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OPINIÓN

La espectacularización y el infoentretenimiento como estrategias judiciales

El abogado Fernando Burlando y la prensa

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La transmisión en vivo del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa rompió todos los índices de métricas y ratings, es la noticia con más clicks y que más audiencia atrae en el último mes. Se trata de una noticia que tematiza una situación de riesgo y, en ese sentido, interpela a las audiencias al igual que cualquier noticia de inseguridad: su abordaje mediático se impone: “le puede pasar a cualquiera”.

No existen antecedentes de un juicio penal transmitido en simultáneo por tv abierta, cable y streaming durante un período de actividad limitada por feria judicial y que, además, coincide con el aniversario del suceso que le da origen. La cobertura del caso y del juicio ha tenido características de espectacularización y sensacionalismo. Es seguido por las audiencias como una novela de folletín, que además suma tintes de infoentretenimiento, comenzando por el abogado de la víctima, el hipermediático Fernando Burlando.

El caso se presentó en los medios de forma tal que la víctima es Fernando Báez Sosa y los victimarios el grupo que lo agredió. No hubo dudas sobre el encuadre ni cambios en relación a su tratamiento. Los victimarios fueron representados con rasgos de malicia y alevosía , indolentes, violentos y sarcásticos. Se publicaron los chats, se hicieron representaciones interactivas del día del acontecimiento, se repitieron una y otra vez las filmaciones de la pelea, revictimizando de este modo a la víctima. La visibilidad de esto y de las filmaciones atentó contra el proceso ya que los acusados se negaron a declarar porque argumentaban que después se filtraba todo en los medios .

Sin dudas, los medios hegemónicos promovieron una mirada punitivista del caso, utilizando recursos sensacionalistas y dándole voz a quienes exigen cadena perpetua para los acusados, con poca reflexión sobre los acontecimientos.

Sin embargo, algo para destacar fue que también hubo coberturas que pusieron el foco en otros temas relevantes que trae este caso, como la violencia machista en el rugby y la cuestión racial en la pelea. Algo en el plano cultural se movió en este sentido, por caso hubo reflexiones de jugadores de rugby y disculpas desde los propios clubes.

Llegado el momento del veredicto, ¿cuál sería el procedimiento socialmente/éticamente responsable a recomendar a quienes están a cargo de tareas de cobertura en el lugar y/o de edición en sus canales/plataformas de destino?

Lo recomendable es tomar las sugerencias de la Defensoría del Público para la cobertura de temas policiales:

  • Privilegiar el respeto de la persona humana y de sus garantías constitucionales.
  • Privilegiar un tratamiento respetuoso, serio y contextualizado que evite la generización de las víctimas o victimarias.
  • Privilegiar un tratamiento respetuoso de la identidad, la intimidad y la privacidad de las personas implicadas y prescindir del uso y de la promoción de estereotipos y generalizaciones sobre los hechos, quienes estén implicados y sus allegados.
  • Utilizar una perspectiva no incriminatoria en la construcción de la crónica policial.
  • Difundir la información constatada en fuentes fehacientes, en lugar de privilegiar la primicia como único criterio noticioso.
  • Contextualizar los casos para no incurrir en la difusión de serializaciones forzadas y representaciones “fatalistas” y territoriales que propicien sentidos atemorizantes en las audiencias.
  • Evitar la utilización de recursos y operaciones de edición de los materiales audiovisuales que tiendan a la espectacularización y ficcionalización de los casos y de las personas involucradas y los derechos de las audiencias.

Si comparamos el de Fernando Báez Sosa con otro tema policial en agenda como el caso de Lucio Dupuy, vemos diferencias significativas. El tema es menos seguido por las audiencias no porque no interese sino porque el hecho, atroz, es moralmente inaceptable para la sociedad. Sus detalles escalofriantes están al límite de lo representable y de lo que como sociedad estamos dispuestos a debatir.

BF

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