Salud y crisis climática

El Cambio Climático también está relacionado con la expansión del dengue en la Argentina

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Una de las consecuencias más evidentes del cambio climático es el aumento de la temperatura global del planeta en las últimas décadas. Este incremento parece estar asociado a una mayor incidencia del virus del dengue y su expansión a regiones de la Argentina donde antes no estaba presente, según asegura un equipo de investigación liderado por la bióloga María Soledad López, investigadora asistente del Conicet con sede de trabajo en el Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (CEVARCAM) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). 

“En los periodos que comparamos con o sin presencia de dengue, la temperatura fue una variable que aumentó y esa es una de las razones por las cuales podemos estar viendo una mayor incidencia de dengue, una mayor frecuencia de epidemias y también una distribución geográfica más amplia de las epidemias. En 1998 sólo encontrábamos casos y epidemias en las regiones del norte del país, en cambio, en 2009 se registró por primera vez una epidemia de dengue en la región central de la Argentina”, afirma López. 

La investigadora cuenta que el virus reingresó al  país en 1998 y que desde ese entonces la Argentina ha registrado tres epidemias, es decir, cuando muchas personas de una región o país se enferman al mismo tiempo con la misma enfermedad: en 2009 se registraron 24.080 casos, en 2016 hubo 40.649 casos y en 2020 el total se elevó a 55.854. “La de 2020 fue la epidemia más grande que tuvimos a nivel país y coincidió con la pandemia mundial por covid-19 y también con epidemias de dengue muy importantes que se registraron en 2019 en otros países de las Américas”, cuenta López. Según la Organización Mundial de la Salud “cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue”. 

El dengue es una enfermedad viral que se transmite principalmente a través del mosquito Aedes aegypti, especie que también transmite otras enfermedades como fiebre amarilla, zika y chikungunya. Este vector en la actualidad está presente en 20 de las 24 provincias de nuestro país. “Al aumentar la temperatura global del planeta hay zonas que antes no eran tan cálidas y que ahora sí lo son. Por consiguiente, eso determina condiciones climáticas más favorables para la propagación del vector que transmite el virus del dengue. También para que la distribución geográfica del vector sea más amplia y que haya más probabilidades de que exista la propagación del virus del dengue llegado el caso de que ingrese un caso importado”, señala López y agrega que la temperatura afecta la biología, fisiología y ciclo de vida del mosquito.

“La Argentina todavía tiene una gran ventaja, nos reseteamos todos los años. Arrancamos la temporada de verano libres de transmisión. En el invierno mueren todos los mosquitos adultos de esta especie y sólo quedan los huevos, que comienzan a nacer en el verano libre del virus”, explica López que trabaja en este proyecto junto a Andrea Gómez, Gabriela Müller y Elisabet Walker, investigadoras del Conicet con lugar de trabajo en el CEVARCAM-UNL; Michael Robert, del Departamento de Matemática de la Universidad de Virginia Tech, EEUU;  y de Elizabet Estallo, investigadora del Conicet con sede en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas y el Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba de la Universidad Nacional de Córdoba; y contó con la colaboración de profesionales del Servicio Meteorológico Nacional.

El equipo de investigación analizó variables climáticas, epidemiológicas y biológicas para llevar adelante este proyecto financiado por la UNL y la Agencia santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación. 

Responsabilidad social

Además del comportamiento del vector, del virus y del clima, el equipo hace énfasis en una cuestión fundamental, los hábitos sociales. “El cambio climático nos da un escenario favorable para la presencia del vector y la transmisión del virus si este ingresa al país, pero la mayor responsabilidad es social porque  la transmisión se va a dar si el mosquito se cría y se logra desarrollar y eso lo hace en los recipientes que tenemos y generamos en nuestros domicilios”,  remarca López, que recientemente participó en las XII Jornadas Regionales Sobre Mosquitos.

Bautizado como el mosquito doméstico, el Aedes aegypti se cría en los recipientes que contienen agua tanto en el interior de las casas como en sus alrededores, por eso es importante eliminar neumáticos, latas, botellas, trozos de lonas o bidones en desuso o evitar que se acumule agua en  palanganas, baldes, portamacetas, rejillas o canaletas que no drenan bien, por ejemplo. “Cuántos menos criaderos tengamos, menos transmisión vamos a tener”, resume la especialista.

El último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que la temperatura global del planeta seguirá aumentado si no se reducen los gases ¿esto contribuirá a una mayor incidencia del virus del dengue?

Todo indica que sí, esa es la tendencia que se viene viendo, pero todo va a depender de las políticas que llevemos adelante y de las acciones individuales de cada uno de nosotros. El clima es un factor más, pero no es lo único que determina la transmisión del virus del dengue y tampoco es el más importante. El escenario climático puede estar pero si la prevención social es la adecuada, la transmisión puede llegar a ser mínima. 

MB