Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
VITALIDAD DE LA GRAN NOVELA VANGUARDISTA DE JULIO CÓRTÁZAR PUBLICADA EN 1963

'Rayuela' cumplió 60 años y los celebró en Bolivia con Juan Sasturain

En el centro de la foto, el escritor Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional argentina; a su izquierda, el novelista y crítico boliviano Mauricio Murillo Aliaga.

Mauricio Murillo Aliaga

La Paz, Bolivia —

0

Tan determinante es en Iberoamérica la irradiación de Rayuela (1963), que la Feria del Libro de La Paz le rindió homenaje a la ahora sexagenaria y siempre revolucionaria novela de Julio Cortázar en la antepenúltima semana de agosto, atendiendo a la fecha de la cita electoral de las PASO argentinas. Esta Feria, la más grande del Estado Plurinacional de Bolivia, volcó atención (y cariño) a una narrativa que partió las aguas del ámbito literario hispanoamericano, y después mundial en la década de 1960. Eso tiene la novela de Cortázar: es un libro particular y universal, latinoamericano y global. Es un fragmento del siglo XX. Y se proyecta: se lo relee y se lo homenajea desde varios territorios. El encuentro mencionado fue organizado por la Embajada Argentina en Bolivia y se decidió invitar a, nada más y nada menos, que a Juan Sasturain. El director de la Biblioteca Nacional argentina voló y subió hasta los 3600 msnm de la ciudad sede del Gobierno boliviana justo a tiempo para el evento. El homenaje, la fiesta, entonces fueron dobles.  

Seis décadas literarias de una búsqueda radical a partir de cero

Rayuela, la novela de Julio Cortázar que aparentemente habría perdido fuerza en la actualidad, opinión unánime entre quienes no la leyeron, cumple 60 años de vida editoral y de reimpresiones y traducciones. Al hablar de homenajear el aniversario de la aparición de un libro importante en el centro de cierta tradición, se generan solas algunas dudas y preguntas: ¿Por qué revisar el libro? ¿Por qué repensarlo? ¿Por qué volver a este? En lo que respecta a la novela de Cortázar: ¿Qué implica Rayuela a sus 60 años?

La primera intuición es que un homenaje literario debería ser sobre todo una relectura. A seis décadas, como es el caso que nos atañe, se oponen (¿complementan?, ¿influyen?) dos momentos, dos épocas. Se pone en escena, también, el diálogo y la discusión de distintos tipos de lectores. Es un lugar común decir que los cuentos de Cortázar han perdurado mejor, que no han envejecido tanto. Un aniversario y un homenaje es también buen momento para poner en crisis verdades aceptadas y darles la vuelta.

Un joven novelista septuagenario habla de una joven novela recién sexagenaria

Frente a una sala colmada (parte de la asistencia estaba de pie), Sasturain habló sin pausas una hora entera sobre Cortázar. La gente estaba feliz y divertida. El interés que había generado la llegada de un autor tan reconocido estaba justificado. Sasturain no habló solo de Rayuela. Narró, ahí oralmente, varios aspectos de la vida de Cortázar. Y se detuvo en ciertos hitos escriturales del autor argentino, destacando y elaborando ejemplos que plantearon atisbos de entradas de lectura o intuiciones necesarias. También contó varias facetas de su experiencia personal con los libros del autor homenajeado. La gente respondía a las bromas e historias del expositor. Una fiesta, un festejo más que un homenaje. Recordamos los que estábamos ahí a Julio y a sus libros.

Sasturain habló del proceso de la obra de Cortázar, de los libros que fueron apareciendo. Habló de los desplazamientos del autor: de Buenos Aires a Paris y viceversa. Del viaje y de lo que este se imprime siempre en la escritura, que la escritura es viajar también. Describió curiosidades de Cortázar, reversionó su biografía. Y dijo, entre otras cosas, que Cortázar generaba en su vida y en sus escritura también contradicciones. Que también está bueno entenderlo a él y a su obra desde ahí, desde la posibilidad y la paradoja. Habló con cariño del personaje, cariño que se compartía en la sala.

Del Plata al Sena y a los Andes

Un escritor es su obra. Por eso, rememorar y homenajear Rayuela es reconocer y festejar la obra cortaziana, es repensarla, es actualizarla; su escritura, sus libros. Es intentar entender qué nos dicen ahora de lo que ya nos han dicho. Y preguntarnos: ¿Por qué luego de 60 años seguimos leyendo esta novela? ¿Por qué seguimos leyendo y releyendo sus libros? ¿Por qué se lo homenajea también en lugares lejanos a donde vivió como La Paz? Todo homenaje es también una contradicción, porque implica el paso del tiempo y sacar a un libro de su época. Leemos para complejizar el mundo y eso es una de las cosas que nos ha dejado Cortázar.

Ya la primera oración de la primera página del primer capítulo de Rayuela nos interroga. Leemos: “¿Encontraría a la Maga?”. De inicios canónicos en la literatura latinoamericana tenemos varios. Este es uno que ha quedado marcado y grabado. Lo que a veces se olvida es que Rayuela inicia con una pregunta. El libro mismo es un tantear sobre las posibilidades, es una búsqueda, propuesta más que afirmación. Y este gesto se repite en los mejores libros de la obra de Julio Cortázar: la duda pantanosa que construye mundos ficcionales que abarcan un montón. Lo logra el escritor argentino desde la experiencia de un lenguaje propio que enfrenta a sus lectores a espacios de zozobra y experiencias literarias completas. Rayuela inicia con una pregunta, interpela a quien empieza a leer la obra. Nos sigue interpelando en el 2023, sigue generando preguntas, búsquedas, proyecciones. Entonces, el homenaje puede ser también a quien completa la novela y que está del “otro lado”, del de la lectura. Leerla es también homenajearnos, encontrar nuevas formas de mirar la realidad y el mundo; es encontrar nuevas formas de releer lo ya conocido, de sacudir la cotidianidad. Sea en Bolivia, Argentina, Francia o en cualquier otro lado.

Encontraría a la Maga

Desde La Paz, este parece un buen momento para releer Rayuela con la mirada y los ojos de un siglo XXI que avanza a sus saltos. A seis décadas de su publicación, lejos de la sorpresa y atención primerizas cuando la novela apareció y se convirtió en un producto de moda. Pero también un poco (bastante, más bien) desconfiados del lugar común en el que se tilda al libro de ingenuo o de envejecido. Es un buen momento para volver a este. Tal vez podamos comprenderlo mejor en su justa valía, como un artefacto literario que nos golpea, emociona y nos revela algo del mundo desde su lenguaje.

AGB

 

 

Etiquetas
stats