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ANÁLISIS

Los principales aliados de Rusia dan señales de estar perdiendo la paciencia con Putin

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan en Sochi.

Patrick Wintour

Nueva York (EEUU) —

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Algunos países dispuestos a tolerar la invasión rusa en Ucrania están dando señales de estar perdiendo la paciencia. Turquía, India y China respondieron con frialdad al anuncio de las votaciones de cuatro regiones ucranianas ocupadas por Rusia para su anexión a la Federación Rusa.

Turquía, que estuvo en el centro de la mediación entre Occidente y Rusia, lanzó una fuerte reprimenda mediante un comunicado en el que dice estar preocupada por los intentos de llevar a cabo consultas unilaterales.

“Estos ilegítimos hechos consumados no serán reconocidos por la comunidad internacional. Por el contrario, dificultarán los esfuerzos para revitalizar el proceso diplomático y profundizarán la inestabilidad”, dice el comunicado.

“Renovamos nuestro apoyo a la integridad territorial, la independencia y la soberanía de Ucrania, sobre las que hemos hecho hincapié desde la anexión ilegal de Crimea en 2014, y reiteramos nuestra disposición a ofrecer todo el apoyo necesario para resolver la guerra en curso... a través de negociaciones pacíficas”.

En una rueda de prensa en Nueva York, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que siempre había apoyado la integridad territorial de Ucrania.

Sorpresa para Erdogan

La movilización de las tropas de Vladimir Putin que tuvo lugar este miércoles parece haber tomado por sorpresa a Erdogan. Este lunes, el mandatario había dicho en una entrevista con la televisión pública de Estados Unidos (PBS, por sus siglas en inglés) que tenía la impresión de que su homólogo ruso estaba dispuesto a hacer concesiones.

Al reflexionar sobre una reciente conversación mantenida con Putin, el líder turco dijo a la PBS: “En realidad está mostrando que está dispuesto a terminar con esto lo antes posible. Esa fue mi impresión, dado que la forma en que las cosas están yendo es bastante problemática”.

Erdogan no es el primer líder mundial que termina una reunión con Putin con una impresión engañosa, pero Turquía también se enfrenta a otros problemas.

Los bancos del país están bajo una presión cada vez mayor debido a las amenazas de sanciones por parte de Estados Unidos, que advirtió a instituciones y entidades bancarias turcas de las consecuencias de permanecer vinculadas a Rusia. Dos entidades privadas, DenizBank e Isbank, suspendieron esta semana el uso del sistema de pago ruso Mir después de que Washington aumentara sus sanciones contra Rusia, que incluyen al jefe de la entidad que dirige Mir. Turquía nunca quedará aislada económicamente de Rusia, pero los negocios, tal y como se conocían hasta ahora, han terminado.

Presiones a India

El presidente francés, Emmanuel Macron, elogió esta semana al primer ministro de India, Narendra Modi, por haberle dicho a Putin frente a frente que no era momento para una guerra. Pero ahora, el líder indio está siendo instado a que sus comentarios les sigan acciones concretas.

La negativa de la India a tomar partido -o lo que a Delhi le gusta llamar “hacer malabares con pelotas en una cuerda floja”- desató mucha impaciencia. Jen Psaki, entonces portavoz de la Casa Blanca, instó a India a mediados de marzo a reflexionar sobre “dónde querrá estar cuando se escriban los libros de historia sobre este momento”.

El ministro de Asuntos Exteriores de la India, S. Jaishankar, solo se refirió a Ucrania, de manera superficial, durante una sesión en la Universidad de Columbia celebrada esta semana, pero sugirió que su país había reconsiderado su actitud hacia Estados Unidos.

“Durante casi 50 años y por diversas razones —no digo que nosotros tuviésemos la culpa, ni que Estados Unidos la tuviera—, el hecho es que mirábamos a Estados Unidos con recelo, con mucha cautela”, dijo. “Era una relación muy sustancial, pero la valoración general de la política exterior de Estados Unidos era de profunda cautela, si no de profunda sospecha”.

“Nos costó mucho esfuerzo superar los supuestos anteriores para forjar una relación diferente con EEUU y una de las grandes diferencias que marcó el primer ministro Modi es que no carga con el bagaje ideológico, no es una persona que esté arraigada en una determinada visión del mundo que lo aleje de forma fundamentalista de EEUU”.

Ese enfoque se reflejó en la postura de India sobre Ucrania, que dio pequeños pasos para alejarse de la neutralidad. El Gobierno indio se refiere continuamente al cumplimiento de la Carta de la ONU, ha condenado los crímenes de guerra cometidos en Bucha y votó a favor de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pueda dirigirse al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por videoconferencia.

Contradicción de China

China es un hueso más duro de roer y sus declaraciones, a menudo opacas, se prestan a interpretaciones contradictorias. Puede que siga pensando que su alianza con Rusia es necesaria para mantener a raya a Washington, pero las declaraciones del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino de esta semana distan de avalar la apuesta de Putin.

Un exministro de Asuntos Exteriores británico dice que Rusia conservó profundos vínculos con países de todo el mundo, incluidos aliados que seguían dispuestos a hacer frente a Occidente y a encontrar motivos para excusar las acciones de Moscú.

Sobre la posibilidad de la neutralidad, dice: “Creo que se cubrirán más las espaldas ante una derrota rusa, por lo que deberían estar abiertos a vincularse con Occidente. Ahora está claro que Rusia no puede ganar, pero obviamente eso no es lo mismo que perder”.

Traducción de Julián Cnochaert

PW

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