Cristina y Massa buscan armarle la campaña a Kicillof porque creen que quedó mal parado tras el resultado del PJ porteño
Tras el fiasco en CABA, la exmandataria y el líder del Frente Renovador no quieren que se “localice” la estrategia electoral. Se calienta el debate sobre la lapicera, a dos meses del cierre de listas. Incertidumbre y fastidio entre los intendentes axelistas.
Sergio Massa y Cristina Fernández de Kichner buscan imponer su estrategia en la provincia de Buenos Aires. Instituto Patria
En un clima de desazón por los resultados de la elección porteña, donde Leandro Santoro jugó con la expectativa de un triunfo y debió conformarse con un segundo puesto, tanto Axel Kicillof como Cristina Fernández de Kirchner prometen que intentarán evitar una fractura que beneficie a Javier Milei en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la interna entre ambos sectores no se resolvió y se avizora un panorama en el que la estrategia de la expresidenta –junto con su aliado Sergio Massa– se impondrá por sobre la del gobernador.
Antes de los comicios porteños, el peronismo venía de atravesar una paliza en las elecciones de Chaco, San Luis, Salta y Jujuy. Los cuestionamientos internos se habían enfocado principalmente en las dos últimas, donde el PJ provincial estaba intervenido y bajo la supervisión de Cristina. Aquel malestar parecía jugar a favor de Kicillof, aunque algo empezó a cambiar en los últimos días.
El gobernador Axel Kicillof logró desdoblar la elección bonaerense pero tras la derrota en la Ciudad volvieron los cuestionamientos. Prensa GPBA
El resultado de los comicios porteños demostró que, pese a la voluntad de Jorge y Mauricio Macri de apelar a una campaña local en la Ciudad, la elección se nacionalizó tal como quisieron Javier y Karina Milei. Con esa experiencia muy fresca, en algunos sectores del peronismo interpretan que lo que ocurrió el domingo podría favorecer a Cristina en la interna.
La expresidenta había ejercido una fuerte presión sobre Kicillof para que no desdoblara la elección bonaerense. El argumento que repetían en el Instituto Patria era contundente: había que nacionalizar la campaña contra Milei y no discutir temas de seguridad o salud locales, porque ese debate iría camino al fracaso. También planteaba la inconveniencia de obligar a los bonaerenses a ir a votar en dos instancias separadas. El gobernador hizo oídos sordos a esos cuestionamientos y se aferró a la máxima de poner en discusión su propia gestión. Ahora hay quienes empezaron a retrucarle que, más allá de su voluntad, eso será una misión imposible con la Rosada dispuesta a nacionalizar otro round.
“Se va a nacionalizar por más que juegue Pepe Pompin. La discusión se da a través de los medios y las redes y ahí nadie discute gestión. Se discuten modelos, valores”, afirmó a elDiarioAR un estrecho colaborador de Cristina. Tanto ella como Sergio Massa avanzaron en los últimos días en conversaciones respecto a la posibilidad de ponerse al frente de las listas: la expresidenta iría como candidata por la Tercera sección y el exministro por la Primera, donde pisa más fuerte el Frente Renovador (FR).
De confirmarse ese escenario, los más perjudicados podrían ser los intendentes que orbitan en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), ya que deberían negociar desde una posición adversa con La Cámpora y el FR a la hora de armar las listas. La fecha tope es el 19 de julio, por lo que vendrán dos meses de negociaciones intensas.
“Massa no va a tomar ninguna decisión hasta el 30 de junio”, aseguran en su entorno a elDiarioAR. La afirmación es, en sí misma, llamativa, ya que hasta hace un mes el líder del FR aseguraba que en esta elección iba a tener un rol de armador y que no deseaba ser fronting. Ahora no lo descartan. También hablan de un operativo clamor, o al menos uno incipiente, de un grupo de intendentes de la Primera y la Tercera que se acercaron a verlo para pedirle que compita. Estuvieron encabezados por Gustavo “Tano” Menéndez y Federico Otermín, dos alfiles cristinistas. En el axelismo reina la desconfianza. Consideran que las candidaturas de Massa y Cristina son, hasta ahora, es una decisión “mediática” de la que todavía no hay certezas. Una herramienta de presión para condicionar la previa y forzar a Kicillof a acordar.
Massa podría ír de candidato por la Primera, donde pisa más fuerte el Frente Renovador (FR). Archivo NA
La intención de Massa y Cristina de salir a jugar fuerte opera como respuesta a lo que ven que se está gestando desde la Rosada en la Provincia. Después del triunfo en CABA, Milei y su candidato Manuel Adorni abrieron la puerta para recibir a todos los que estén dispuestos a dar su salto de fe libertario. “Tabula rasa”, sostuvo el legislador electo, en una apuesta a que los dirigentes del PRO abandonen el barco de a uno y se conviertan en candidatos violetas.
En los últimos días, el peronismo bonaerense volvió a activarse. Las alarmas se encendieron después del resultado porteño, tanto en el PJ como en el axelismo, donde hasta ahora se consolaban con que los oficialismos provinciales salían ilesos de las urnas. Ambas tribus confirmaron su voluntad de bajar la tensión, convencidas de que la fragmentación podría desembocar en un triunfo libertario.
Volcados de lleno a la reparación que dejó el temporal y las inundaciones en la Provincia, en el equipo de Kicillof repiten que su estrategia será lograr la unidad: “Axel es promotor de la misma desde siempre. Si ves los discursos del año pasado, en todos pide unidad amplia para enfrentar a Milei”, dijo uno de sus armadores. En el kirchnerismo destacan que Cristina dio reiteradas muestras de su voluntad de no romper, como el hecho de haberle votado la suspensión de las PASO y el cambio de cronograma al gobernador, pese a que marcó sus diferencias públicas. El massismo se mueve en tándem con ella.
La campaña de Santoro también se volverá ejemplo de que una solución “local”, despegada de las figuras más importantes del espacio, no necesariamente garantizará un triunfo. Esta vez, nadie puede culparlos por el resultado. Por eso, en la Provincia se empiezan a posicionar como actores clave: ella, para garantizar el piso; él, para convocar a los “extrarpartidarios” con los que insiste desde hace meses. “Una unidad no sólo política sino social, llamando a todos los sectores relevantes de la sociedad Argentina a la reconstrucción nacional. Esta amplitud es importante para los sectores que están fuera de la política”, sostienen en el massismo.
LA/MG
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