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La vida dentro de un centro de investigación en Matemática Aplicada: “Es imposible competir contra Google”

Miembros del BCAM, (Basque Center for Applied Mathematics), el Centro Vasco de Matemáticas Aplicadas

Maialen Ferreira

Bilbao —

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Detrás de cada investigación sobre las probabilidades de una persona para desarrollar una determinada enfermedad, hay un matemático. También lo hay para modelar y prevenir las lesiones de los jugadores de un equipo de fútbol o para predecir si en la entrada de un evento multitudinario puede producirse un embudo. Cuestiones cotidianas de la vida que abordan los más de 200 profesionales que forman parte del BCAM, (Basque Center for Applied Mathematics), el Centro Vasco de Matemáticas Aplicadas. El centro, adscrito al Departamento de Educación del Gobierno vasco, cuenta con experiencia en todos los niveles de las matemáticas, desde las matemáticas puras, pasando por el desarrollo de algoritmos y la simulación, hasta las aplicaciones finales.

“Las matemáticas aplicadas son matemáticas que están inspiradas en una aplicación real que puede ser muy lejana, como modelar un fluido o cercana, como predecir una enfermedad o decidir cuándo dar un crédito bancario a una persona o no”, explica a este periódico José Antonio Lozano, director del BCAM, mientras se pasea por los pasillos del centro ubicado en Bilbao. Las paredes del edificio, más que paredes son pizarras y, cuando los matemáticos trabajan en una idea, salen al pasillo y la dibujan. “De esta manera, se ve mucho más claro”, aclara Lozano, catedrático del Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

Los 206 matemáticos que hay en el BCAM actualmente son de 34 diferentes nacionalidades, 147 hombres y 59 mujeres. Una de ellas es la doctora en Matemáticas e investigadora Luz Roncal, quien recientemente ha conseguido una plaza permanente en el BCAM. En su día a día, si no está viajando para participar en congresos o para reunirse con sus colegas de distintas partes del mundo, a Roncal le gusta acudir al centro para establecer una rutina. A veces realiza gestiones, cursos, seminarios, pero siempre en torno a las matemáticas puras su ámbito de investigación.

Sobre la conciliación, Roncal reconoce que la competitividad del sector dificulta llevar una vida considerada como “normal”. “Yo me considero afortunada porque este es un trabajo en el que tenemos libertad, dentro de que tenemos que cumplir una serie de objetivos. Depende de cada investigador, pero prácticamente todos trabajamos fines de semana. Aunque también tenemos vida social, no somos bichos raros, a pesar de que la actividad de investigación es muy competitiva y absorbente. Competimos por dinero, por resultados, por todo. Se tiene una imagen idílica de lo que es la investigación, pero la realidad es que es tozuda. Estamos porque nos gusta, pero eso no quita que sea complicada”, reconoce.

En su caso, explica, no tiene “hijos que le esperen en casa”, pero sí que conoce a colegas con familia y sostiene que en ocasiones, eso les ha ayudado a ser más organizadas. “Saben que tienen algunas horas para trabajar y que ese tiempo tienen que ser eficientes porque luego se tienen que encargar de los hijos. Evidentemente, esto puede ocurrir en un ámbito familiar de igualdad en el que los dos miembros de la pareja se coordinen o incluso de desigualdad que favorezca a la persona que está desarrollando la investigación durante el tiempo que esta dure”, detalla Roncal.

No somos bichos raros, a pesar de que la actividad de investigación es muy competitiva y absorbente. Competimos por dinero, por resultados, por todo

El BCAM cuenta con financiación pública y privada, aún así, su director admite que es complicado competir con empresas del mismo sector en cuanto a investigación. “Por ejemplo, en mi ámbito, Machine Learning, una disciplina del campo de la Inteligencia Artificial, el problema es que la investigación no solo se hace en los centros públicos de investigación, se hace en las empresas tecnológicas. Google tiene un área de investigación enorme donde hace publicaciones y los salarios son completamente diferentes. No tenemos nada que hacer. Es imposible competir contra Google. Podemos ser algo más competitivos en matemáticas puras, pero a nivel de áreas tecnológicas sabemos que la gente viene a este centro por arraigo, porque sabemos que podrían irse a empresas”, detalla.

Por su parte, Roncal también reconoce que las condiciones en las Universidades españolas también dejan mucho que desear. “En general aquí en España las condiciones son muy malas para todas las áreas. Por eso no hay gente, porque para empezar los salarios no son nada competitivos y tienes que dar clase a la vez que investigas. Hay gente realmente preparada que cobra menos que en sectores en los que no se requiere ni el doctorado. Deberían revisarse los salarios y es un problema de todos, tanto universidades como instituciones públicas”, confiesa Roncal, galardonada en 2020 con el premio al Joven Talento Científico Femenino, por la Fundación de la Real Academia de Ciencias de España.

El BCAM cuenta con objetivos a nivel interno, local e internacional, sobre todo, el de aumentar su visibilidad y darse a conocer a la sociedad. Sin embargo, su objetivo principal es “ser líder del descubrimiento de las matemáticas necesarias para contribuir al desarrollo científico y tecnológico orientado al bienestar social”. “Es decir, nuestro objetivo es escribir juntos las matemáticas del futuro”, concluyen.

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