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Saqueos y desinformación Crónica entre Temperley, Brown y Solano

“Acá no hay saqueos, pero allá sí”, la psicosis conurbana por temor a que se repitan los robos en masa

El único local cerrado en la calle Salta, en Lomas de Zamora, por temor a saqueos.

Alejandro Rebossio

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Durante el martes no paré de recibir por Whatsapp y Twitter mensajes que advertían sobre saqueos en diversas localidades del conurbano, acompañadas de videos de nuevos y viejos robos en masa a supermercados y otros comercios. Este miércoles a las 7:48 me llegó otro: “Saqueos en Lomas. Me llegó un mensaje que en Solano y San José (zona Salta y Pasco) se están organizando”. Es decir, se suponía que en San Francisco Solano, partido de Quilmes, y en San José, municipio de Almirante Brown, estaban planeando intentos de asalto, como los ocurridos ayer, pero en Temperley, partido Lomas de Zamora, en la comercial calle Salta entre la ex Pasco, hoy Eva Perón, y Garay, límite con Brown. A las 11 estacioné en Eva Perón y Salta, frente a la casa de electrodomésticos Coppel y al lado de un supermercado Día, la misma cadena saqueada un día antes en José C. Paz.

“Los de Coppel está con miedo por los rumores que hay de saqueo, pero está todo tranquilo”, contaba un policía local de Lomas de Zamora, que caminaba con otro compañero de punta a punta de la calle Salta, desde donde nace, en la esquina de Eva Perón, hasta Garay. Tres patrulleros municipales también iban y venía por Salta. “Es por los rumores de saqueo”, confesaba el agente. En esta calle hay un pequeño comercio al lado del otro, en el medio un Carrefour Express, algunas casas de elecrodomésticos. Son cinco cuadras de Lomas de Zamora y otras más de Almirante Brown. Sólo un local tenía la persiana medio baja, el de electrodomésticos Confort Acuario, que aún conserva la marquesina de su antiguo dueño, FM Hogar.

El dueño nos llamó para decirnos que bajemos la persiana hasta la mitad porque recibió por Whatsapp un video de un supuesto saqueo en la zona de la estación Temperley”, cuenta uno de los dos empleados de Confort Acuario que estaban apostados en la puerta del local para recibir a quien quisiera pasar a comprar. Después de la devaluación poslectoral, las ventas se han enfriado aún más por las nuevas remarcaciones de precios. No da para perder ningún cliente.

“No hay saqueos en la estación Temperley”, aclaraba el policía municipal. “Si hubiese lío ya nos hubiesen avisado”, agregaba. De hecho, nunca se confirmaron esos supuestos saqueos. Los demás comerciantes de la calle Salta permanecían tranquilos. “No escuché nada de saqueos. Si hubiera habido, mi jefe, que está en el chat de comerciantes de la calle Salta en Lomas, me hubiera dicho”, contaba el encargado de un kiosco. Al lado, una joyera confesaba: “Yo no recibí ningún mensaje, pero ayer vino una comerciante vecina que vende ropa infantil y que me preguntó si había oído que llegaban acá los saqueos”. Pero fui a consultar esa vecina y quizá se acobardó ante la prensa: “Yo no escuché nada ni hoy ni ayer”.

Los comerciantes de la calle Salta en Almirante Brown también tiene un chat de Whatsapp, pero tampoco compartieron ninguna alerta. “Por ahora no hubo mensajes”, dijo uno de los dueños de una casa de cotillón en Salta y Garay. “Pero si vienen, estamos bien armados para recibirlos”, amenazó su socio. En cambio, una vecina con un local de ropa interior contó: “Acá no hay saqueos, pero allá sí. Mi cuñado trabaja al lado de la Distribuidora Santa Ana, en Eva Perón y Monroe y mandó mensaje de que bajaron las persianas y que llegó la Policía”. Fui para allá, había un patrullero, pero la distribuidora estaba abierta.

“No hay problemas por acá, me dijeron que saqueos en Solano”, dijo un agente dentro del móvil. Disparé para la feria de microemprendedores que todos los miércoles y sábados se arma allí, a donde hay desde puestos de comida y ropa hasta gente que revende artículos usados de todo tipo. Hace tiempo quería ir. El consultor de consumo masivo Fernando Moiguer me había puesto a la feria como ejemplo de uno de los mercados a donde van los cada vez más empobrecidos. “Por acá está todo tranquilo”, me contó un vendedor. Allí no había saqueo. El problema es que el consumo allí está deprimido por la inflación.

AR/JJD

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