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La disputa por el cierre de listas

El peronismo busca un candidato para sortear la crisis interna: el operativo clamor a Máximo Kirchner

Máximo Kirchner, durante el banderazo en apoyo a CFK en Parque Lezama
9 de agosto de 2025 14:22 h

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Máximo Kirchner insiste: no quiere ser candidato. Cada vez que le preguntan, desde que Cristina Fernández de Kirchner fue condenada, el líder de La Cámpora responde que solo lo haría si su madre se lo pide. En las últimas horas, sin embargo, quienes se lo empezaron a pedir fueron los intendentes del cristinismo: un operativo clamor que pretende posicionar al diputado como el único candidato que puede sintetizar a las diferentes vertientes del peronismo y evitar una ruptura.

Falta una semana para el cierre de listas nacionales, y en Fuerza Patria las negociaciones casi ni comenzaron. No hay mesa de conversaciones ni ingeniería aritmética para dividir las listas: solo la convicción, compartida entre las tres tribus, de que hay que atravesar rápido la instancia del cierre, designar una cabeza de lista que no genere grandes malestares para nadie y, finalmente, rezar para llegar unidos al 26 de octubre. “Somos un matrimonio con conveniencia que espera que el amor llegue con el tiempo”, suele repetir, entre risas, un dirigente cristinista.

Grabois con Máximo Kirchner, la semana pasada, tras las críticas a Massa.

A la pax armada de CFK y Axel Kicillof se le coló, sin embargo, un nuevo frente interno: la aventura independentista de Juan Grabois. El líder de Patria Grande no inscribió su partido en la alianza nacional, Fuerza Patria, y juega a tensionar hasta el 17 de agosto, cuando venza el plazo para la presentación de las candidaturas. Grabois no quiere que Sergio Massa encabece la lista de Provincia de Buenos Aires y amenaza con presentar su propia lista, con él como candidato, si no lo incluyen en la mesa de toma de decisiones.

CFK intentó ordenarlo. Lo llamó por teléfono, le dijo que “bajara dos cambios” y, desde entonces, Grabois bajó el tono de las declaraciones. La discusión de fondo, sin embargo, sigue vigente. El dirigente social quiere convencer a CFK de que, de jugar por afuera, podría sumar los votos de los electores que están hartos de la rosca interna peronista. Una estrategia que, argumenta, permitiría sumar más votos totales para el peronismo. Tal como sucedió en la PASO presidencial de 2023.

La presidenta del PJ, sin embargo, rechaza de lleno esta premisa. Tiene el sistema D’Hondt en la cabeza y sospecha que Grabois, por afuera, no podrá sumar más votos de lo que una candidatura de unidad del peronismo lograría. Por lo que una ruptura, por más controlada que fuera, podría traducirse en menos bancas en el Congreso. Quiere contenerlo y, para ello, necesita encontrar un candidato que permita funcionar como ordenador interno.

Cristina Fernández de Kirchner, en San José 1111

Es en este contexto que el nombre de Máximo Kirchner empezó a circular. Ya había sucedido hace un par de meses, luego de que el fallo de la Corte Suprema inhabilitó a CFK a ser candidata por la Tercera sección. El nombre de Máximo sonó con fuerza para heredar el lugar que su madre no pudo ocupar, pero se terminó diluyendo. En parte por la resistencia del propio Máximo. En las últimas 48 horas, sin embargo, el operativo clamor volvió a la carga. Motorizado, esta vez, por las primeras líneas del camporismo.

El primero fue Leo Nardini, intendente de Malvinas Argentinas y uno de los dirigentes que CFK designó, tras la derrota electoral de 2021, para intervenirle el gabinete a Kicillof. “No es tiempo de tibios, es tiempo de voces firmes que frenen este ajuste brutal, y trabajen por una Argentina más justa y solidaria”, tuiteó. Se le sumaron Mariel Fernández, intendenta de Moreno, Fernando Raitelli, intendente de Brandsen, y el “Tano” Catalano, secretario general de ATE Capital.

Fue un operativo coordinado por varios jefes territoriales del cristinismo y avalado, a la distancia, por Máximo y CFK. “Puede ayudar a solucionar la tensión interna que hay. Ordenaría a todo el mundo, nadie te puede decir que no”, explica uno de los impulsores del operativo clamor.

Esta mañana, al hablar por Futurock, el gobernador bonaerense dijo: “Pienso que en octubre tenemos que ir de nuevo con una sola boleta, es fundamental, una boleta que se oponga a Milei, que esté llena de candidatos que se opongan a Milei sin ningún titubeo ni especulación”. Y agregó: “Tenemos que generar la mejor expresión, no lo he charlado con Máximo. Todos pueden serlo (candidatos). Hoy yo no tengo una propuesta, tenemos que buscarla. Yo tampoco quiero cerrar opciones”, dijo en referencia a las declaraciones de Máximo Kirchner sobre que no quiere “entrometerse en los planes de nadie”.

El diagnóstico que hace el cristinismo es simple: la prioridad para las elecciones de 2023 no es dirimir la disputa de poder interno, sino mantener la unidad, por lo que el objetivo tiene que ser elegir a un candidato que no genere rispideces. “No importa si mide, se va a votar una herramienta para algo, que es ganarle a Milei. Massa en la presidencial sacó el doble de puntos de la imagen positiva que tenía”, razona un cristinista frente a la pregunta de si Máximo es un candidato competitivo.

Para un sector del cristinismo, el objetivo es priorizar el frente interno. Casi más que ganar las elecciones. Contrario a lo que reclamó, por ejemplo, Ofelia Fernández respecto a la necesidad de una renovación, un sector amplio del peronismo responde que ese recambio está bien, pero que se logra ganando elecciones, no con candidatos. “Últimamente la gente, cuando vota, vota el mal menor. La gente va a votar contra Milei. La última vez que votamos enamorados fue con Cristina. Ahora el desafío es ganar y después hacer un buen gobierno y, como Néstor, renovar la política desde adentro”, razona un dirigente bonaerense. Es un razonamiento que comparte, a su vez, Massa.

Sergio Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof.

Es así que la candidatura de Máximo se presenta como una salida a la crisis interna. En La Cámpora saben que Grabois no competirá por afuera si Máximo es candidato. “No le podemos hacer eso”, admiten, por lo bajo, en Patria Grande. E incluso Kicillof, que podría ser el más reticente, tendría dificultades para oponerse. “Si quiere ser candidato no tenemos ningún problema”, deslizaron desde la Gobernación, unas horas después de que se viralizara el operativo clamor.

Falta el okey de CFK, sin embargo. La decisión final será de la ex presidenta, quien es quien está monitoreando el armado de las listas nacionales desde su encierro en la calle San José. Hay otros nombres en danza, como el de Jorge Taiana, que es el candidato preferido de Kicillof para competir. El ex canciller, muy cercano a Néstor Kirchner, funciona como opción atractiva para todas las tribus. Incluso para Patria Grande.

La discusión porteña

Una lógica similar que se aplica, del otro lado de la General Paz, donde el nombre que resuena para encabezar es el de Daniel Filmus. En la Ciudad, Mariano Recalde, que será candidato a senador nacional, logró unificar a todas las vertientes del peronismo que habían ido por fuera en la elección porteña. Principios y Valores (Guillermo Moreno), el Movimiento Evita (Juan Manuel Abal Medina) y Unidad Popular (Claudio Lozano) –ninguna de las cuales logró superar el piso en la elección local– irán dentro de la lista de Fuerza Patria.

La única incógnita que queda pendiente, al igual que en PBA, es qué hará Grabois. Ofelia Fernández será candidata solo si Patria Grande juega por afuera, pero si hay lista de unidad no será candidata. Itai Hagman es otra de las figuras fuertes del espacio, pero todavía tiene dos años más de mandato.

Mariano Recalde, uno de los fundadores de La Cámpora, junto a Wado de Pedro y Lucía Cámpora

El problema en CABA, sin embargo, es que hay pocos lugares entables. En la provincia el peronismo espera renovar, al menos, las 15 bancas que pone en juego. En la Ciudad, en cambio, ese número llega a 3 bancas. Leandro Santoro será legislador porteño, pero Carlos Heller y Gisela Marziotta buscan renovar. Se baraja, además, la posibilidad de que un artista ocupe una banca en el Congreso y ya hace varios meses que algunos dirigentes mencionan el nombre de Pablo Echarri.

Quedan muchos cabos sueltos, pero la decisión final se tomará el 17 de agosto en el PJ Nacional. Y para eso, insisten en el peronismo, faltan siglos.

MC/MG

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