La negativa de Malta e Italia a los barcos de las ONG deja a más de 1.000 personas en alta mar en condiciones límite

Mariangela Paone

Madrid/España —

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La historia se repite una vez más en el Mediterráneo central. Desde hace días, más de 1.000 personas rescatadas por cuatro barcos de ONG en alta mar esperan la asignación de un puerto seguro para poder desembarcar, mientras las condiciones meteorológicas empeoran y añaden otro elemento de riesgo a una situación ya límite.

“Tenemos que buscar cobijo más cerca de la costa, donde los vientos y las olas no son tan fuertes. Lo vamos a tener que hacer y vamos a ver si las autoridades nos ponen alguna restricción, que sería contra la ley del mar, porque quien necesita reparo tiene que ser autorizado. Y la realidad es que el martes se nos termina el stock de comida que tenemos a bordo y entraríamos en una situación crítica”, explica en conversación telefónica Juan Matías Gil, coordinador de la misión de rescate de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo central. Son 572 los migrantes rescatados en siete intervenciones y que se encuentran desde hace una semana en el Geo Barents, el barco de MSF, a la espera de un puerto. Otras 234 personas se encuentran en el Ocean Viking, el barco de la organización francesa SOS Mediterránee; 179 en el Humanity 1, de la alemana SOS Humanity; a la que se suman otras 95 rescatadas por el Rise Above, de Mission Lifeline. 

Gestión europea

La negativa primero de Malta y luego de Italia vuelve a poner el foco sobre la gestión europea de los flujos migratorios, dejando al descubierto las mismas dinámicas que han llevado en el pasado a situaciones de emergencia como la del Aquarius, el barco al que finalmente el Gobierno español ofreció Valencia como puerto de desembarco; o la del Open Arms, al que el Ministerio de Interior de Italia cerró los puertos durante 19 días en el agosto de 2019, un caso por el que el entonces ministro Matteo Salvini está imputado en el Tribunal de Palermo por los delitos de secuestro de personas e incumplimiento de funciones.  

La situación de bloqueo coincide también con el cambio de Gobierno en Italia, donde el nuevo titular de Interior, Matteo Piantedosi, que fue el jefe de gabinete de Salvini entre 2018 y 2019, ha querido adoptar desde el principio una política de “puertos cerrados” dictada por el líder de la Liga y compartida por la primera ministra, Giorgia Meloni, quien en más de una ocasión habló de “bloqueo naval”. Hace una semana, Piantedosi envió a las autoridades portuarias y a las fuerzas de seguridad una orden en la que expresamente mencionaba al Ocean Viking y al Humanity 1 y aseguraba que su conducta es “contraria a las normas europeas e italianas en tema de seguridad y control de las fronteras y de lucha contra la inmigración ilegal”, con lo que “estudiaba” prohibir su entrada.

Fue una de las primeras medidas del nuevo Gobierno dirigida contra las ONG, en los mismos días en los que otras miles de personas —unas 6.300 en los últimos siete días— llegaban a la costa italiana o eran rescatadas por la guardia costera del país. 

Pulso diplomático

Piantedosi reconocía en una entrevista al Corriere della Sera el pasado miércoles que las personas rescatadas por las ONG son el 16% del total, pero reclamó que sean los Estados de bandera de las embarcaciones los que se hagan cargo de la acogida. “Dado que ya nos ocupamos del 84% restante de migrantes que llegan a nuestras costas, por otros medios o salvados por nosotros, esperamos que la tan anunciada solidaridad europea se haga realidad. No solo a través de las reubicaciones, que hasta ahora han fracasado, sino también aceptando hacerse cargo de acoger a la parte más pequeña que esencialmente pisa por primera vez en esos mismos países europeos a los que pertenecen los barcos que los recogen en aguas internacionales. Nunca nos desviaremos de nuestro deber de rescatar a las personas en el mar, pero creemos que ha llegado el momento de que la solidaridad europea se convierta en realidad”, dijo el ministro. 

El Humanity 1 y el Rise Above tienen bandera alemana; los otros dos, noruega. Y la reclamación de Italia ha desencadenado el primer pulso diplomático con Alemania, quien contestó que lo primero era auxiliar “rápidamente” a los migrantes. Francia se abrió este viernes a acoger junto a Berlín parte de los migrantes rescatados por Ocean Viking, según afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin en unas declaraciones a un programa de la televisión BFMTV y la radio RMC. Darmarin, sin embargo, recordó: “El derecho internacional es muy claro. Cuando un barco pide atracar en tierra cuando hay náufragos a bordo, es el puerto más cercano, en este caso Italia, el que tiene que acogerlo”. Ante la negativa de Italia y Malta, el jueves el Ocean Viking pidió ayuda a España, Grecia y Francia.

Llamadas de auxilio sin respuesta

“Han pasado nueve días desde el primer rescate que hicimos y siete días desde el último. Así que es un tiempo muy extendido ya para la gente a bordo. Un barco no es el lugar donde estar, no es el lugar donde los servicios básicos se pueden dar de la manera más apropiada, incluso con todo el esfuerzo que ponemos para hacerlo con humanidad y con dignidad”, asegura Gil. Entre los supervivientes a bordo del Geo Barents, hay tres mujeres embarazadas, familias con niños —el más pequeño un bebé de 11 meses—, y más de 60 menores no acompañados. El responsable de los equipos de rescate de MSF a bordo del Geo Barents, Riccardo Gatti, explicó el jueves que entre ellos hay un niño decidido a ir a Alemania donde vive su madre, enferma terminal de cáncer, que no consiguió obtener un visado, y otro niño que fue interceptado y devuelto a la fuerza a Libia cuatro veces.

“Una vez que hemos concluido los siete rescates con la capacidad plena de nuestro barco, hemos reiterado cuatro veces las solicitudes de desembarcar en Malta a las autoridades de ese país. Todas ellas han sido denegadas. Entonces, nos desplazamos al siguiente Estado costero, en este caso de Italia. Eso fue la madrugada del lunes y desde entonces hasta hoy [viernes] hemos hecho seis solicitudes para desembarcar a los supervivientes y todas ellas han sido ignoradas”, explica el coordinador de misiones de MSF en el Mediterráneo. 

“Si no nos dan puerto, tendré que entrar sin permiso a Italia”

Muy crítica es también la situación en los otros barcos. El capitán del Rise Above, el español Marco Antonio Martín Esteban, cuenta en conversación telefónica desde el barco que han tenido que dirigirse hacia el este de Sicilia, frente a la zona de Catania para resguardarse del temporal. “Es un barco de madera, de 25 metros de eslora, con 95 personas a bordo. Tenemos que acercarnos. Se esperan olas de 4 o5 metros. Viene mucho viento y lluvia”, cuenta este capitán que lleva cinco años en actividades de rescate en el Mediterráneo y anteriormente estuvo en el Open Arms y en el Aita Mari. El barco había salido de Licata, en Sicilia, el miércoles y al día siguiente hizo los rescates.

“Fuimos a pedir puerto a la autoridad portuaria y la guardia costera de Lampedusa y nos dijeron que habían enviado nuestra solicitud al Ministerio de Interior, que ya sabemos quién es, y a partir de ahí no hubo contestación. Y empecé a preocuparme porque este barco es muy precario. Tengo gente en la proa, en la popa, en los laterales... lo tengo lleno. Llevamos ocho bebés a bordo, de entre siete meses a dos años, 34 menores de 7 a 17 años, 44 mujeres, tres embarazadas y 71 hombres”, explica el capitán.

Dice que queda carburante para otros cinco o seis días: “Si no me dan un puerto antes, no me va a quedar más remedio que meterme sin permiso en Italia y tendré que acatar las consecuencias. Sé que me protege la ley internacional, me dedico desde hace años a esto, pero luego hay un Estado y ya sabemos quién manda en este Estado. En lo que sí creemos es en la dignidad del ser humano, el derecho a la vida y vamos a llegar hasta el final, eso te lo garantizo. No voy a dejar a esta gente abandonada, ni yo ni mi tripulación”. El barco ha tenido que pedir a última hora de la tarde de este viernes la evacuación médica urgente de una mujer que se quedó inconsciente y que ha sido trasladada a tierra por la guardia costera de Italia.

Poco después el ministro de Interior italiano ha anunciado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que dos barcos han entrado en aguas italianas. Uno es precisamente el Rise Above y el otro es el Humanity 1. “Hemos impuesto a este buque [el Humanity 1] que se quede en la rada y permanecer en aguas territoriales solo el tiempo necesario que nos permita ver la situación a bordo, todas las posibles emergencias de salud u otro tipo que puedan tener las personas, de las que nos haremos cargo”, ha dicho el ministro refiriéndose a menores de edad, mujeres embarazadas y enfermos. Pero, ha añadido, “los que no están en estas condiciones tendrán que volver a aguas internacionales”.