Elogio del fan, una escritora de silencios

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Fan de todo lo que nos pasó/de estar prendido a tu ilusión. Fan - Emmanuel Horvilleur

Uno. Subo a Instagram la tapa de la novela que recién termino de leer. El gesto pavote, torpe, exhibicionista ante esa conmoción pequeña que implica siempre cerrar un libro que te arrasa en su belleza, que te lleva puesta (es La clase de griego, de Han Kang, acaba de salir en español, abajo les cuento más). Mientras reviso las páginas que subrayé, alguien ve la foto y me pregunta qué me pareció. Sin darle muchas vueltas respondo eso: que el libro me devastó, que me encantó, que un poco me dejó sin palabras como le pasa a la protagonista de la historia. También digo que me arrepiento de haberlo terminado muy rápido, que ahora no me queda nada más de esa escritora coreana de la que soy fan. Al rato vuelvo a esa palabra y me río de la ñoñada que acabo de tipear: me veo lejos del imaginario ruidoso del fan (por pudor o por tibieza, el tridente gorro-bandera-vincha es invisible para mí en general; soy una fan impostora o demasiado sigilosa). Pero también veo lejos de ese bochinche a una escritora austera que se mete justamente ahí, al filo del lenguaje, al borde de lo que se dice. Una escritora de silencios.

Dos. Cada vez leo o escucho a más escritores y escritoras hispanoparlantes que en entrevistas se refieren a las personas que esperan libro en mano para una firma o una presentación como fans. Me causa gracia. Y más todavía cuando hablan de mis fans. Ese asunto de época, estos tiempos de mi (en el microcosmos editorial el posesivo pareciera propagarse más todavía): mi libro, mi editor, mis estudiantes y así. Son días de tener más que de escribir, de querer vender más que de leer o invitar a otros a hacerlo; de propiedad más que de discusión, de exhibición (y estas palabras arrancaron con una que me incluye, no saco los pies del plato) más que de conversación. La posesión o esa resistencia de lo privado en su versión capital: la traba en la puerta que llamamos pasador y que paradójicamente es lo que impide acceder, ese no pasarán metálico, brillante, farolero; mío, mío, mío. 

Tres. En otra vereda, una que me imagino bastante alejada de esos escritores y escritoras del mi, YouTube me ofrece una charla que tuvo lugar en la última edición de la Feria de Editores (abajo les cuento más). Osvaldo Baigorria y Martín Kohan son convocados a participar de un encuentro que se llama Acumuladores de libros. Lo que más me gusta es que, pese al título del encuentro, los dos hablan durante una hora y pico sobre pérdidas, sobre subrayados o personas que se escapan (hay una escena de un cruce fallido con Borges que recupera Baigorria, por ejemplo), sobre bibliotecas que se desintegran, sobre fragilidades más que sobre contundencias. De hecho, los dos, por motivos distintos, plantean su incomodidad en este sentido. “Lo que a mí me parece que se acumulan son las lecturas que se hacen en los libros y de los libros”, propone Baigorria; “Comparto la vacilación respecto a la palabra acumulador, porque tiene algo de diagnóstico, supone que hay un problema. Me hace pensar en Marie Kondo, con quien sólo comparto las iniciales. Prefiero atesorar”, apunta Kohan. 

Cuatro “Si, como dice Juan José Becerra, ‘la experiencia de leer no es otra cosa que la experiencia de esperar’, el futuro, como la lectura, siempre llega, es lo que no puede no llegar. Y, a la vez, cuando llega, ya es tarde. ‘El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos’, la frase de Casablanca, podría parafrasearse: el mundo se derrumba y nosotros leemos –es que amor y lectura también comparten la pérdida de sí–. Vir Cano lo dijo así: ‘Sin conmoción, sin esa irrupción de le otre, sin el tambaleo del yo, no hay amor, ni pensamiento, ni duelo, ni fiesta’, lee, subraya e irradia Alexandra Kohan en este texto sobre la lectura, el desastre y esa combinación que nos atraviesa por estas horas. ¿Qué hacen mientras tanto esos y esas a quienes –muchas veces con una condescendencia estudiada– algunos llaman fans? Una fila emocionada, un acampe lleno de expectativas, una comunión de atraídos y atraídas por un mismo imán. A veces más estridentes, a veces discretos, se juntan horas, días o años para esperar un futuro escurridizo, una promesa endeble, un movimiento mínimo o gigante de esa persona a la que aman sin saber si efectivamente va a llegar. O tal vez sabiendo que lo que hay en el amor no es más que intermitencia.

Cinco. Me declaro fan de los fans, que al final son los más zen de todos: los que leen en medio del temblor, los que comulgan y comparten con otros como ellos, los que hacen la fila, los que se saben al lado del camino. Me rindo ante ese amor siempre fugitivo. Uno que vive y renace cada vez; que late y palpita hasta la próxima gira, hasta el próximo libro, hasta la próxima espera.

Esto es Mil lianas, un intento precario en medio del desconcierto. Empieza una nueva edición.

1. La clase de griego, de Han Kang. “Era un silencio frío y extraño, como una sombra sin cuerpo, como el tronco vacío de un árbol muerto, como la materia oscura que llena el espacio sideral”, se lee en las páginas de La clase de griego (Random House, 2023) de Han Kang. El libro, publicado en Corea en 2011 y ahora traducido al español, tiene en el centro a una mujer bastante reservada que toma clases de griego antiguo en un instituto privado de Seúl porque acaba de perder el habla y piensa que tal vez, entre esos verbos, esas expresiones y esos caracteres tan distintos a los de su lengua, puede recuperar los propios. El silencio es una especie de loop que cada tanto vuelve a su vida: veinte años atrás también se había quedado así, sin poder decir. A medida que avanza la narración, siempre narrada con delicadeza y una búsqueda poética de gran sensibilidad, se descubren otras pérdidas: su madre murió hace poco, su ex esposo se quedó con la custodia del hijo que tuvieron juntos, su infancia estuvo plagada de palabras que se le escapaban.

La mujer llama la atención del profesor del curso, un hombre que acaba de volver a su país después de haber vivido en Alemania y que también atraviesa un declive: su vista se va apagando cada vez un poco más y sabe que le queda poco tiempo hasta entrar en una oscuridad total. Del cruce de estas dos personas, con sus fragilidades a cuestas, surgirá una historia pequeña y hermosa que indaga en el lenguaje con su potencia y su filo (atención que hay, desde las primeras páginas, referencias a Borges), en los vínculos rotos y en los que se arman a partir de esquirlas, y también en ese terreno con bordes muy poco nítidos que llamamos intimidad.

Han Kang nació en Gwangju, Corea del Sur, en 1970. Empezó a escribir a mediados de los ‘90, pero fue con La vegetariana (en Argentina fue editada por el sello Bajo la luna), su primera novela traducida al inglés y aclamada por la crítica, que ganó en 2016 el Premio Booker Internacional. Entonces su nombre empezó a sonar cada vez más como una de las voces más interesantes de la literatura de su país. Cosechó numerosos premios y trabajó, hasta 2018, como docente en el Instituto de las Artes de Seúl. Dedicada por completo a la escritura en la actualidad, sus libros fueron traducidos a más de 30 idiomas. Por la salida de La clase de griego, esta semana la autora estuvo de gira por España (pueden ver por acá una charla que dio en Madrid).

La novela La clase de griego, de Han Kang, salió en español por Random House.

2. Elvis por cinco. Lo comentamos algunas semanas atrás: llegó Priscilla de Sofia Coppola al Festival de Cine de Venecia y pronto –dedos cruzados– la tendremos también en las salas de cine de todo el mundo. En Argentina, de hecho, el estreno comercial en salas está previsto para fin de año y la plataforma Mubi también ofrecerá el largometraje en su menú. Mientras tanto, en los últimos tiempos los distintos servicios de streaming fueron subiendo a sus catálogos producciones audiovisuales que tienen como protagonista a Elvis Presley, una figura que sigue siendo revisitada y admirada en todo el mundo (ya que hablábamos de fans más arriba). Entre otras, hay documentales, películas de ficción que continúan alimentando su mito y hasta una serie de animación

De lo más reciente, me interesó mucho el documental Reinventando a Elvis: El regreso del 68, estrenado en agosto por Paramount +. Escribí por acá sobre esa y otras series y películas para ver por streaming que ponen en escena la vida y las contradicciones de una de las mayores estrellas del rock de todos los tiempos.

La selección con documentales, largometrajes de ficción y series animadas alrededor de Elvis Presley para ver por streaming se puede leer en este enlace.

3. Mesas de la FED. La Feria de Editores de Buenos Aires empezó a subir a su canal de YouTube distintas charlas con escritores y escritoras que tuvieron lugar en su última edición. Para quienes no pudieron estar o se perdieron alguna, entre tantas actividades y tanto fervor, este rescate es una especie de tesoro. Como les comenté arriba, por mi parte me enganché especialmente con la conversación que mantuvieron Osvaldo Baigorria y Martín Kohan sobre bibliotecas, subrayados y lecturas (dejo el video por acá).

Mientras se sigue subiendo material, ya están disponibles, entre otras, la entrevista pública que le hicieron al escritor estadounidense Peter Rock, una de las grandes visitas internacionales de la última FED; la mesa El libro, las selfies y los escritores profesionales, con Edgardo Scott, Guido Herzovich y Paula Puebla, y el encuentro Cuando la literatura desafía los binomios, con Alejandra Kamiya, Isabel Zapata y Cecilia Fanti

Las charlas con escritoras y escritores que participaron de la edición 2023 de la Feria de Editores de Buenos Aires se pueden ver por acá.

Banda sonora. Hablamos antes de Elvis y se impuso: elegí para nuestra lista compartida algunas canciones de su célebre especial televisivo de 1968, ese momento mágico en el que, después de un tiempo dedicado al cine y a otras cuestiones, hizo una suerte de regreso.

También volvieron, de a poquito, los Rolling Stones por estos días, con el anuncio de un nuevo disco, que saldrá en octubre, y el anticipo del single Angry. Me gustó esta selección de canciones de Jagger y los suyos “para mover la patita” que hizo el músico argentino Juanchi Baleirón, así que las sumé también a nuestra banda sonora.

Bonus track. La semana pasada comentamos algunas películas de Steven Spielberg (para quienes me preguntaron: sí, volví a ver Tiburón y sí, sufrí bastante). Si están con ganas de seguir con este director, si se la perdieron en el cine o quieren volver a ella en casa, desde hoy está disponible Los Fabelman en HBO Max. Por otra parte, Disney + subió a su catálogo por estas horas Elementos, la última producción de Pixar. (Ya que estamos, recordatorio: por acá pueden ver una selección con otras películas y series que llegaron o están por llegar durante septiembre a las distintas plataformas).

Posdata. Me meto unos días a boxes (misiones secretas me esperan, no ampliaremos), así que no habrá Mil lianas el viernes que viene. Nos encontramos en 15 días.

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