Clima de época

El asesinato de las mujeres lesbianas en Barracas, la expresión extrema de los crecientes discursos de odio

Pamela Cobbas y su pareja, Mercedes Roxana Figueroa, dormían en una cama matrimonial cuando se despertaron con el fuego en sus cuerpos. No pudieron hacer mucho ante la rapidez de las llamas. Intentaron salir de la habitación del hotel en la que vivían hace más de un año, pero Justo Fernando Barrientos, las golpeó y las empujó hacia el interior de la habitación donde el fuego seguía ardiendo. Allí también estaban Sofía Castro Riglos y Andrea Amarante, que también fueron víctimas del incendio. 

Amarante, de 42 años, agonizó durante seis días y falleció el domingo pasado.Era sobreviviente de la tragedia de Cromagnon.

En la medianoche del lunes, la habitación 14 del hotel familiar de Olavarría 1621, en Barracas, fue el lugar en el que Justo Fernando Barrientos, de 68 años, decidió quemar a las mujeres. Él dormía en una habitación de por medio. Llenó una botella de combustible y encendió el fuego. Ante los gritos, vecinos de otros pisos corrieron con dos matafuegos para intentar sofocar las llamas, pero no pudieron. Los cuerpos seguían ardiendo, las arrastraron hasta el baño en busca de agua,

Esa misma madrugada falleció Pamela Cobbas, de 52 años, que según sus redes sociales tenía un hijo en Misiones. No se sabe mucho de ella, ningún familiar se acercó al hospital a reclamar el cuerpo. Dos días después, el miércoles, murió Mercedes Figueroa que tenía el 90% del cuerpo quemado. Tampoco hay familiares que la reclamen. Según los registros del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires habían estado en situación de calle y pedido un subsidio. Sofía Castro Riglos, de 49 años, siguen internada en el Hospital Penna. Allí también fue trasladada Andrea, con el 75% del cuerpo quemado. 

Barrientos está detenido, acusado de homicidio y lesiones graves en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 14, a cargo de Edmundo Rabbione. Según testimonios de los vecinos a la Agencia Presentes, el hombre las había amenazado en Navidad y las discusiones eran frecuentes. Le molestaba su identidad de género y las llamaba ‘engendros’, ‘tortas’ o ‘gorda sucia’“. Luego del ataque Barrientos intentó suicidarse cortándose el cuello con un cuchillo y después buscó escapar por la terraza.

“Esta situación de violencia internalizada en muchas personas se hace más fácil cuando quienes están en el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial o quienes tienen acceso a los medios masivos de comunicación hablan con total impunidad desde el odio. Esos discursos facilitan la manifestación del odio a las personas que están en el llano. Se manifiestan en llenar una botella con combustible, prenderla fuego y echarlo en la cama a personas que estaban descansando”, le dijo a elDiarioAR María Laura Olivier, secretaria General de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que acompaña a las mujeres afectadas en el incendio de Barracas. El hecho se da en un contexto de discursos de odio crecientes hacia las diversidades sexogenéricas que se incrementó con la llegada al poder de Javier Milei.

El Presidente y varios de sus funcionarios tienen posturas abiertamente discriminatorias que habilitan esos discursos en la sociedad. No es solo verbal, se trata de repercusiones concretas. Así lo entiende el diputado nacional por Santa Fe del Partido Socialista y militante de la diversidad sexual, Esteban Paulon. “Hay distintos grados de responsabilidad pero cuando desde lo más alto del poder se legitiman los discursos de odio esto rápidamente se transforman en actitudes odiantes, en hechos con consecuencias concretas. No son inocuos. Si un dirigente, funcionaria o alguien con una posición de poder en un medio de comunicación plantea una descalificación a una persona o idea que menoscaba, discrimina o señala a algún colectivo no va a faltar alguien que en la comunidad sienta que debe hacer algo con eso. Eso, por lo general, termina en una acción violenta”, sostuvo en diálogo con este medio. 

Días atrás, el biógrafo y amigo del presidente, Nicolás Márquez, se refirió a la homosexualidad como una “conducta insana y autodestructiva” y dio cifras falaces acerca de la calidad de vida de las personas de la comunidad. “Hay conductas objetivamente sanas y conductas objetivamente insanas. Entonces, cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, como lo ha hecho hasta la aparición de Javier Milei en escena, está incentivando una conducta autodestructiva”, afirmó en una entrevista con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos. Los dichos despertaron una ola de críticas y rechazos de personalidades públicas. 

María Rachid, integrante de la Comisión Directiva de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), habló del riesgo de darle visibilidad a estas expresiones. “En los últimos meses se han profundizado esos mensajes, tienen que ver con que el Gobierno Nacional expresa estos discurso de odio a través de sus funcionarios y eso empodera a otros sectores minoritarios, repercute en más discriminación, agresiones, incluso asesinatos que están siendo avalados o sostenidos por esos discursos de odio”, indicó a elDiarioAR

Pero la responsabilidad no está puesta solo en los funcionarios sino también en los medios de comunicación que permiten la circulación de estos mensajes. De eso habla Lucas 'Fauno' Gutiérrez, activista y periodista de la Agencia Presentes. “Esta semana surgió el debate de si hay que invitar fachos a las mesas de noticias. Creo que sí hay que hacerlo, pero cuando tenés espalda para responderle y desarticular sus mensajes de odio, porque si lo único que hacés es indignarte para que tu público vea como te indignas ante eso, no sirve. Eso pasa cuando no hay representatividad de las diversidades en la mesa de noticias, no se desarticula el discurso sino que se filtra”, explicó.

Gutiérrez también recalcó la responsabilidad de la oposición política. “La responsabilidad es del gobierno entero, incluye a las oposiciones. Nos tenemos que preguntar: ¿Qué voces de las diversidades hay en sus partidos? ¿Cuánto lugar le dan? La responsabilidad es total de nuestros representantes políticos porque si no somos parte de este debate, si somos invisibilizados, si somos callados, ¿qué podés hacer cuando todo desencadena en el crimen de odio? Al final del día, es una consecuencia de una cadena de microagresiones, de discursos, de invisibilizaciones”, describió. 

“Tenemos que ver de qué manera la exposición de esos discursos no termina siendo funcional a amplificarlos en términos de propaganda sino que sirven para amplificarlos en términos de advertencia. Se deben poner en la mesa para revertirlo y dar un debate social. No estoy de acuerdo con la cultura de la cancelación, si hay algo que nos parece dañino lo que tenemos que hacer es rebatirlo”, explicó Paulón.

Microagresiones o expresiones mediáticas como el de la canciller Diana Mondino que habló de los homosexuales como “piojosos”, el odio hacia las diversidades está siempre presente en las sociedades, la diferencia está en la habilitación, en el empoderamiento para expresarlo sin consecuencias.

CDB/DTC