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Un caso de gatillo fácil en Córdoba

Un silencio atronador en la marcha en recuerdo de Blas Correas

Justicia por Blas

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El silencio aturde. Al frente de la marcha, tras un banderón que reclama Justicia por Blas, además de los familiares de Blas Correas, el chico de 17 años asesinado por la Policía de Córdoba en los primeros minutos del 6 de agosto del año pasado; están los familiares de las decenas de víctimas de gatillo fácil, como Joaquín Paredes, José Antonio Avila, Agustín Barrios, Lautaro Guzmán o Yamil Malizzia. 

Son las seis de la tarde de un viernes primaveral. El centro de Córdoba está desolado. De a poco se suma gente, muchos con una remera negra que dice Todos somos Blas  y tiene el dibujo de un impacto de bala. Políticos opositores lo hacen en forma personal, sin banderas ni figuraciones. No hay ni un funcionario del Gobierno de Juan Schiaretti ni de la Municipalidad de Córdoba. El jueves, el concejal juecista Ricardo Aizpeolea presentó un proyecto en el Concejo Deliberante capitalino pidiendo un homenaje para Blas. Pero el oficialismo lo rechazó en pleno. 

Tampoco se movilizaron dirigentes cordobeses del Frente de Todos. Por la vereda acompañaron Mariano Przybylski, director de Políticas contra la violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Gerardo Battistón, uno de los abogados que tiene el organismo en Córdoba, que la noche que asesinaron a Blas acompañó a la familia en la escena del crimen y en su periplo burocrático por la Central de Policía y el Palacio de Tribunales II. Battistón milita en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Córdoba. Przybylski y Battistón se entrevistaron al final de la marcha con los familiares de Blas Correas.

De Belgrano

El presidente del Club Atlético Belgrano (CAB), Luis Fabián Artime llamó a la mamá de Blas, Soledad Laciar y se puso a su disposición. No pudo ir a la marcha, porque hoy el club se enfrenta con Estudiantes de Caseros. En las redes, el club pirata convocó a la marcha al cumplirse el primer aniversario del crimen de su socio. Todos los Laciar son hinchas y socios de Belgrano, y el abuelo de Blas, Miguel “Pato” Laciar fue una de sus glorias en los ’70. José María Romero Vázquez, dirigente opositor de Belgrano reclama Justicia: “Como club, como vecino de Alberdi, como ciudadano cordobés, no podemos permitir que los casos de gatillo fácil queden impunes. Hace un año le tocó a Blas, mañana nos puede tocar a cualquiera”.

Soledad es empleada del Banco Nación frente a la plaza San Martín en pleno centro cordobés. El secretario general de La Bancaria cordobesa, Raúl Ferro y de La Bancaria nacional, Sergio Palazzo, se reunieron a lo largo del año con la mamá de Blas. Y hace unos días, en las sucursales del Banco Nación de todo el país, pegaron afiches reclamando Justicia por este chico cordobés.

Juan, el hermano mayor de Blas, tiene 20 años y se encargó de la organización de la segunda marcha del silencio. Campañas con stickers reclamando Justicia por Blas o en las redes sociales y con amigos lograron que el viernes se reunieran en Córdoba unos 10 mil cordobeses reclamando para que este caso de gatillo fácil no quede impune. En 2020, una semana después del asesinato, Juan organizó la primera movilización, pese a los temores de su mamá. También fue masiva.

Una hora y media tardaron los manifestantes en unir las seis cuadras desde el cruce de las avenidas Colón y General Paz hasta el cruce de avenida Vélez Sársfield y bulevar San Juan. En cada esquina, el silencio se rompía con un minuto de aplausos.  Los carteles hechos a mano o las fotos de las víctimas de gatillo fácil reclaman lo mismo “Justicia” y “No a la impunidad”.

Contra el sistema

Acompañada de su marido Ramiro, de su hijo Juan y de su hija Milagros –la beba Martina quedó en casa de una tía-, al finalizar la movilización, Soledad Laciar criticó: “Esta marcha fue en silencio, porque el silencio es el único idioma que maneja este Gobierno que hace un año nos debe una respuesta. No sólo a mí, sino a ellos cuatro; en ese auto había cinco hijos a los que les cagaron la vida para siempre, a todos. Me siento responsable por ellos porque no quiero que los sigan dañando, ya sufrieron demasiado. Quiero que cambie algo de toda la mierda en la que estamos viviendo”. Juan Cruz, Camila, Cristóbal y Mateo son los chicos que iban con Blas en el Fiat Argo blanco tiroteado por los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón.

Soledad también reclamó por el sufrimiento de su familia: “No perdono que a Juan le hayan jodido la vida y que mis hijas no hayan podido conocer a su hermano. Cambió todo en mi familia, no seré más la que era, trataré de ser mi mejor versión, pero ya no seré como antes”.

“He visto el expediente y es enorme. Hay una investigación muy grande, pero también hay una realidad y es que los poderes no son totalmente independientes entonces hay presiones. Esto es contra un sistema”. Por el asesinato de Blas serán juzgados 13 policías, dos cabos por el homicidio del chico y el resto por encubrimiento. Inexplicablemente, el comisario Gonzalo Cumplido, jefe de Seguridad Sur de la Capital fue apartado de la investigación central y su caso ya fue cerrado por el Fuero Anticorrupción. Hoy Cumplido es candidato a diputado nacional por una fuerza de extrema derecha.

La semana pasada, Soledad y Ramiro se entrevistaron con los referentes en Argentina de Amnistía Internacional (AI). Ayer, en una pantalla LED ubicada en el cruce del bulevar San Juan y la avenida Vélez Sársfield, durante toda la marcha se emitieron imágenes de una campaña nacional de AI por el esclarecimiento del crimen de Blas. Y en algunas ciudades hubo gráfica callejera recordando el asesinato.

Cuando desconcentraron, los familiares de las víctimas de la violencia institucional se sacaron fotos con Soledad Laciar. Muchos de sus casos fueron visibilizados cuando la Policía asesinó a Blas, un chico de clase media.

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