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Opinión

Para garantizar la mejor experiencia escolar posible necesitamos una política digital integral

Clases virtuales en pandemia

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Las clases presenciales son insustituibles. Sin presencialidad, los y las estudiantes aprenden menos, la probabilidad de que abandonen la escuela aumenta y se deteriora su salud física y emocional. Estos efectos se distribuyen de manera desigual y perjudican especialmente a los sectores en situación de mayor vulnerabilidad. Pero hoy la presencialidad plena no es viable y debemos, entonces, aspirar a la mejor experiencia escolar posible en este contexto de pandemia: aquella que garantiza el máximo de presencialidad a la vez que enriquece el tiempo de estudio remoto. 

Para cumplir con las medidas de distanciamiento social, la mayoría de las escuelas están obligadas a reducir el tiempo de educación presencial. En efecto, un estudio de Argentinos por la Educación señala que, a principios de abril, solo el 16% de las y los estudiantes de escuelas primarias estatales asistía todos los días a la escuela, y menos de la mitad concurría cuatro horas por jornada. 

En un escenario incierto y adverso, el desafío es garantizar una experiencia escolar que, además de segura, resulte provechosa. Y en ese sentido, acelerar la incorporación de tecnologías digitales al sistema educativo es clave para fortalecer el tiempo escolar a distancia. La universalización del equipamiento y la conectividad de calidad son una condición imprescindible para que la totalidad de estudiantes, especialmente los grupos en situación de mayor vulnerabilidad, accedan a la mejor experiencia escolar posible mientras las restricciones a la presencialidad persistan. Al mismo tiempo, su relevancia trasciende los desafíos que impone el distanciamiento social. 

En la actualidad, la actividad económica, la participación ciudadana, la circulación de conocimiento e incluso la afectividad están atravesadas por las tecnologías digitales. Un volumen cada vez mayor de las interacciones que sostienen y reproducen la vida colectiva ocurre en el espacio digital. En términos educativos, las tecnologías digitales ofrecen múltiples alternativas para acercar los contenidos a los intereses de las y los estudiantes y habilitan la autoevaluación y el seguimiento personalizado de sus trayectorias escolares. En efecto, tienen un enorme potencial tanto para facilitar el aprendizaje en profundidad como para superar obstáculos que el sistema educativo enfrenta desde mucho antes de la pandemia.

Con la irrupción del Covid-19, la incorporación de tecnologías digitales al sistema educativo recibió un nuevo impulso que se tradujo en una importante  producción de recursos digitales y desarrollo de plataformas. Sin embargo, de acuerdo con la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica, menos de la mitad de las y los docentes las utilizaron para preparar sus clases. Como siguientes pasos, garantizar su participación en la producción y curaduría de contenidos digitales disponibles en las plataformas, así como desarrollar ofertas de formación más específicas, con prácticas extensas y colaborativas, serán aspectos clave.  

En este sentido, la plataforma Juana Manso es una iniciativa auspiciosa para avanzar hacia una política digital sistémica. A través de ella, el Ministerio de Educación de la Nación podría alentar la cooperación entre jurisdicciones mediante el desarrollo de una arquitectura digital abierta y flexible que incluya las plataformas provinciales. De este modo, las y los docentes y estudiantes, en vez de recibir múltiples ofertas dispersas, accederían a una misma experiencia intuitiva y enriquecida. 

En síntesis,  a corto plazo las tecnologías digitales contribuirán a que la reducción de la instancia escolar presencial no limite el tiempo que estudiantes y docentes dedican a enseñar y aprender; en tanto que, cuando sea posible restituir la presencialidad plena, tienen el potencial para enriquecer el aprendizaje en el aula, extender la jornada escolar, y preparar a las y los jóvenes de hoy para una mejor inserción en la actividad económica que les permita participar activa y provechosamente de la sociedad. 

AC/VD

*Las autoras son, respectivamente, directora e investigadora asociada del programa de Educación de CIPPEC.  

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