Promesa cumplida, derecho ampliado
La Cámara de diputados acaba de dar su aprobación al proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo – IVE. Un hecho trascendente, trascendente porque 37 años atrás, cuando el 10 de diciembre de 1983 recuperamos la democracia, la Argentina apostó a la vida y a recuperar derechos abolidos y cercenados por la dictadura militar, así como otros previos ya limitados.
El país se había caracterizado por una clase dirigente fiel al lema de la necesidad de poblar nuestro territorio para asegurar el desarrollo. Lo que resultó adecuado en los comienzos de nuestra patria, dejó de serlo ya hace muchos decenios cuando aquellas teorías que aseguraban que el desarrollo necesitaba tener un país poblado, cayeron.
Pero se sacrificaron generaciones de argentinas que no pudieron planificar su familia porque esto atentaba contra la apuesta a un país grande y desarrollado.
Pero transcurrieron los años y los avances de todo tipo demostraron que no era en eso en lo que radicaba la fortaleza de un país.
Porque lo que conseguíamos no era poblar.
Lo único que conseguíamos era que persistieran la mortalidad e infantil y materna, a pesar de los avances en la atención de la salud, a pesar del encomiable sistema sanitario público que nos permitía cubrir especialmente la atención del parto y el control del niño.
Los estudios nos mostraban que la mortalidad materna no descendía. Los números de madres que morían no bajaban: porque las complicaciones del aborto clandestino no lo permitían.
Este fue uno de los fundamentos para la sanción de la Ley de salud sexual y reproductiva, que nos llevó diez años lograr. Luego la sanción de la Educación Sexual Integral fue mas fácil, pero la logramos recién en 2006.
Por el contrario, no conseguíamos que se pudiera considerar una Ley del aborto. Los proyectos se presentaban pero no lograban discutirse en las comisiones.
Por primera vez, en 2018 un proyecto de Ley del aborto llegó a ser tratado en plenario y aprobado en Diputados, pero rechazado en Senado.
Estamos ahora por retomar el camino hacia Senado.
Esta vez esperamos que les senadores tengan una conducta activa y no se limiten a decir No. En 2018 armaron una tribuna de presentaciones que fue una burla para quienes participamos. Porque después ni siquiera armaron un dictamen rechazando el proyecto.
Ahora les pesan los miles de niñas y mujeres que están enfermas o murieron.
Porque el aborto existe, existió y existirá.
La clave es si las mujeres lo hacen en forma segura o caen en la clandestinidad: allí radica el problema, por el riesgo de que enfermen o mueran.
Ahora que el aborto es medicamentoso, resulta una práctica médica muy segura, no invasiva y de bajo costo. Incomparable con un aborto clandestino complicado que cuesta millones y del que no tenemos la garantía que la mujer sobreviva y menos que quede sin secuelas.
Celebramos la ampliación de un derecho hasta ahora negado a las mujeres y niñas argentinas. Ahora les senadores deben afianzar nuestra democracia completando esta ampliación.
Mabel Bianco es médica, MPH , Epidemióloga y especialista en Estadística medica. Presidenta de la Fundación para Estudio e Investigacion de la Mujer – FEIM-.
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