Mientras sigan las lluvias, continuará “la invasión” de mosquitos
Desde los primeros días de febrero, a la par de la intensificación de las lluvias y de las altas temperaturas, las provincias del Litoral se vieron afectadas por una abundancia repentina de mosquitos. Son más grandes que los habituales, aparecen en mayor cantidad y están al acecho durante más horas del día. El fenómeno “esperable” y “recurrente”, según los expertos, se extendió en las últimas semanas y llegó a la ciudad de Buenos Aires con la aparición de insectos de gran tamaño.
¿Hasta cuándo durará? ¿Representa un peligro sanitario? ¿Puede desencadenar una nueva epidemia de dengue? ¿Cuál debe ser el rol de los estamentos gubernamentales? ¿Tiene una relación con el cambio climático? A estas y otras preguntas, respondió a elDiarioAR la doctora en Biología y entomóloga del Instituto de Medicina Regional, Marina Stein.
¿A qué se debe la invasión de mosquitos que estamos viviendo en el Litoral?
Nosotros no llamamos ‘invasión’ porque la palabra se asocia a un enemigo. Las especies animales no son enemigas. Hablamos de una aparición repentina de gran abundancia de mosquitos, diferente a la habitual. Es una aparición brusca que incluye a los psorophora y al aedes, insectos que se crían en charcos. Las hembras de estos mosquitos depositan los huevos en la tierra húmeda, en los bordes de los charcos, que permanecen 48 horas hasta que el embrión termina su desarrollo y si llueve, eclosionan. Si el charco en el que están depositado los huevos, no eclosiona en 48 horas, permanece en latencia por casi un año. Lo que pasó ahora es que no sólo hubo lluvias abundantes sino también que fueron frecuentes, permitiendo el desarrollo completo de los insectos. Por eso, tenemos tantos mosquitos intentando alimentarse con sangre humana que es su principal fuente de energía.
¿Esta situación es esperable?, ¿se puede predecir cuánto puede durar?
Es esperable porque estas especies están en nuestra zona. Son muy frecuentes, tenemos más de 15 especies de mosquitos y en épocas de mayores precipitaciones y de mayor temperatura, aparecen. Lo que sí nos sorprendió más que años anteriores porque el 2020 fue un año muy seco, por lo tanto, tuvimos menos mosquitos. Respecto a cuánto pueden durar, si las lluvias continúan siendo frecuentes, van a seguir estando. Para que disminuya la cantidad de mosquitos adultos tenemos que esperar que bajen las temperaturas, porque en el río hay más probabilidad que los charcos se sequen.
¿Estos mosquitos trasmiten algunas enfermedades? ¿Representan un peligro?
Los mosquitos psorophora, que son los que están abundando, no se conocen que trasmitan ningún tipo de patógeno, como lo hace el aedes aegypti. Sí se conoce que algunas de estas especies de mosquitos de inundaciones están naturalmente infectadas por virus, pero esa no es una condición suficiente para que pueda trasmitirlo.
En Resistencia y en Corrientes se piden campañas de fumigación para morigerar la cantidad de mosquitos, ¿son útiles? ¿cómo se puede prevenir?
La única forma de revenir es con repelentes individuales. Si estamos al aire libre, espacios públicos verdes, utilizamos repelente, ropa clara y mangas largas de ropa liviana. Después es importante mantener los pastos cortos, porque los mosquitos buscan refugiarse entre las plantas. Si tenemos el pasto corto, la exposición de los charcos al sol se corta y también la expectativa de vida de los mosquitos. Nosotros no recomendamos la fumigación para estas especies, primero porque los mosquitos son alimentos de otros animales y, por otra parte, sólo se elimina a los adultos de esta especie. La importancia de la fumigación tiene lugar ante epidemias como las del dengue, que requiere mayores cuidados y controles para que tenga los efectos adecuados.
Cambio climático
El aumento de la temperatura global, que ubicó al pandémico 2020 entre los tres años más cálidos registrados, según Organización Meteorológica Mundial (OMM), suele ser relacionado con el incremento en la cantidad de mosquitos. En una declaración previa a la crisis del Covid-19, la OMM se refirió a las crecientes consecuencias del cambio climático, denunciado – entre muchos otros puntos – que “las condiciones climáticas desde 1950 facilitan la transmisión del virus del dengue a través de los mosquitos del género aedes, con el consiguiente incremento del riesgo de contraer la enfermedad”. Ese riesgo, sostienen, afecta a la mitad de la población mundial .
Al respecto, Stein insiste en que es importante distinguir entre los cambios en la temperatura por cuestiones ambientales y estacionales, y el aumento en la temperatura global y sus consecuencias en las especies. También insiste en que se debe tener claro la distinción entre los tipos de mosquitos y los riesgos sanitarios que supone cada uno.
¿Se puede hablar de una relación entre el aumento de los mosquitos y el cambio climático?
La mayor abundancia de mosquitos no refleja directamente un problema ambiental. Tenemos que tener en cuenta que la tierra está supeditada a ciclos climáticos estacionales y a ciclos mayores como El Niño y La Niña, que generan grandes precipitaciones y sequías. Esa alternancia da como resultado una mayor o menor cantidad de mosquitos.
Por otro lado, está el cambio de la temperatura global que puede llegar a provocar un aumento en la presencia de determinadas especies. Como consecuencia de ello, puede darse la emergencia de enfermedades que antes estaban controladas o la aparición de vectores en lugares en los que antes no aparecían. Por ejemplo, el cambio ambiental también produce un desplazamiento de las isotermas hacia el sur, generando condiciones que son favorables para el desarrollo del aedes en lugares como Bahía Blanca, La Pampa o Neuquén, donde antes no se podían establecer.
¿Existe peligro de una nueva epidemia de dengue con la proliferación de estos mosquitos?
No tenemos que mezclar la abundancia de estos mosquitos de charco, que estamos viendo ahora, con el dengue, pero igual tenemos que tener en cuenta que el aedes está presente en el ambiente. El aedes sigue representando el principal problema en Argentina, porque si bien no estamos teniendo casos y no podemos decir en qué momento va a ocurrir una nueva epidemia, sí sabemos que los intervalos interepidémicos están siendo cada vez más cortos.
Stein finalmente aclaró que la especie de mosquitos que apareció en Buenos Aires es distinta a la que está presente en Chaco y Corrientes. “Si hay más lluvias en la región templada, centro de Argentina, las especies de charco que estén en esas provincias producen el mismo fenómeno que acá. Todos los años en Buenos Aires hay una aparición repentina y abundante de Aedes albifasciatus que cría en charcos. En nuestra región, tenemos esa especie, pero no es tan abundante”, explicó y reiteró que la principal y más efectiva acción de prevención es el uso de repelentes.
ADLR
0