Misión espacial analiza materia y energía oscuras
Euclid, la misión europea para explorar el universo desconocido y oscuro, despegó a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde Cabo Cañaveral, en Florida.
El lanzamiento se produjo a las 15:12 horas GMT y, tras la separación del cohete, Euclid pondrá rumbo al punto conocido como Lagrange 2, a una distancia media de 1,5 millones de kilómetros de la Tierra –donde también se encuentran telescopios como Gaia y James Webb–.
Desde allí, observará durante seis años miles de millones de galaxias a una distancia de hasta 10.000 millones de años luz, en más de un tercio del cielo; el objetivo, crear el más grande y preciso catálogo en 3D del universo para tratar de avanzar en el conocimiento de la naturaleza de la materia oscura, que mantiene unidas a las galaxias, y la energía oscura, responsable de la expansión del universo. Juntas constituyen el 95% del universo, pero siguen siendo uno de los mayores misterios de la cosmología.
La tercera dimensión del mapa será el tiempo: captando la luz de galaxias situadas a hasta 10.000 millones de años luz, Euclid se sumergirá en el pasado del universo, nacido hace 13.800 millones de años.
El objetivo es reconstituir su historia fragmentándola en “porciones de tiempo”, explicó en una rueda de prensa el astrofísico Yannick Mellier, jefe del consorcio Euclid, que integra 16 países.
La misión confía en detectar las huellas dejadas por la materia y la energía oscuras durante la formación de las galaxias.
Estos dos componentes de naturaleza desconocida parecen gobernar el universo, del que solo un 5 % está compuesto por materia “ordinaria” y visible. Para el responsable de la misión, Giuseppe Racca, este desconocimiento es una “vergüenza cósmica”.
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