La vuelta del dedo: Cristina mantiene el control de la lapicera y prepara el perfil de los próximos dos años de resistencia opositora

Cristina Fernández de Kirchner llamó a Axel Kicillof el sábado al mediodía con los primeros candidatos ya escogidos. Jorge Taiana, le avisó, encabezaría la lista, tal como el gobernador bonaerense había sugerido unas semanas atrás. Kicillof no tuvo tiempo para arrepentirse de la paternidad de la idea: CFK se la cobró doble y le habilitó solo otros dos lugares en la lista. La misma cantidad que a Juan Grabois, y uno menos que a Sergio Massa. Con la lapicera en mano, CFK volvía al ring y enviaba un mensaje: la mesa de socios de Fuerza Patria se acababa de ampliar, pero la centralidad continuaba siendo suya.
“Volvió el dedo”, ironizó un flamante candidato del peronismo horas después de que Fuerza Patria hubiera oficializado la lista que competirá el 26 de octubre en la Provincia de Buenos Aires. No lo decía de mala manera: no había existido mesa de negociación, pero al menos no había sido necesario cortar la luz para conseguir una prórroga que evitase la ruptura. Casi 24 horas antes de que venciera el plazo para presentar las candidaturas, CFK ya había ordenado la distribución de los 15 primeros lugares de la lista. Es decir, los entrables.
En la cabecera había quedado Taiana, ex canciller y referente histórico del peronismo. Un candidato que era de todos y, a la vez, de ninguno. Neutral, indoloro, que tenía un pie afuera de la interna y no generaba dolores de cabeza en ninguna tribu.

Su nombre había sido propuesto por Kicillof en un diálogo con Máximo Kirchner y Sergio Massa. Lo sugirió como parte de una camada de nombres de “consenso” que podrían ser digeribles para todas las partes, como Carlos Tomada o Daniel Filmus. En el cristinismo, sin embargo, se lo achacaron al gobernador bonaerense y se lo cobraron como tal: de los cuatro lugares que Kicillof quería para sí solo pudo designar dos. Hugo Yasky, de la CTA, y “Huguito” Moyano, hijo del líder camionero.
El grueso de la repartija, mientras tanto, quedó en manos del cristinismo duro. CFK decidió no poner a Máximo al frente de la lista, pero sí definió quedarse con los principales lugares. Vanesa Siley, Sergio Palazzo, Teresa García y Horacio Pietragalla son algunos de los nombres que pasarán a ocupar bancas a partir del 11 de diciembre. CFK busca, con ellos, comenzar a perfilar el rol que la oposición tendrá durante los próximos dos años.

“Es anecdótico quien encabeza porque, a partir de diciembre, Jorge va a ser un diputado más. No es que vaya a ser el jefe de bloque. Lo importante son los perfiles que van a disputar el modelo económico”, explicita un dirigente del riñón de Cristina. En la Cámara de Diputados, los rumores de que Máximo podría intentar disputar la jefatura del bloque, que hoy está en manos de Germán Martínez, son cada vez más fuertes. La Cámpora se está preparando para el día después, y las vicisitudes de la campaña electoral son casi datos menores: están convencidos de que la elección, con CFK fuera de la boleta, será más o menos la misma. Encabece quien encabece.
“Juega a perder”, mascullan desde las filas del kicillofismo, en donde le recriminan al líder de La Cámpora haber puesto a jugar un operativo clamor en su favor y, al final, no haberse animado a ser candidato por miedo a ser el rostro de la derrota. “Cuando querés ganar pones a uno tuyo y jugás a fondo. La única explicación de esta lista es que están pensando en las alianzas del día después”, desliza un referente del Movimiento Derecho al Futuro que saca chispas ante una de las ausencias más sorpresivas del cierre de listas bonaerense: la falta de representantes de los intendentes del conurbano.

En efecto, por primera vez en años, la lista de diputados nacionales de PBA no tendrá ningún intendente o representante de los intendentes entre los 15 lugares “entrables” del peronismo. Los jefes comunales están furiosos y, durante el sábado, amenazaron con romper y armar su propia lista. Finalmente, el único que se candidateó en una lista aparte, llamada Unión Federal, fue Fernando Gray (Esteban Echeverría). “Una nota de prensa, título y bajada”, desmereció un dirigente de La Cámpora.
El mal humor en los municipios, sin embargo, persiste. Y agiganta el fantasma ya instalado de que, después de la elección bonaerense del 7 de septiembre, los jefes comunales se irán a sus casas y no pondrán el territorio a jugar para la elección nacional.
Grabois, el gran vencedor
El relegamiento de Kicillof y los intendentes se agiganta con el contraste de otra novedad: el protagonismo de Patria Grande en las listas y el rol de Juan Grabois en el cierre provincial. El líder social había impugnado la candidatura de Massa, había amagado con romper y jugar por fuera de Fuerza Patria si no lo tenían en cuenta en la mesa de toma de decisiones. CFK, enfurecida, primero lo llamó al orden. Y, luego, le tendió la mano.
Fue la ex presidenta quien sugirió que Itai Hagman encabezara la lista de diputados nacionales de la Ciudad. Al economista de Patria Grande le quedaban dos años de mandato, pero era un perfil joven que podía discutir en campaña el proyecto económico de Milei. A su vez, en el caso de asumir, su banca actual (del mandato 2023-2027) será ocupada por el camporista Javier Andrade. Win-win para todos.

Grabois, además, se quedó con el tercer lugar en la lista de diputados nacionales de PBA. Y logró ubicar a Fernanda Miño, la ex titular del Fondo de Integración Socio Urbana, en el puesto 12 de la lista (solo un puesto debajo de Sebastian Galmarini, el cuñado de Massa que había insultado con dureza a Grabois cuando este amenazó con su aventura independentista). En Córdoba, a su vez, Constanza San Pedro, de Patria Grande, secundará a Pablo Carro. Y en Río Negro, Adriana Serquis, investigadora del Conicet y referenta Patria Grande, encabezará la lista de diputados nacionales.
Es decir que, a partir del 11 de diciembre, la fuerza de Grabois pasará a contar con seis bancas propias.

CFK intervino de manera activa para contener a Grabois y Grabois, a cambio, selló su alianza con CFK. No fue con el único dirigente: en Santa Fe, la ex presidenta influyó para que Caren Tepp, la candidata de Ciudad Futura, encabezara la lista por encima de Agustín Rossi. En Salta y Tucumán también intervino. Encerrada en San José, CFK se abocó a supervisar todos los cierres electorales, manteniendo el protagonismo y preparando el terreno para varios liderazgos de cara a 2027.
Un mecanismo para licuar el liderazgo del gobernador bonaerense, para los kicillofistas. Un mecanismo para engrosar las filas del panperonismo y evitar la ruptura, para La Cámpora. Un mecanismo para ambos objetivos, para la mayoría.
MC/JJD
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