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Análisis

Los cambios que la pandemia nos dejó en la economía, el trabajo y los negocios

Teletrabajo y mayor desigualdad de género, consecuencias de la pandemia.

Alejandro Rebossio

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Hace un año, en la Argentina nos sumábamos a la ola de cuarentenas que se expandía por el mundo ante la pandemia. Sobrevendrían muchos cambios en la economía, el trabajo y los negocios, algunos coyunturales, pero otros permanentes. Veamos la lista de los que llegaron para quedarse a largo plazo. 

1. La digitalización. “Desde el punto de vista tecnológico, estamos convencidos que los procesos que estaban previstos para dentro de 10 años, se aceleraron en el corto plazo y a grandes escalas”, opinó Máximo Cavazzani, CEO y fundador de Etermax, la empresa de videojuegos como Preguntados y Apalabrados, con la que amasó una de las 25 fortunas más grandes de la Argentina. “Esto afectó al mundo y evidenció que el camino es la transformación digital. Las necesidades de digitalización y conexión ya se conocían, pero salieron a la luz con mayor claridad durante la pandemia, hasta en las organizaciones más tradicionales. Todo se vio afectado, desde el día a día hasta los procesos de contratación e inserción laboral. Todos, sin excepción, debimos reinventarnos, redefinirnos y adaptarnos”, agregó Cavazzani. Incluso en el campo advierten el cambio. “Pierde protagonismo lo físico para posicionarse más la vía online en los negocios, se reemplaza el maletín, el papel, las acciones físicas, por cuestiones rápidas vinculadas a la conectividad”, observó el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Iannizzotto. “La aceleración y adaptación al cambio y a la incorporación de la tecnología e informática nos obligarán a repensar los marcos en los que la economía, el trabajo y los negocios se desarrollan”, añadió su par de Federación Agraria, Carlos Achetoni. 

2. Las revoluciones del comercio electrónico y su logística. En 2020, en la Argentina se vendieron un 72% más de productos por vía online que en 2019, según la Cámara de Comercio Electrónico (CACE). No sólo se expandió Mercado Libre, la empresa más valuada de la Argentina, sino las grandes compañías y las pymes que venden a través de esa y otras plataformas electrónicas. Cerraron locales a la calle, pero abrieron otros sin vidrieras, los dark stores (tiendas oscuras), que comercializan mercadería. Crecieron los correos y las apps de delivery, mientras algunas empresas de micros de larga distancia apostaron a la distribución de paquetes.

3. El teletrabajo. Antes de la pandemia, sólo el 11% de las personas hacían trabajo remoto en el mundo. Con el coronavirus, pasaron a ser la mitad, según Willis Towers Watson, una firma de gestión de riesgos y recursos humanos. Pero cuando pase la pandemia se prevé que un tercio siga teletrabajando. La tendencia se registra en el comercio y los servicios, pero incluso también en la producción primaria y la industria a partir de la robotización. A nivel global, empresas como la aseguradora Liberty y la automotriz Ford han anunciado en las últimas semanas que sus empleados podrán seguir teletrabajando incluso cuando termine la pandemia. En la Argentina, compañías de electrodomésticos como BGH comenzaron a vender más en suburbios y localidades del interior a los que algunas familias se mudaron por la posibilidad de trabajar desde allí. Con la pandemia, creció la cantidad de médicos, psicólogos o fonoaudiólogos que atienden por Zoom a pacientes del exterior, lo mismo que profesores que dan clases por esa u otra plataforma al extranjero. Grandes empresas reducen los metros cuadrados de sus oficinas, según Herman Faigenbaum, director general de la inmobiliaria corporativa Cushman & Wakefield para el Cono Sur. Pero otras compañías como la tecnológica Google apuestan ahora por el regreso a la oficina. “Reunirse en persona para colaborar y construir una comunidad es fundamental para la cultura de Google”, dijo esta semana su director ejecutivo, Sundar Pichai. En la Argentina, firmas como la cervecera CCU -dueña del 30% del mercado local- también concluyeron que las fuerzas de venta operan mejor en la calle que vía online.

4. La flexibilización laboral y las resistencias. “En cuanto a las estructuras y dinámicas de trabajo, se priorizarán aquellas que sean flexibles por sobre las rígidas, dejando cada vez más de lado las jerarquías y enfocándose en las necesidades y oportunidades con equipos de trabajo multidisciplinarios”, opinó Cavazzani, de Etermax. “Crear una cultura de trabajo de alto rendimiento va a requerir habilidades y herramientas distintas a las que ya conocemos”, añadió Nicolás Kaplun, manager general para Latinoamérica de una de las empresas argentinas que más se valorizó en la pandemia, la desarrolladora de soluciones tecnológicas Globant. Pero también surgen las resistencias y la sindicalización de los trabajadores de empresas de la nueva era como Amazon, Rappi o PedidosYa. En el mundo gremial, Yamile Socolovsky, secretaria de relaciones internacionales de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), advirtió: “Desde la perspectiva sindical, la discusión no es nueva, pero ahora es urgente: si la tecnología va a ayudarnos a resolver necesidades, a garantizar derechos, a crear empleo y a mejorar condiciones de trabajo, o si va a ser un factor que modernice y extreme la explotación y la desigualdad”. 

5. La educación a distancia. “Lo que antes era la educación a distancia en el nivel superior se ha extendido a todos los niveles de la educación básica”, analizó el docente, diputado oficialista y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) de los Trabajadores, Hugo Yasky. “También nos enseñó que la presencialidad en los niveles inicial, primario y en el arranque de secundaria son imprescindibles, por la socialización, desde el juego hasta el trabajo en equipo, pero estamos empezando a utilizar una variable que no estaba siquiera en los planes, que es la mixtura entre la presencialidad y el trabajo a distancia. Hoy es posible pensar en una escuela que complete la jornada de siete horas, antes inimaginable por las carencias edilicias”, destacó Yasky.

6. La revolución de la colaboración, la cooperación y la cocreación a distancia. Esto es posible por las nuevas herramientras tecnológicas, pero también por la explosión de hábitos de conexiones a distancia, apuntó Sebastián Campanario, economista y periodista especializado en innovación. “Zoom existía hace tres o cuatro años, pero no existía el hábito de usarlo. Hoy si no lo usás, quedás afuera. Si uno piensa que el 90% de las ideas surge de manera colaborativa, la cocreación remota es súperdisruptiva”, señaló Campanario. Iannizzotto, de Coninagro, apuntó en que, “más que nunca, cobra fuerza el asociativismo porque producir en escala será fundamental en el negocio internacional”. 

7. La aceleración de los procesos de cambios de los negocios, para bien y para mal. Campanario también apuntó a este fenómeno: “Triunfan los modelos de negocios vinculados a las nuevas tecnologías y la digitalización, mientras se acelera la obsolescencia de modelos tradicionales, que cambian o se termina el negocio”.

8. Nuevos modelos de negocios. “Se viene una mezcla explosiva de tecnología innovadora y nuevos modelos de negocio”, observó Kaplun, de Globant, la segunda empresa argentina más valiosa, detrás de Mercado Libre. “La tecnología se convirtió más que nunca en una gran aliada, y parte esencial de toda estrategia. Ser digital es la única forma de sobrevivir y de seguir siendo relevante porque es lo que esperan y necesitan los consumidores, a quienes también les cambió la vida. Creemos que habrá una oleada de nuevos modelos de negocio más creativos y transformadores. La combinación de personas que trabajan remoto más la rápida experimentación tecnológica generó y sigue generando la aparición de nuevos productos y servicios que respondan a las necesidades cambiantes de los clientes. Existen industrias que se han visto totalmente afectadas por esta situación como la banca digital, el e-commerce, la industria del entretenimiento o la gastronomía. La crisis ha sido, y seguirá siendo, un potente catalizador para la era digital y cognitiva en su etapa más profunda y masiva”, concluyó Kaplun.

9. La incorporación de medios de pago electrónicos. El presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA, que representa a los de origen extranjero), Claudio Cesario, observó que estos medios crecieron como nunca antes en el país. “Más personas utilizan homebanking y aplicaciones móviles”, comentó. En 2020, las transacciones digitales crecieron 2.000% en relación a 2019, según la Cámara Compensadora Electrónica (Coelsa).  

10. La redefinición de las sucursales bancarias. “El modelo de atención en sucursales tuvo un cambio profundo a partir de la implementación de turnos preacordados, un esquema de atención que además de eficiente fue rápidamente aceptado por los usuarios al comprobar que ordenaba o agilizaba la atención y permitía aprovechar mejor su tiempo, por lo que no dudo tendrá continuidad en el tiempo”, vaticinó Cesario, de ABA. “Esto llevará también a replantear el diseño, formato y localización de las actuales sucursales bancarias. Los productos bancarios también fueron modificados y muchos de ellos evolucionaron siendo 100% digitales, mientras en el plano de los recursos humanos la industria financiera presentó un rápido nivel de adaptación al nuevo escenario, adoptando rápidamente el trabajo remoto con miles de sus empleados. Como resultado, surgió un nuevo modelo de trabajo que se extenderá en el tiempo”, añadió el presidente de ABA.

11. El talento tecnológico es la próxima Vaca Muerta. Con esas palabras, lo define Cavazzani, de Etermax: “Es cada vez más evidente que el potencial que tiene la economía del conocimiento es gigante. En los próximos años, la industria tecnológica será la mayor generadora de empleos y los especialistas en IT (sigla en inglés de tecnología de la información), los más demandados. La capacidad que tiene la Argentina para competir es muy grande, pero para ello es clave tener una visión innovadora y trabajar la cadena de valor de punta a punta, apalancándonos en el talento calificado con el que contamos en nuestro país para potenciar las posibilidades. Se trata de hacer industria, de promover la generación de talento y de la expansión de todo el ecosistema tecnológico. La inteligencia artificial, por su parte, cobrará protagonismo y se consolidará como un aliado para las compañías”, pronosticó Cavazzani.

12. Nueva conciencia de la fragilidad. El economista Campanario advierte que el Covid-19 nos recordó que “problemáticas globales que ya existían ahora se tornan más urgentes de resolver, como el cambio climático, la inequidad o la regulación de las grandes plataformas de tecnología”, como Facebook, Amazon, Apple y Google.

13. La profundización de la desigualdad. No todos perdieron con la pandemia. Algunos se hicieron más ricos y otros, más pobres. La clase media mundial se redujo por primera vez desde 1990, según el centro de investigación Pew, de Washington. En el mundo de las empresas, algunas se revalorizaron y otras, incluidos decenas de miles de comercios, cerraron para siempre. “Antes del Covid, la ecuación de la desigualdad tenia que ver con los haberes y los conocimientos, pero hoy esa brecha una tiene empalizada más alta para atravesar y tiene que ver con acceso o no a las tecnologías de la información, con la conectividad, factor que puede hacer más o menos desiguales a nuestras sociedades”, expuso Yasky, de la CTA de los Trabajadores. “En America Latina esto se reflejó en la disparidad en acceso a los aprendizajes en los meses sin presencialidad”, ejemplificó.

14. La mayor disparidad de género. La crisis pandémica se cebó más sobre el empleo femenino y joven, al tiempo que el aumento de las tareas domésticas (incluidas las escolares) recayeron más sobre las mujeres. No obstante, empresarios como Iannizzotto consideran que el teletrabajo puede suponer una oportunidad para aquellas mujeres que consideraban difícil conciliar la oficina y el hogar. Claro que lo mismo aplica a los varones que pretenden ese balance entre vida familiar y laboral.

15. La visibilización de las tareas de cuidado. “La pandemia llegó también en este asunto, a agravar una crisis preexistente”, señaló Socolovsky. “Ha quedado a la vista el lugar central de los cuidados para la vida de las sociedades, en todo sentido, y también en relación con la economía y el trabajo. Y la profunda injusticia que traza la marca de la desigualdad en el mapa de los cuidados. Lo que parece haber cambiado es, en alguna medida, la valoración social de una actividad tan invisibilizada y desvalorizada como esencial. Por supuesto, eso no cambia las condiciones en las que se realiza el trabajo de cuidados, ni el grado y el modo en que las sociedades aseguran el derecho a recibir cuidados. Se trata del punto exacto en el que el patriarcado sostiene al capitalismo. Sin embargo, podríamos estar asistiendo, también en este aspecto, al comienzo de una nueva etapa en la lucha por la igualdad”, se esperanzó la sindicalista. Mercedes D'Alessandro, directora nacional de Economía, Igualdad y Género, advirtió: “Uno de los grandes cambios que trajo la pandemia es la visibilización de la crisis de cuidados y del impacto asimétrico entre mujeres y varones de ello. Durante el cierre de escuelas y jardines, las tareas de cuidado recayeron sobre las mujeres y eso está generando (no sólo en la Argentina sino en todo el mundo) una gran pérdida de puestos de trabajo de mujeres. Puso sobre la mesa la necesidad de construir nuevas herramientas para abordar este problema que no estaba en agenda”.

16. El derecho a la conectividad. “Internet se va a convertir definitivamente en un derecho que tiene que ver con la definición de la ciudadanía, como el acceso al agua potable o a la electricidad”, opinó Yasky. “La pandemia nos plantea la brecha digital”, agregó.

17. El incremento de la brecha entre países. “Se profundizó la brecha entre los países con acceso a la ciencia y la tecnología y los de rezago en términos de sus sistemas educativos y la precariedad del patrimonio científico y tecnológico, lo que los pone en la retaguardia”, advirtió Yasky. “Hoy lo vemos con el ejemplo concreto de la acumulación de vacunas en países del Primer Mundo y la larga fila de naciones periféricas que esperan que sus necesidades terminen de ser resueltas cuando las de los de desarrollo científico y tecnológico terminen de satisfacerse”, completó el jefe de la CTA de los Trabajadores. También alertó Socolovsky: “¿La tecnología va a ser un factor que genere mayor dependencia para nuestros países, o seremos capaces de producir soberanía en un campo decisivo para el bienestar de nuestros pueblos?”.  

18. Revalorización del papel del Estado. “Aquellos países donde se hizo el ensayo de que la pandemia se autorregulara, de que la vida de la sociedad continuara con ausencia de política pública, el fracaso alcanzó dimensiones oceánicas, como en los Estados Unidos de Trump o el Brasil de Bolsonaro”, analizó Yasky. Quedó en evidencia el rol estatal en cuestiones claves como la salud, el desarrollo científico, la educación, el acceso a la tecnología y el auxilio a empresas y personas, pero también en asuntos cotidianos como el espacio verde.

AR

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