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Los negocios, entre vender para sobrevivir y stockearse para pasar la elección

En la prensa se publicó que Coca-Cola avisó que subirá 35% los precios tras las elecciones, pero la empresa lo niega.

Alejandro Rebossio

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Aunque el dólar blue se calmó en los últimos días, ninguna industria o comercio olvidan que a lo largo de este mes ha subido de $800 a $905, un 13%. Pero peor aún: no saben a qué cotización estará el lunes si gana Javier Milei y su plan dolarizador el domingo en primera vuelta o si debe definir recién después de otro mes de suspenso en un balotaje con Sergio Massa o, menos probable pero tampoco descartable, Patricia Bullrich. Por eso se apuran en remarcar precios para cubrirse de cualquier eventual devaluación poselectoral y asegurarse así que podrán reponer la mercadería que venden. Pero tampoco pueden aumentar demasiado porque el mercado está en recesión y algo hay que facturar para cubrir los gastos cotidianos de funcionamiento de la empresa. A su vez, nadie quiere vender de más sino que buscan quedarse con stock de mercaderías porque estas son como invertir en moneda dura para atravesar la reacción económicas a las urnas.

“Estamos mal en estos días, es una situación transversal a todos los sectores”, comenta el presidente de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el chaqueño Alfredo González. “Mucha incertidumbre y semana rara para abastecimiento y precios”, describe, a su vez, el dirigente industrial salteño José Urtubey.

El vicepresidente segundo de esta entidad y jefe de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), Fabián Castillo, comenta que se ha convertido en “psicólogo” de sus afiliados que lo llaman contando sus dramas. “Hay muchos rubros sin precios. No hay precios de referencia porque está muy complicado fijarlo porque nadie sabe qué puede pasar el domingo y el lunes”, señala.

Agrega que “para sobrevivir, están vendiendo al 50% del valor que deberían poner”. “Hoy no venden al valor de reposición, hoy no ganan plata. Debés vender bueno, lindo y barato. El fin de semana largo hubo turismo por el Previaje, pero la gente comía dos empanadas y una botella de dos litros y medio. Hay industrias que no tienen insumos nacionales o importados para producir. Pero no hay desabastecimiento. Lo que tenés es faltantes de las primeras marcas de alimentos, ropa o zapatillas porque las grandes empresas no entregan mercadería. Hoy vendés en cuentagotas porque tenés que vender para sobrevivir y a su vez buscás tener stock, que es la joya del industrial o el comerciante en esta época”, afirma.

El secretario de prensa de CAME, Salvador Femenía, del partido de Moreno, cuenta el panorama que observa: “Los precios, con movimientos de entre el 10% y el 20% y el abastecimiento, con algunos faltantes, más o menos como veíamos en las últimas semanas. ”En algunos rubros hay faltantes. Es muy dispar. No se puede precisar en forma general. Pero no hay desabastecimiento“, niega Femenía a los alarmistas. ”Desabastecimiento es otra cosa: yo lo viví en la década del 70 y ni se le parece“, agrega.

En la electrónica Newsan niegan problemas, pese a que algunos consumidores buscan stockearse con sus productos: “Seguimos cumpliendo con los Precios Justos y seguimos abasteciendo normalmente”. En una de las principales cadenas de supermercados también juran que siguen los Precios Justos, que el pasado viernes subieron 5% por el aumento autorizado de octubre, mientras que faltan algunas marcas de primera línea en papel higiénico, aceite, harina o arroz. En otra competidora niegan desabastecimiento: “Sigue los aumentos y los faltantes como en los últimos meses, nada nuevo”. Un tercera fuente del supermercadismo observa: “El abastecimiento compensa la demanda que hay. Hay mucha demanda por el diferencia de precios respecto a los chinos y los almacenes, donde no hay Precios Justos. Hay faltantes porque tenemos una fuerte demanda.

Un industria de la cadena de la ropa pinta su panorama: “Si usás insumos importados, los precios no tienen nada que ver con la coyuntura nacional porque están en dólares. El tema ahí está complicado no sólo por que el Gobierno te firme la SIRA (Sistema de Importaciones), que sale si son insumos, sino porque el mayor problema es pagar. Los bancos no financian. La mercadería no se puede traer sin financiamiento. Nadie le da crédito a la Argentina en cuenta corriente. Si tus insumos son locales, todos los que generamos productos hoy tratamos de no vender hasta ver lo que pasa esta semana y la que viene. Después, veremos, sobre todo si hay segunda vuelta, esto se va a extender. La Argentina está ante propuestas muy distintas. Es muy difícil tomar una decisión sobre la base de un contexto A o Z, muy antagónico, con este clima de negocios no se puede trabajar. Sólo se vende al que paga al contado, financiamiento cero. En ese caso, te pueden pedir cualquier precio, porque no hay lógica. Si es cliente, le respetás el precio. Si no lo es, le subís mucho para que no te compre. Pero no vendés nada que se pague después del viernes.”

AR/JJD

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