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La participación electoral perforó su piso histórico, aunque algunas provincias sorprendieron con su asistencia

La escuela Joaquín V. González, de Barracas. La asistencia, la más baja desde el regreso de la democracia.

Agustina Said

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Un 67,6% del padrón votó para diputados nacionales y un 67% para senadores, de acuerdo a los últimos datos publicados. Es el piso más bajo de concurrencia a las urnas desde la vigencia del sistema, cinco puntos por debajo del 72,3% de asistencia en las elecciones legislativas del 2017. Sin embargo, para muchos especialistas, la participación electoral fue mayor a la esperada: en los cuatros comicios provinciales llevados a cabo a lo largo del 2021, el ausentismo había rondado el 40%, lo que presagiaba para estas elecciones nacionales un escenario peor al acontecido. Pero en Neuquén, Entre Ríos, Tierra del Fuego y Tucumán, la asistencia fue muy buena, lo que dio vuelta parcialmente los pronósticos de participación. 

De 34.385.460 personas habilitadas para votar, concurrieron a las urnas 22.263.684, un 67,6% del padrón. De ellas, 10.436.988 pertenecían a las ocho provincias donde se elegían senadores, aunque solo 6.782.574 dieron su voto. Con esta participación, anticipada en el día de ayer al cierre de los comicios, en estas elecciones se perforó el anterior piso de concurrencia, que había sido del 73% en las PASO del 2017. “Está la elección con participación más baja desde la vuelta a la democracia”, asegura Cristian Buttié, director de CB Consultora, en diálogo con elDiarioAr este domingo. 

Sin embargo, los números no fueron tan bajos como esperaban varios especialistas. “Es un nivel bajo por los antecedentes pero muy por encima de lo esperado”, coincide Lucas Romero, director de la consultora Synopsis, en diálogo con el elDiarioAr. 

“Hubo sorpresas en la concurrencia en varios distritos”, sostiene Buttié. Entre los distritos que sorprendieron con el nivel de participación, se encuentran Neuquén, donde votó el 75,9%, y Entre Ríos y Tierra del Fuego, donde votó el 72,4% y 72,2% de los votantes, respectivamente. Este dato coincide con el hecho de que estas dos últimas provincias son justamente aquellas en donde Juntos por el Cambio dio el batacazo: en el distrito fueguino, la oposición obtuvo el 36,45% de los votos, ante un 32,96% que obtuvo la lista liderada por la oficialista Carolina Yutrovic, mientras que, en la provincia de Gustavo Bordet, Juntos por el Cambio obtuvo el 51,26% de los votos (la mayor parte de ellos dirigidos a la lista encabezada por Rogelio Frigerio). 

La mayor asistencia, sin embargo, la tuvo Tucumán, donde, para las elecciones de diputados nacionales votó el 78,5% del padrón y para senadores, el 78,9%. 

Los anteriores comicios llevados a cabo a lo largo de este año presagiaban un ausentismo electoral aún mayor que el acontecido: en las elecciones legislativas en Salta de agosto último, la participación había sido del 64% del padrón; en Jujuy y Corrientes, llevadas a cabo en junio y agosto, el porcentaje del padrón que había votado fue en ambos casos del 65%; y en Misiones, del 63%. En promedio, en las cuatro elecciones provinciales, la participación había sido de alrededor del 64%. Sin ir más lejos, en las últimas elecciones municipales de Río Cuarto, la primera prueba piloto de elecciones bajo una situación de pandemia en noviembre del 2020, del total del padrón electoral habilitado para votar solo se presentó el 49,96%. 

“En promedio, a nivel nacional habrá una participación de 15 puntos menor a las últimas elecciones”, confiaba el director de CB Consultora a elDiarioAr este último viernes. “Si antes había una participación del 75%, en estas elecciones se espera una participación del 60%”. La mayoría de los encuestadores y analistas esperaban que la participación se encontrará en este nivel, en línea con lo sucedido en las últimas elecciones provinciales llevadas a cabo bajo una situación de pandemia. Sin embargo, la concurrencia a las urnas terminó siendo mayor a la esperada, por entre cinco y diez puntos porcentuales. 

Entre las razones de la baja concurrencia comparativa con años anteriores, podrían encontrarse la creciente apatía y descontento de un sector de la población con toda la clase política (lo que podría reflejarse también en la cantidad de votos en blanco), hasta el miedo al contagio bajo el contexto de la pandemia. Las demoras en los centros de votación y las largas filas en algunas sedes no habrían repercutido en el nivel de participación electoral. “Yo creo que la gente que se fue a la mañana por las demoras y el amontonamiento regresó a depositar su voto por la tarde, cuando todo estaba más organizado”, sostiene Buttié. 

“El 67% de participación sigue siendo bajísimo para una elección argentina, donde el voto es obligatorio. Con este nivel de concurrencia, las peores sospechas se confirmaron: los sentimientos de apatía, desencanto y desilusión se manifestaron en las urnas”, asegura Juan Negri, doctor en Ciencia Política, en diálogo con elDiarioAr. 

Cabe destacar que, más allá de la situación de pandemia, la concurrencia electoral a las elecciones primarias tuvo un camino descendente desde la instauración del sistema hasta las elecciones del 2019, cuando repuntó: en 2011, la participación había sido del 78,6%; dos años después cayó a 75%, en 2015 fue de 74,9% y en el 2017, descendió hasta un 73%. Luego, en el 2019, llegó a ser del 76,40%. 

AS

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