuerdo de París es el marco internacional más importante hasta el momento en materia climática y tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 °C en comparación a los niveles pre-industriales, y perseguir esfuerzos para tratar de no superar los 1.5 °C.

Podría pensarse que no hay diferencia entre 27 o 28 grados, pero para comprenderlo mejor hay que pensarlo como una fiebre. Tener 38 grados o 39 no es lo mismo, y las consecuencias de pasar los 39 son mayores tantas que posiblemente, nos cueste seguir nuestro ritmo de vida habitual.

Publicado en 2018, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) lanzó un informe especial sobre qué ocurriría si se superan los 1.5C, y el resultado reforzó que medio grado más sería la diferencia entre la vida y la muerte, la hambruna o las catástrofes naturales para millones de personas. Un ejemplo de esto es la proporción de población expuestas a calor extremo. Si se supera los 1.5 grados es de 14% mientras que, si alcanzamos los 2 grados es 37%, y esto se relaciona con el aumento de algunas enfermedades transmitidas por insectos, como la malaria y el dengue que aumentan con mayor temperatura. En 2020, la Argentina registró más de 59 mil casos de dengue, lo que constituye una cifra récord para el país. Otro ejemplo es que en 2100 el aumento del nivel del mar sería 10 centímetros inferior con un calentamiento global de 1,5ºC en comparación con uno de 2ºC. Esto significaría que hasta 10 millones de personas menos estarían expuestas a las consecuencias, como inundaciones, daños en infraestructuras o pérdida de terrenos.

Pero hablar sólo de porcentajes, grados, y números hace que todo parezca muy confuso, lejano y ajeno cuando se habla de la Crisis Climática. Nombrar esto es importante, pero de nada sirve si no entendemos qué significa realmente y de qué forma nos afecta en nuestro día a día. Hablar de cambio climático es en realidad, hablar de historias como la de Martín y Mitzi.

Martin Kowalewski vive en Corrientes, Argentina. Trabaja hace más de 40 años estudiando monos en el área protegida del Parque provincia San Cayetano, hasta que este año, al levantarse una mañana, un incendio arrasó con todos ellos. El humo llegó hasta su casa y toda su ropa estaba teñida de cenizas. Pero él tuvo un poco más de suerte que uno de sus vecinos, al que el fuego le incendió su casa. No fue solo Martín el que sufrió en primera persona los incendios, en lo que va del año, en nuestro país se quemaron más de un millón de hectáreas, el equivalente a 55 veces la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, debido a las sequías, las olas de calor y la actividad humana.

Mitzi Jonelle Tan vive en el otro lado del mundo, en Filipinas. Su pueblo quedó inundado por un tifón, y 400.000 personas fueron obligadas a evacuar. La noche anterior, después de escuchar por las noticias que este evento podría suceder, tenía miedo de dormirse y levantarse con su cama sobre el agua. Y así fue. Se despertó con su casa inundada y sin electricidad. Después de unos días de esto, vino el segundo (tifón), y esta vez Mitzi estaba en la calle.  Volver a su casa parecía una misión imposible,  recién pudo hacerlo 3 días más tarde. Para ella, caminar con el agua hasta las rodillas y quedarse sin electricidad ya es algo de su normalidad.

Por eso, hablar de superar el grado y medio de temperatura no tiene que ver con una cuestión meramente técnica, sino, con una cuestión de derechos humanos. A fin de cuentas, todos nos vamos a ver afectados por la crisis climática, pero no de igual forma. La ironía es que impacta desproporcionadamente a MAPA, (nuevo término para hablar de las personas y áreas más afectadas) que son predominantemente de los países que menos han hecho para causarla. Filipinas, donde vive Mitzi, es responsable del 0,4% de los gases de efecto invernadero a nivel global, y Argentina de un 0.8%, mientras que Estados Unidos un 15% y China un 28%. Por eso, para países como Argentina y Filipinas, la Adaptación, es decir, las medidas que se basan en reducir la vulnerabilidad frente a incendios, inundaciones o cualquier efecto derivado del cambio climático son esenciales.

 El secretario General, António Guterres, y el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, fueron co-anfitriones de un evento mundial para festejarle el cumpleaños del Acuerdo de París, en donde están invitados más de 70 líderes mundiales de forma virtual, algo así como un zoomple pero más formal y un poco más planificado. Pero, aunque suene un poco aguafiestas, los motivos para celebrar no sobran. Mientras que las emisiones en 2015 fueron de alrededor de 50 mil millones de toneladas, en 2019, aumentaron  a unas 55.000 millones, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep). A medida que aumentan las emisiones, también aumentan las temperaturas, y 2020 está programado para ser 1.2 ° C más cálido que la época preindustrial y entre los tres años más calurosos registrados de toda la historia.

 Cada gobierno ha fallado en contribuir a un camino de 1,5 grados. Para cumplir con el acuerdo, los países deben presentar cada cinco años su compromiso. Climate Action Tracker ha calculado que las promesas actuales llevarían a un aumento de temperatura de 2,1 ° C, muy lejos de cumplir la promesa de 2015. Sin embargo, la cuestión clave es si los países cumplirán estos objetivos a largo plazo. Hacer promesas para 2050 es una cosa, pero empezar a implementarlas, otra. Este año fueron muchos los países que se comprometieron a ser carbono neutral, es decir, que las emisiones de gases contaminantes se equilibren a cero con las que los espacios verdes, como los bosques, son capaces de absorber. China se comprometió a ser carbono neutral para 2060, la Unión Europea para 2050 y Estados Unidos, con la victoria de Biden, se sumó al objetivo de la UE para 2050, pero todavía son promesas. El tiempo de “pequeños pasos en la dirección correcta” ya pasó y, sin embargo, esto es, en el mejor de los casos, exactamente lo que nuestros líderes están haciendo.

Y si esto es lo que está sucediendo a un aumento de 1,1 °C

Imagina cómo será 1,5°C

Imagina cómo serán los 2°C

Imagina cómo serán los 3°C

Imagina cómo serán los 4°C

 O mejor no lo imagines, pero hacé algo para que esto cambie. El acuerdo de París por sí mismo no va a cambiar la historia, pero nosotros sí. La esperanza está en la gente, en el movimiento, en vos, en tus amigos y en mí. Necesitamos un movimiento climático global que desafíe el poder de las políticas e industrias arraigadas para permitir una transición justa hacia un sistema económico que respete los límites naturales de la Tierra y anteponga los intereses sociales a las ganancias de unos pocos.

El viernes 11 de diciembre y el sábado 12 de diciembre los jóvenes de todo el mundo, desde Kenia hasta Alemania y Argentina, nos organizamos, marchamos y convocamos a diferentes acciones para exigir acción climática que garantice nuestro futuro y el presente de muchos.  

Si continuamos produciendo y consumiendo de la manera actual, a pesar de los compromisos, estamos en camino a un aumento de 3°C de temperatura, y no podemos permitir eso. Tenemos que exigir a nuestros líderes que hagan todo lo posible, y lo imposible también.  Y estoy segura de que podemos. Dondequiera que estés, cualquiera que sea tu edad, luchá por la justicia climática. Y no te olvides que luchar por 1,5°C es en realidad luchar por los derechos humanos, por nuestro presente y por nuestro futuro.

Desde 2015, cuando yo tenía 14 años, aproximadamente 841 millones de niños han nacido en un planeta que se calienta rápidamente , más de 6 millones de personas han salido a las calles para exigir justicia climática y hemos tenido cinco de los años más calurosos registrados. El acuerdo de París todavía ofrece el mejor marco para evitar las peores consecuencias de la crisis climática: la cuestión es si los países están preparados para responder con acciones reales, en lugar de palabras vacías, y nosotros, tenemos un rol central para lograrlo.

¿Cuál va a ser tu regalo para el Acuerdo de París? El mío, exigir que se cumpla.

 #LuchaPorEl1Punto5

#FightFor1Point5

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