Elon Musk vuelve a intoxicar la política británica con llamadas a la violencia en vísperas de la visita de Trump

Elon Musk empezó este sábado su conversación con Tommy Robinson, un agitador de extrema derecha británico, ante decenas de miles de personas en el centro de Londres hablando de su camiseta. El propietario de Tesla y X llevaba una de color negro que mostraba un ojo vigilante y la leyenda “¿Qué pensaría Orwell?”, en referencia al escritor británico que en 1949 publicó 1984, una distopía sobre un mundo autoritario.
Orwell, que era socialista, pero se ha convertido en una referencia habitual para el vicepresidente JD Vance y otros representantes de la extrema derecha estadounidense, alertaba en particular de la manipulación del lenguaje y la supresión de la libertad de pensamiento a través de la propaganda y el miedo. La supuesta falta de libertad para protestar contra inmigrantes y minorías era uno de los motivos de la concentración que, según la policía, reunió a más de 100.000 manifestantes en Londres.
Musk alentó la protesta en su plataforma y ha apoyado a menudo a Robinson, que está a la derecha de los partidos de extrema derecha y ha recibido fondos de otro empresario de tecnología estadounidense, Robert Shillman, como explica el semanario The Observer.
Hablando despacio y con tono calmado, Musk, que se conectó por videoconferencia, llamó varias veces a “la lucha” contra el actual Gobierno laborista, que, según él, está “en contra del pueblo” y está permitiendo que el país sea “atacado” por la “inmigración masiva”. Sin que Robinson le hubiera preguntado, Musk hizo varias referencias a la violencia.

Al ser interrogado por la libertad de expresión, el empresario sudafricano-canadiense-estadounidense dijo: “Este es un mensaje para el centro moderado, para la gente que normalmente no se involucra en política, que sólo quiere vivir su vida. No quieren esto, son personas tranquilas, que simplemente van a lo suyo. Mi mensaje para ellos es: si esto sigue así, la violencia llegará hasta ti, no tendrás opción. Estás en una situación fundamental aquí: elijas o no la violencia, la violencia vendrá a ti. O luchas o mueres… ”, dijo. Y, después de repetir la coletilla final, añadió: “Esa es la verdad, creo”.
“Hay que hacer algo”, dijo Musk varias veces en su intervención, en la que se refirió también al asesinato del activista ultra Charles Kirk, cuyos detalles todavía están siendo investigados. “La izquierda es el partido del asesinato y de la celebración del asesinato. Esa es la gente con la que tenemos que lidiar”. “No podemos esperar cuatro años”, dijo en referencia a las próximas elecciones generales en el Reino Unido, que están previstas para 2029 en una legislatura donde el Partido Laborista tiene la mayoría más holgada en décadas. Pero Musk insistió en que había que “hacer algo” para “disolver el Parlamento” y “cambiar el Gobierno”.
Incidentes violentos
En la protesta de este sábado ya hubo incidentes violentos. Al menos 26 policías fueron heridos, la mayoría mientras intentaba defender a un grupo de unos pocos miles de contramanifestantes que habían sido cercados por la multitud y no lograban salir. La policía de Londres arrestó a más de una veintena de personas y aseguró el domingo que habría más detenciones. Entre otras personas, estaba buscando a un hombre que llamó al “asesinato” del primer ministro Starmer.
La obsesión de Elon Musk, igual que la de Vance y ahora congresistas republicanos por el Reino Unido como símbolo de la decadencia por la diversidad étnica y religiosa, viene de atrás, igual que sus insultos a Starmer. Pero sus palabras llegan en un momento especialmente difícil para el Gobierno británico, horas antes de recibir a Donald Trump para una visita de tres días al país y justamente cuando uno de los puntos en la agenda es darle más facilidades a X y otras plataformas estadounidenses.

La supuesta defensa de la libertad de expresión en las plataformas es uno de los principales puntos en la agenda de Trump, que llega este martes acompañado de Sam Altman, el consejero delegado de la empresa que creó ChatGPT, y otros milmillonarios de la tecnología, como Tim Cook, el consejero delegado de Apple. Entre los asistentes al banquete en el castillo de Windsor este miércoles también hay donantes de Trump que viven parte del tiempo en el Reino Unido, como Steve Schwarzman, el consejero delegado del fondo Blackstone.
La declarada preocupación por la libertad de expresión en el Reino Unido sucede mientras en Estados Unidos se repiten los casos de despidos o detenciones basadas en la expresión de críticas al Gobierno de Estados Unidos o comentarios sobre Gaza, derechos trans o Charlie Kirk.
Cautela del Gobierno
Pero la visita de Trump explica en gran parte la cautela del Gobierno británico a la hora de comentar la protesta. El ministro de Empresas, Peter Kyle, dijo en una entrevista en la BBC que la manifestación demuestra que “la libertad de expresión está vivita y coleando” en el Reino Unido pese a que sólo una semana antes la policía arrestó a casi 900 personas por protestar contra la inclusión del grupo Palestine Action en la lista de organizaciones terroristas. Kyle también dijo que la concentración convocada por grupos ultras era “un bocinazo” para que quienes estén en la vida pública “se centren en las grandes preocupaciones que pueda tener la gente alrededor del país, y la inmigración es una gran preocupación”.
Unas horas después, Starmer dijo que su país “nunca entregará” la bandera de Inglaterra, que se utiliza cada vez más en las concentraciones ultra y antinmigrantes, a los más extremistas. En una declaración por escrito al diario The Guardian, dijo: “La gente tiene derecho a la protesta pacífica. Es el núcleo de los valores de nuestro país. Pero no aceptaremos asaltos a policías que hacen su trabajo o que la gente se sienta intimidada en nuestras calles por su origen o el color de su piel”.
Sin embargo, otros laboristas y el tercer partido en el Parlamento, el liberaldemócrata, pidieron más contundencia a la hora de criticar la manifestación y los comentarios de Musk. Ed Davey, su líder, acusó a Musk de “llamar abiertamente a la violencia” en las calles del país y pidió más consenso contra su mensaje: “Espero que políticos de todos los partidos se unan para condenar esta retórica profundamente peligrosa e irresponsable. El Reino Unido debe defenderse con unidad ante un intento claro de dinamitar nuestra democracia”.
Davey escribió una carta a Starmer, a Kemi Badenoch, la líder del Partido Conservador, y a Nigel Farage, el líder de Reform, para pedirles que se posicionen contra Musk y su “peligrosa interferencia” en la democracia británica. “Os pido que dejéis de lado la política partidista y os unáis a mí en la condena de estos comentarios”, escribe.
Al ser preguntado por las palabras de Musk, un portavoz del Gobierno dijo este lunes que “el Reino Unido es un país justo, tolerante y decente” y que “lo último que quieren los británicos es este tipo de retórica peligrosa e incendiaria”. También dejó claro que las palabras de Musk eran una amenaza e incitaban a la “violencia y la intimidación” en las calles.
Después de meses con mensajes de Starmer contra la inmigración de cualquier tipo y en defensa de la “clase obrera” nacional, una parte del Partido Laborista espera que el primer ministro sea más contundente en rebatir a la extrema derecha no sólo sobre los detalles, sino sobre los principios. Su estrategia de intentar cautivar a los votantes que se han ido más a la derecha no parece estar funcionando visto el ascenso de Reform, el partido de Farage, y el hundimiento de los partidos laborista y conservador en las encuestas de intención de voto.
“Estamos en una emergencia progresista”, dijo un diputado laborista a The Guardian. “Estamos en un momento en la historia en el que nuestros hijos podrían preguntar, '¿y tú qué hiciste?'”.
No revolucionarios
Farage, que no fue a la manifestación y se intenta alejar de los grupos neonazis y supremacistas que atraen las protestas de Tommy Robinson, alabó a la mayoría de los asistentes, pero criticó a Elon Musk, uno de los personajes públicos más impopulares del Reino Unido. El propietario de X coqueteó el año pasado con donar dinero a Farage, pero después le ha criticado por ser, según él, demasiado blando y ha pedido el cambio de líder en ese partido.
Farage dijo este lunes que Musk no le suele tratar bien y que debería definir qué quiere decir con “luchar”. “Somos radicales, pero no revolucionarios”, dijo Farage sobre su propio partido.
El líder de la extrema derecha estuvo hace unos días en Washington, donde testificó ante una comisión del Congreso que su país se está convirtiendo en un lugar peligroso para la libertad de expresión. El líder de Reform se refirió al caso de un cómico irlandés que fue arrestado hace unos días al aterrizar en Londres por unos mensajes antitrans en redes en los que sugería golpear a un policía. “¿En qué momento nos hemos convertido en Corea del Norte?”, dijo Farage.
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