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Tras un día de confusión, el Gobierno mantiene el plan original de empezar a vacunar el 26

Alberto Fernández, Ginés González García y Carla Vizzotti. El gobierno mantiene el plan de comenzar a vacunar el 26.

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Hace rato que Alberto Fernández no corona, sin tropiezos, una buena jugada. La novela de la Sputnik V le ofreció la chance de lograr, contra las dudas y los malos pronósticos, que antes de Navidad lleguen al país las dosis para empezar a vacunar, y de ese modo figurar en el pelotón de países que lo hacen antes que termine el 2020 y ser el primero de la región.

Pero apareció Vladimir Putin y con una frase sobre su propia vacunación (“Lo haré tan pronto como sea posible”) detonó la incertidumbre. El premier ruso dijo algo que, según reconstruyó elDiarioAR, ya sabían en la cima del gobierno: que el primer lote de Sputnik V, las 300 mil dosis acordadas por contrato, no tenían todavía los estudios que garantizan la efectividad en mayores de 60 años. Putin tiene 68.

Fueron horas de temblor: explicaciones de las enviadas argentinas a Moscú, una prematura afirmación de que la negociación quedaba en stand by hasta nuevo aviso y recién al caer la tarde, un puñado de certezas o lo que se pueda considerar certezas en un “mundo turbulento y convulsionado”, como le dijo a elDiarioAR un funcionario nacional.

Las dosis llegan antes de Navidad y tres días después queremos empezar a vacunar en todo el país al mismo tiempo, a pesar de salud abocado a los operativos contra el COVID-19

A las 20 horas del jueves, el gobierno retomó el plan inicial que contempla tener las dosis en Argentina el día 23 y comenzar a vacunar 72 horas horas después, en distintos puntos del país y a un sector específico: el personal de salud considerado “expuesto”, es decir médicos, enfermeros, terapistas y demás profesionales que están en la primera línea.

Alberto Fernández. que reconfiguró su agenda en medio de un jueves negro, no podría cumplir su promesa de ser el primero que se vacune, ya que tiene más de 60 años. Carla Vizzotti, la viceministra de Salud, dijo desde Moscú que el presidente no se inmunizará hasta que lo haga Putín. Tampoco podrían hacerlo Cristina Kirchner y Ginés González García.

La primera tanda de vacunación no incluirá, por ejemplo, a personal administrativo. La selección tiene una razón: en el país hay más de 700 mil efectores de salud y, de esos, según un informe de la cartera sanitaria, unos 500 mil están abocados de manera directa o indirecta a gestión de la pandemia.

“Las dosis llegan antes de Navidad y tres días después queremos empezar a vacunar en todo el país al mismo tiempo”, detalló una fuente oficial a elDiarioAR y precisó que la inmunización comenzará con el personal de salud abocado a la lucha contra el COVID-19.

Hubo, entre dichos y desdichas, movimientos en todos los frentes. En Casa Rosada apuntan a un lobby empresario en lo que consideran un ataque abierto contra la vacuna Sputnik V, desarrollada por el centro Gamaleya. Pero asumen su cuota parte en la confusión: información cruzada, imprecisiones y anuncios que más de una vez se basaron en promesas.

Con la Sputnik, sin embargo, hay un contrato que compromete tres entregas de dosis, una en el mes de diciembre, otra en enero y la tercera en febrero. Las fechas puntuales, que figuran en el acuerdo, se guardan bajo siete llaves en el oficialismo.

El martes, este diario anticipó que el gobierno se preparaba para que las primeras dosis llegarían a la Argentina entre el 22 y el 23 de diciembre. Ese plan se reactivó luego de la bruma que sobre el operativo desplegaron las palabras de Putín y las reacciones de los funcionarios argentinos.

Tras esos sacudones, aparecen algunas precisiones y explicaciones. Veamos lo más relevante:

PLAN DE VUELO. La hoja de ruta para traer las 300 mil dosis es la siguiente. un Airbus 330 de Aerolíneas Argentinas partirá el 22 a las 3.30 AM desde Ezeiza con destino Moscú, adonde llegará a las 2 A.M horario Moscú. El retorno, en tanto, está previsto para las 6.30 Moscú con horario de llegada a Ezeiza a las 18.30 del miércoles 23. Es un vuelo de entre 17 y 20 horas, sin escalas, con 10 tripulantes que no bajarán del avión, esperarán que se efectúe la carga e iniciarán el regreso.

CONTINGENCIAS. El plan de vuelo se terminó de definir este jueves pero está sometido a posibles cambios indicados desde Rusia, según se explica. ¿Cuáles? Que por algún motivo, para el horario previsto de llegada, las dosis no estén en Moscú para su carga. Eso puede ser por demora en la producción o en el traslado: las vacunas se fabrican en San Petersburgo, desde donde deben ser trasladadas en camiones hasta Moscú. Son 706 kilómetros y los pronósticos de nevadas en pleno invierno ruso aparecen, según cuentan fuentes de la comitiva, como una eventual complicación.

APROBACIÓN. Otra duda está ligada a la aprobación, sobre lo cuál hay algunas explicaciones. A diferencia de productos de EEUU o de Europa, Rusia utiliza un mecanismo de aprobación “por lote”, de producto: no se aprueba la patente de manera genérica sino que cada envío, cada partida, requiere de una autorización. Tampoco recurre a la Agencia Europea de Medicamentos. Por ese procedimiento, cada nueva compra de Sputnik requerirá de una autorización de ANMAT. Según fuentes oficiales, el lote de 300 mil dosis no tiene los certificados que garanticen su eficacia para mayores de 60 años pero el lote previsto para principios de enero ya vendría con los estudios sobre su aplicación en esa franja etaria.

PI

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