Escapó de una cárcel en Bariloche: el caso de la mujer trans condenada por matar a la gestante de sus hijos

Prófuga desde hace ocho meses, la brasileña Amanda Alves Ferreira, de 30 años, afirma que el juicio en la Argentina que la condenó a prisión perpetua por homicidio fue manipulado y critica a la Justicia del país: “Si pagás, no vas preso”.
En una entrevista con Folha, asegura que no mató a la también brasileña Eduarda Santos de Almeida, de 27 años, amiga con quien vivía en Bariloche y que había gestado a sus dos hijos mediante inseminación, además de entregarle otra niña para que Amanda la criara.
Sostiene que el homicidio, ocurrido en febrero de 2022, fue cometido por una organización criminal dedicada a la trata de personas. “Tengo mucho que contar. Pero temo por mi vida”, dijo por teléfono “desde algún lugar de América Latina”, el pasado 6 de marzo. “Yo sé muchas cosas, y Eduarda también sabía.”
En agosto del año pasado, Amanda escapó de la cárcel en Bariloche. Ahora dice que “presentará pruebas” para solicitar un nuevo juicio debido a supuestas irregularidades en el proceso.
Miembros del Poder Judicial de Bariloche aseguran que “el cerco se cerró” sobre Amanda y que su paradero ya habría sido descubierto. Hasta el momento, no hay una alerta de Interpol para su captura.
El crimen
En Bariloche, Eduarda gestó dos hijos mediante fertilización in vitro con el semen de Amanda, una mujer trans, y de su esposo, Marcelo Ramírez, quien falleció durante la pandemia de Covid-19. Los gemelos nacieron en 2019.
Luego de una breve estadía en Brasil, Eduarda regresó embarazada a Bariloche y en diciembre de 2021 dio a luz a una niña, que también entregó a Amanda para su crianza. Actualmente, los tres niños están al cuidado de familiares.
Para el fiscal Martín Lozada, “Eduarda se volvió una molestia” para Amanda cuando empezó a poner límites y obstáculos al contacto de la hoy condenada con los menores.
La noche del 16 de febrero de 2022, Amanda condujo hasta el inicio del sendero del lago Escondido, en el Circuito Chico, al oeste de Bariloche. En el auto también estaban Eduarda y los tres niños.
Allí, según reconstruyó la Fiscalía, empuñó y disparó un revólver marca Smith & Wesson, modelo 686, calibre .357 Magnum. Unas horas después, Eduarda fue hallada muerta. Amanda confesó el crimen.
Mensajes de texto previos al asesinato indicaron que todo fue planeado y organizado en detalle. “Tomó todas las precauciones para que la víctima no pudiera defenderse y, actuando con seguridad, realizó al menos nueve disparos que impactaron en su cuerpo”, señaló la Fiscalía.
La condenada, por su parte, declaró que “no planeó nada” y que fue Eduarda quien llevó el arma esa noche, por temor a supuestas amenazas de una banda criminal.
“Disparé una vez, pero no contra Eduarda. No voy a mentir: agarré el arma e hice un disparo al aire. Pero la Fiscalía en un momento dijo que Eduarda tenía seis disparos, en otro nueve, y en el juicio dijeron cuatro. Yo disparé una vez, pero no la maté”, reiteró a Folha.
De hecho, durante la investigación no pudo esclarecerse si el cuerpo de la víctima tenía impactos correspondientes a cuatro, seis o nueve disparos.
¿Y por qué confesó el crimen entonces? “No había comido nada desde el día anterior. Y un policía vino y me dijo: ‘Lo que podés hacer es decir que fuiste vos, asumir la culpa, y te mandan a casa con tus hijos y después respondés en el juicio’. Yo estaba cansada y dije eso”, relató.
Ella dice estar preparando una demanda en la que detallará supuestas irregularidades del proceso, entre ellas: la Fiscalía afirma haber perdido la grabación realizada el día del primer allanamiento en la casa que ambas compartían, pocas horas después del asesinato de Eduarda; el arma fue encontrada cinco días después y no tenía huellas digitales; las cámaras de seguridad de la zona muestran, en el horario del crimen, un vehículo con ambos faros intactos, mientras que el auto en el que se desplazaron tenía uno roto.
El fiscal Lozada rechaza estas acusaciones. Declaró a Folha que “el trabajo de investigación criminal fue muy preciso, rápido y eficaz. Estuvo bien hecho. Se recolectaron muchas pruebas científicas: audios, llamadas telefónicas, mensajes de WhatsApp, cámaras”.
Transición de género
El anuncio de su identidad como mujer trans, el 14 de abril de 2023, incrementó la repercusión del caso. La transición de género fue debatida en los tribunales, ya que para la Fiscalía se trataba de una estrategia para evitar una pena por femicidio —la ley argentina establece que, para configurarse ese delito, el asesinato debe ser cometido por un hombre. En el juicio, Lozada se refirió a la acusada en masculino.
El 30 de junio de 2023, un jurado compuesto por 12 personas condenó a Amanda por los delitos de “homicidio calificado por haber sido cometido con arma de fuego, con premeditación, y por tenencia ilegal de arma de guerra de uso civil”. Se descartó el femicidio.
“La gente no acepta la paternidad o maternidad de personas trans, bisexuales o gays. Tenían un prejuicio que no sé si las influenció”, dijo. “Todo el mundo me pregunta sobre la transexualidad. Yo viví eso para mí, fue algo personal. Antes de terminar la transición, quería estabilizarme económicamente. Quería tener mi familia, una vida estable, y después empezar con la transición física más visible.”
Amanda cumplía condena en el Establecimiento de Ejecución Penal N.º 3 de Bariloche, una cárcel masculina, donde compartía celda con cinco internos. En prisión, era llamada genéricamente “Brasil”. Llegó a presentar una denuncia por abuso sexual contra uno de los reclusos.
El gobierno de Javier Milei
El 6 de agosto de 2024, alrededor de las 21.30, saltó el cerco perimetral del penal, entró en un auto que la esperaba y logró escapar. Los guardias notaron su ausencia al día siguiente.
“No pensaba en fugarme. Después fui viendo lo que pasaba. La Justicia argentina pide mucho dinero. Entonces, el que tiene plata compra, y el que no tiene, se complica”, afirma.
El caso ha sido utilizado por el gobierno de Javier Milei para impulsar su campaña contra la diversidad sexual o lo que denomina “ideología de género”. En redes sociales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció en noviembre una recompensa de $5 millones por su captura.
“Para reducir su condena, intentó engañar a la Justicia con un relato woke de género diciendo que se identificaba como mujer”, declaró. “La buscaremos vestida de hombre o de mujer.”
Al margen de ese debate, Amanda reconstruye su vida y prepara una solicitud diplomática para la realización de un nuevo juicio y su ingreso a Brasil.
Consultado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través del Consulado General de Brasil en Buenos Aires, afirma tener conocimiento del caso, pero que por ley no proporciona información sobre asistencias individuales a ciudadanos brasileños.
SR/DTC
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