Kicillof acuerda modificar el calendario electoral, aunque siguen las versiones de ruptura con Cristina

Aunque Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner levanten la bandera de la unidad, el peronismo bonaerense se mueve bajo la hipótesis de una ruptura. Lo hacen los dirigentes más cercanos al gobernador, quienes construyen una estructura jurídico-electoral que los resguarde en caso de que deban encarar una campaña por afuera del PJ, y también lo hace la tropa de la expresidenta, que refuerza su operativo clamor para instalar su candidatura a diputada provincial por la Tercera sección.
La última batalla entre ambos sectores permanece abierta: Kicillof busca modificar el calendario electoral. Después de días de discusión, el kirchnerismo finalmente lo acompañaría, aunque el acuerdo –atado con alambre– se dio en un contexto de fuerte desconfianza.
La discusión implica la reforma de la ley 5.109, por lo que el tema debe pasar por la Legislatura, un terreno adverso para el gobernador. Se encontraba trabado hasta el lunes, cuando un grupo de diputados opositores –libertarios disidentes, de buen diálogo con el oficialismo local– presentó un proyecto para modificar el artículo 61 y cambiar los plazos. El texto presentado aceleró las negociaciones con el kirchnerismo, que finalmente aceptaría modificar los plazos, pero no votando el proyecto de los libertarios blue sino con una iniciativa propia, que implicaría estirar los plazos para que las listas se presenten 50 días antes de la elección y las boletas al menos 30 días antes.

El nuevo texto se presentó este martes por la tarde en el Senado y desde el Ejecutivo buscaron enfatizar que fue una negociación de los legisladores, en la que se mantuvieron prescindentes. El hecho fue interpretado por algunos como una nueva concesión de Cristina: un “gesto” ante la tensión interna. Otros, acaso los más combativos, lo leyeron como una derrota de la expresidenta, que debió mandar a los suyos a acordar ante la demanda concreta de la Junta Electoral, que pidió sin eufemismos cambiar el calendario para que no haya dificultades en la elección desdoblada.
“Los legisladores de Cristina y Massa deberán explicar por qué no votaron el cambio de fechas en el proyecto original cuando suspendimos las PASO”, afirmó a elDiarioAR un legislador encolumnado con Kicillof. también dejó entrever que aún reina la desconfianza: “Primero esperemos a que voten, después veremos si hay acuerdo”. La nueva especulación es que el proyecto se aprobaría la próxima semana y que será un trámite breve porque hay acuerdo político.
La discusión crece en el territorio
Lejos de diluirse, la pelea se profundizó entre las segundas líneas. Cristina, que nunca adelanta sus jugadas, mantiene el enigma sobre su eventual candidatura en la Tercera sección, aunque habilita a los suyos a seguir con el operativo clamor. La senadora Teresa García y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, son las más fervientes en impulsarla para encabezar la boleta. En el último desembarco de Máximo Kirchner en el conurbano, aparecieron carteles para anunciar la candidatura de la expresidenta. Son detalles que nadie pasa por alto en ese tipo de recorridas.

Los mensajes y pintadas cristinistas se expanden a los municipios aledaños y ya abrieron episodios de tensión. El principal ocurrió en Avellaneda, donde Jorge Ferraresi mandó a sacar carteles de CFK y desató una nueva batalla con La Cámpora. La posición del intendente es de las más combativas: sus colaboradores aseguran que, si Cristina es candidata, no está dispuesto a compartir una boleta con dirigentes de La Cámpora en su municipio. Esa afirmación lo llevaría a encabezar la boleta local y abriría la posibilidad de que se fracture el espacio, aún si en términos provinciales se alcanzara un acuerdo con Kicillof.
El escenario que se abre para Ferraresi podría traspasar los límites de Avellaneda, ya que el intendente tiene una construcción en territorios vecinos como Quilmes y Lanús, ambos gobernados por La Cámpora. También podría expandirse hacia otros intendentes alejados de la conducción cristinista, como Juan José Mussi en Berazategui. La mayor incógnita es cómo se moverían en esas circunstancias algunos intendentes que desde hace mucho se divorciaron del kirchnerismo, como Julio Zamora (Tigre) o Fernando Gray (Esteban Echeverría), quienes coquetean con el armado de una “tercera vía”, alejada del Instituto Patria y del Frente Renovador.
Mientras tanto, el axelismo alista su tropa. La mesa chica del gobernador trabaja en una estructura electoral y territorial para poder competir de modo autónomo o llegar fortalecidos al sprint final de la negociación con Cristina. En los últimos días, tuvo una buena noticia: los congresales del partido Frente Grande, que preside el intendente Mario Secco (Ensenada), votaron a favor de constituir una alianza con los partidos políticos que integran el MDF. Es decir, la conformación de una estructura electoral ya avanza en los hechos. En el conurbano, el ministro Andrés “Cuervo” Larroque trabaja con el foco puesto en la Tercera sección y sus pares Gabriel Katopodis y Walter Correa se mueven en la Primera, donde planifican un plenario para el próximo sábado en San Martín. Será la antesala del lanzamiento formal del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), con cita el 24 de mayo, otro posible punto de inflexión con el cristinismo.
LA/MG
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