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Diez personas sin barbijos en Navidad: así cambia el riesgo de contagio según el espacio y los asistentes

Los distintos escenarios de reuniones.

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Se acercan las Navidades. La regla general es restringir las interacciones, pero se asume que habrá encuentros familiares y de amigos. Y aunque la recomendación es que sean al aire libre, muchos se darán en el interior de los domicilios. ¿Qué pasa si una persona que te acompaña en la cena de Navidad está contagiada de COVID? ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que infectara a otros comensales?

Son las preguntas que intenta responder un modelo matemático diseñado por varios investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y que han distribuido en forma de herramienta online. Lo que hacen es simular la transmisión por aerosoles de la COVID-19 en función de distintas variables que pueden ajustarse (los metros cuadrados del habitáculo, si hay ventilación, si se usa barbijo, si este se utiliza correctamente...). El resultado es el tiempo máximo que el número total de personas escogido puede permanecer sin contagiarse. La aplicación, desarrollada por Kasim Khan en colaboración con Martin Z. Bazant y John W. M. Bush, utiliza un modelo teórico para establecer períodos de exposición y niveles de ocupación seguros para espacios interiores.

¿Cuál es el riesgo que existe para una cena de Navidad con las ventanas abiertas? ¿Y hablando alto sin barbijo? ¿Es igual si hay 6 o 10 personas? Para ver cada situación, elDiario.es comparó el tiempo máximo de exposición sin riesgo para un salón durante el tiempo en presencia de una persona infectada para cuatro situaciones distintas en caso de que se reúnan 4, 6 y 10 personas para cenar. Todos los escenarios se calcularon para un salón-comedor estándar de 20 metros cuadrados y 2,5 metros de alto, sin ningún sistema de filtración y una humedad relativa del 60%.

Para cada uno de los grupos de 4, 6 y 10 personas se muestran los diferentes tiempos hasta que se produce el contagio y en función de varias situaciones: en caso de que estén las ventanas cerradas, los invitados estén sin barbijo y hablando fuerte; un segundo escenario con las ventanas cerradas, los invitados sin barbijos y los familiares hablando en tono normal; un tercero con las ventanas abiertas, los comensales sin barbijos y hablando en tono de voz normal y una cuarta y última situación en la que las ventanas están abiertas, los invitados llevaran barbijos y hablan en un tono de voz normal.

¿Qué riesgo asumiríamos en una cena de Navidad de 4 personas para cada una de estas situaciones? El siguiente gráfico te lo muestra.

Como vemos, el tiempo de exposición seguro disminuye cuanto peores sean las condiciones de ventilación del salón y la situación ideal sería un lugar ventilado donde todos los invitados a la cena lleven barbijos. En el peor de los casos, con las ventanas cerradas, hablando a un volumen alto y sin barbijos, los comensales estarían seguros un máximo de 18 minutos. Si abrimos las ventanas, bajamos el tono de voz y nos colocamos los barbijos, el tiempo escala hasta los 180 minutos.

Se desconoce el peso exacto que los aerosoles tienen en la transmisión del coronavirus, pero cada vez hay más evidencia del papel que juegan. El contagio se puede producir mediante gotículas (partículas grandes que se exhala una persona y caen al suelo en poco tiempo), pero también mediante partículas más pequeñas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas. A medida que pasa el tiempo en un espacio cerrado y sin ventilación, estos aerosoles se condensan y el riesgo de contagio se incrementa. El modelo está basado en un estudio, aún en preprint –sin revisar por pares– que concluye que la distancia de dos metros entre personas no es suficiente para frenar el contagio y que asume la transmisión por aerosoles como la “predominante” para el coronavirus.

Aunque la distancia de seguridad protege de las gotas grandes emitidas por un persona infectada al toser o al hablar, al igual que el barbijos, no protege de una transmisión por aerosoles que están suspendidos en el aire, concluyen los investigadores. Hay que tener en cuenta que este modelo solo considera este tipo de contagio y no otras formas, como el contacto directo con superficies y las gotículas. Por otro lado, se trata de una simulación, por lo que aunque hable de “tiempo máximo de exposición seguro”, la seguridad no se puede garantizar en ninguno de los casos.

¿Y que pasa si aumentamos el número de personas presentes en la sala? El riesgo se incrementa. Por un lado, porque existe mayor probabilidad de reunirse con una persona infectada y, por otro, porque aumenta la concentración de aerosoles en la estancia. Esta es la simulación del tiempo de exposición seguro en una cena de navidad de 6 personas. Por ejemplo, si estamos sin barbijos, hablando a un volumen normal y con las ventanas cerradas, el riesgo comienza a los 17 minutos. Si mantenemos todo igual, pero ventilamos, el modelo araña cuatro minutos (hasta los 21):

Para el caso de la cena de Nochebuena o la comida de Año Nuevo, estos serían los tiempos de riesgo de contagio en caso de que una persona presente estuviera infectada: en la situación ideal, algo más de una hora (71 minutos), que se va reduciendo a medida que los comensales comienzan a elevar el tono de voz o cierran las ventanas. Si no ventilamos, gritamos o hablamos alto y nos quitamos las mascarillas, el margen se reduce a tan solo nueve minutos.

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