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MÁS FRENOS A TRUMP PARA VOLVER EN 2024 A LA CASA BLANCA - Análisis
Abren en EEUU la primera causa penal contra el electorado de Trump, acusado de repudiar el triunfo de Biden en 2020

Imagen de la residencia presidencial y sede de la actividad del Poder Ejecutivo norteamericano, tomada un mes atrás en Washington DC, ciudad capital de EEUU.

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Fue notificado por carta documento dirigida desde el Tribunal a sus abogados. Ese tipo de carta, según escribió Charlie Savage en el New York Times, es el signo de que un procesamiento penal es inminente. En esta carta, dijo Donald Trump, la Justicia lo volvía “blanco” de una investigación que busca condenarlo por su reacción a las elecciones presidenciales de 2020, cuando buscó, pero perdió, un segundo período en la Casa Blanca. La carta no revela qué le preguntarán al ex presidente republicano cuando dentro de cuatro días se presente en el Juzgado federal. Es posible que lo procesen como instigador del asalto al Congreso el 6 de enero de 2021.

El tercer proceso para Trump pero el primero para su electorado

Si como todo invita a creer el Tribunal federal decide imputar al presidente n° 45, la acusación deberá recorrer un camino legal largo en meses antes de sustanciar tal imputación. Pocas horas después de conocerse la citación para que Trump viaje de Florida a Washington DC a responder las preguntas de quienes lo investigan, en Michigan la fiscal general estadual abrió un proceso penal contra 16 electores de Trump acusados de estafa para forzar una victoria republicana en las elecciones que ganó el actual presidente demócrata Joe Biden. El de la Capital de EEUU es el tercer procesamiento penal que se le abre a Trump, pero el de Lansing, capital del norteño estado de Michigan, en la frontera con Canadá, es el primero que busca castigar a su electorado.

La carta no lo dice, y Trump no hace conjeturas, pero ¿de qué crímenes considera potencial o presunto autor al ex presidente de 77 años el fiscal especial que investiga desde Washington el grado de su participación en el asalto al Capitolio? Hay varias posibilidades: tentativa de obstrucción de las funciones del Congreso reunido en Asamblea el miércoles 6 de enero de 2021 para certificar el voto del martes 3 de noviembre de 2020; fraudes a la ley electoral al reunir fondos para financiación de campañas y del partido republicano; el efectivo reclutamiento, o los esfuerzos frustrados de reclutar, electores 'truchos' en los colegios electorales estaduales en siete estados, como MIchigan, Arizona o Georgia en los cuales la diferencia en votos entre su fórmula y la de su contrincante Biden había sido mínima.

La conjura de los necios electores truchos

El proceso iniciado en Michigan por la fiscal general del estado, la militante demócrata Dana Nesel, ha investigado el caso de los electores 'truchos' desde el otro extremo. No exploró la responsabilidad penal del candiadato, sino la del electorado republicano. Ha imputado a 16 personas, acusadas de conspirar para presentar en el colegio electoral del estado una nómina alternativa de electores, que darían la victoria a Trump en el estado de Michigan, corazón de la industria automotriz de EEUU. Convencidos de que la elección les había sido “robada' por la élite política de Washington, buscaban devolver a su candidato el triunfo que entendían arrebatado.

En EEUU la elección presidencial es indirecta, como lo era en la República Argentina hasta la reforma de 1994 de la Constitución argentina de 1853. El pueblo no elige a las autoridades del gobierno: elige a quienes las eligen. A cada uno de los 50 colegios electorales corresponde un número de electores que les son atribuidos proporcionalmente según la diferente magnitud de la población de cada uno de los 50 estados de la Unión. En cambio, la atribución de electores a cada partido no es proporcional a los votos ganados. El principio que rige el reparto es simple: Winner Takes All. Si del total de los votos emitidos en un estado un partido supera por un solo voto al rival inmediato, el partido ganador se lleva todos los electores y los perdedores ninguno.

En Michigan, en las presidenciales de 2020, los demócratas se llevaron a los 16 electores que corresponden al estado. Gracias a una exigua ventaja en la votación del 3 de noviembre. Una diferencia en votos lo suficientemente estrecha como para revolver el malestar republicano de sentirse objeto de manipulación y despojo por las élites y como para aguzar la desconfianza por el resultado al punto de persuadirse de que eran víctimas de un fraude.

Según la Constitución de 1787, el primer lunes que sigue al segundo miércoles de diciembre, en cada estado los electores de la lista del partido con más votos se reúnen en los colegios electorales de las respectivas capitales estaduales para elegir, ellos sí por sufragio directo, al futuro presidente de EEUU. A aquella candidatura que a lo largo del país sume 271 electores o más se le abrirán las puertas de la Oficina Oval. En teoría, los grandes electores son libres de elegir a quien quieran; en la práctica, eligen al candidato de aquel partido cuya lista integraban. Por lo tanto, el resultado ya se conocía de antemano, el mes anterior. El voto directo en los colegios electorales estaduales es un rito rutinario y sin sorpresas. Habitualmente es así, pero en 2020 no fue así en Michigan.

Los 16 electores demócratas llegaron al Colegio electoral de Lansing el 14 de diciembre para votar por Joe Biden. La placidez complaciente de la ceremonia victoriosa se vio interrumpida. Como en una mala película de la televisión chatarra en la que Donald Trump era un exitoso payaso siniestro, en el Capitolio de Michigan se presentaron también 16 electores republicanos. Provistos de documentación inauténtica que los acreditaba como los auténticos 16 electores del estado. El desconcierto tardó en disiparse, documentos demócratas y republicanos fueron peritados, los 16 votantes de Trump fueron expulsados.

Los 16 del 14 de diciembre de 2020 son los 16 imputados del 18 de julio de 2023. Las penas previstas para los delitos de fraude, estafa, organización criminal para cometer fraude y falsificación de documento público pueden llegar a los 14 años de prisión. Y se verán agravados los delitos, como de hecho lo están, por tratarse de documentación electoral y de la elección de la máxima autoridad del país.

El salario del miedo

Sea cuales sean el o los delitos que se le imputen al expresidente, si finalmente se abre el tercer juicio penal en su contra, la jurisdicción territorial corresponde al Tribunal federal de Washington DC. Porque Trump estaba todavía en la Casa Blanca a la que aspira a regresar si gana las elecciones del primer martes de noviembre de 2024 como candidato presidencial republicano. Un juzgado federal con un temible prontuario: hasta ahora, las condenas en las sentencias pronunciadas en los juicios de los protagonistas del asalto al Congreso de dos años atrás han sido todas, sin excepción, de la más extrema severidad.

AGB

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