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se cumplen 85 años del primer partido

El Monumental: de cómo una “idea alocada” terminó en uno de los estadios más grandes del mundo

La última versión del Monumental, el más grande de Sudamérica, como soñó hace 85 años Antonio Vespucio Liberti.

Gustavo Grazioli

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El calendario de mayo es especial para River Plate. Hay dos fechas insoslayables en la historia del club y una que no está tan presente en la agenda de efemérides, pero que igual se suma a los recordatorios por ser la que conmemora el primer partido oficial del Millonario en el estadio Monumental, el cual desde 1986 lleva por nombre Antonio Vespucio Liberti. En los libros de la buena memoria, la que signa importancia tiene que ver con su nacimiento. Al arribar el quinto mes del año, cada vez que el almanaque se posa sobre el día 25, se festeja un nuevo cumpleaños – esta vez el número 122 – y recuerda que, en 1901, de la fusión entre Los Rosales y Santa Rosa, dos equipos anclados en La Boca, tuvo origen la institución de la banda roja.

Pegada a esa fecha, más precisamente el 26 de mayo, lo que se rememora es la inauguración del estadio Monumental en 1938. En este caso, se cumplen 85 años de aquella obra solemne para la época, que, según definieron los propios arquitectos a cargo - Aslan y Ezcurra -, estuvo inspirada en el Coliseo Romano. “Mole que se eleva a 32 metros, llamaba a la fiesta con su imponente masa de cemento armado y el estruendo de bombas de pirotecnia lanzadas desde su interior. Y los socios y aficionados acudieron sin reservas a brindar su homenaje al nuevo y más grande y lujoso templo de sus predilecciones deportivas”, describió el periodista Alfredo Rossi, Chantecler, sobre aquel estreno en el que River se enfrentó a Peñarol (Uruguay) y lo venció por 3 a 1. 

Vale destacar que detrás de esa “idea alocada” – así lo definieron ni bien planteó la propuesta de un estadio para 100 mil personas - estuvo el recordado presidente, Antonio Vespucio Liberti. El mandatario al frente de la institución durante cuatro presidencias no consecutivas (1933-1935, 1938-1940, 1943-1952 y 1960-1967) fue quien impulsó y llevó a cabo la mudanza de Palermo a Núñez, al comprar el predio de 83.950 metros cuadrados anclado en las viejas calles Avenida Centenario y Río de la Plata, hoy denominadas Figueroa Alcorta y Udaondo. ¿Las causas? Los terrenos de la vieja cancha, en Alvear y Tagle, que albergaban a River, no respondían al aforo de hinchas que demandaba el club y además se acaba el contrato de alquiler.

“Cuando se mudó el club a Núñez, creó todo un barrio. Liberti fue el alma del proyecto, el motor, el impulsor”, contó Jorge Alsan, hijo de uno de los arquitectos encargados de la obra, a La Página Millonaria. La particularidad de esta edificación es que se realizó a través del trabajo humano, sin la utilización de máquinas y en la que según detalla La Página Millonaria, “la Empresa Argentina de Cemento Armado utilizó 26.000 metros cúbicos de hormigón y 3000 toneladas de acero provenientes de Europa”.

El día de la inauguración se acercaron 70 mil espectadores y River, además de jugar ese partido contra el equipo uruguayo, ofreció una exhibición de gimnasia rítmica y el atleta Ignacio Ovejero se paseó con la antorcha olímpica. “El jueves 26 de mayo de 1938 será un día de alta significación en el deporte argentino y cualquiera fuese la suerte futura de éste, los niños de hoy cuando sean ancianos, recordarán la grata fecha en que el esfuerzo de un club brindó a Buenos Aires el estadio suntuoso y cómodo que le hacía falta y que tanto había clamado en vano a las autoridades de la nación y la comuna”, escribió Chantecler en esa crónica para El Grafico.

Pero tres días más tarde - acá hace su entrada la tercera fecha importante del mes de mayo que suma su granito en la historia – el día 29, el Millonario jugó su primer partido oficial en el Monumental frente e Independiente. El debut fue con derrota por 4 a 2 y ese 1938, el campeón sería el equipo de Avellaneda. En la formación de River, destacaban Carlos Peucelle, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera y en el Rojo: Arsenio Erico y Vicente De La Mata. 

“River sufrió la derrota y entró en un cono de sombras por varias fechas, teniendo que ceder el liderazgo a manos de Independiente. Cumplida la primera vuelta del campeonato, Independiente era el puntero con 26 unidades, 3 más que River. Sin embargo, para entonces los Millonarios habían recuperado su nivel futbolístico y estaban dispuestos a darle pelea al Rojo”, decían las crónicas de la época. 

De la herradura al Smart Stadium  

La inauguración del Monumental tuvo forma de herradura. La plata en ese momento no alcanzaba para terminar de cerrar el anillo. Hubo que esperar 20 años. Recién en 1958, gracias a los 10 millones de pesos que dejó la venta de Enrique Omar Sivori a la Juventus, se pudieron completar dos niveles de tribuna (la baja y la media). La que actualmente tiene el cartel y precisamente lleva el nombre de ese gran jugador que vistió los colores de la banda.

En 1978, año mundialista y de la infausta dictadura militar que comandó Jorge Rafael Videla, el estadio tuvo otra remodelación que permitió construir la parte alta de esa tribuna Sivori. El mito dice que “fue construido por lo milicos”, pero la historia dice que las obras comenzaron mucho tiempo antes, cuando Isabel Martínez de Perón todavía era Presidenta de la Nación. “Fue el Ente Autárquico Mundial ’78 el encargado de coordinar las obras durante la previa de la competición. Y un dato no menor es que River recibió un préstamo de dinero que tuvo que devolver con importantes intereses. Para colmo, la inestabilidad económica que atravesó el país hacia fines de la década del ’70 acrecentó los problemas financieros de todos los clubes, incluyendo a River”, aporta La Página Millonaria.

Y la última gran reforma del Monumental fue hace poco, con la pandemia de 2020 a cuestas. En ese entonces, su presidente del momento, Rodolfo D’ Onofrio, puso en marcha una obra que empezó por el suelo de la cancha y terminó con el agrandamiento de las tribunas. En lo que respecta al campo de juego, se mejoró el drenaje y el césped pasó a ser hibrido (5 por ciento artificial y 95 natural). Además, los baños fueron remodelados, se instaló WIFI 6, y los alambrados fueron retirados de la tribuna Centenario. 

“Una obra histórica”, definió la actual dirigencia de Jorge Brito. Se caracterizan nuevas butacas rebatibles, 30 nuevos palcos en la Centenario, túnel único para la salida de ambos equipos, un novedoso salón Paddock con vista directa al túnel, nuevos bancos de suplentes integrados a la nueva platea San Martín baja inferior, nuevas cocheras, nuevas circulaciones, nuevo vestuario local ampliado, nuevo sistema de audio, ampliación de los puestos gastronómicos, nuevo departamento médico y nuevos pupitres de prensa en la tribuna Belgrano media (247 puestos). 

Aún queda por finalizar el restaurante con vistas al terreno de juego y el Barrio River, alojado en lo que se conoce como la tribuna Centenario Media. Y dentro de los planes para 2024, está previsto la inauguración un “Palco sensorial” para personas con autismo, el cual estará ubicado en la zona de Hospitality del sector Sívori. 

De aquel estreno de 1938 y el sueño de un estadio para 100 mil personas que encabezó su presidente Vespucio Liberti, al moderno Monumental que termina acercándose a ese anhelo descabellado del siglo XX. De su capacidad de 78 mil espectadores, ascendió a 83.198 y hoy puede jactarse de ser el estadio más grande de Sudamérica. El futuro llegó hace rato.

GG/MG

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