Milei está armado hasta los dientes
Fer es Fernando, un gran amigo, y Ref es Fer al revés, la librería que tanto quiero, donde pasé muchos días largos, días hermosos, viendo la lluvia en el patio o en la terraza, tomando algo con amigas y amigos, durmiendo rivotrilizado en un cuarto que ya no está más, cuando yo estaba, como decía mi viejo, forfai. Papá se sentaba al borde de su cama, con el pijama y me decía: estoy forfai. La palabra tiene un origen inglés y como forfait, con la t final, se usa para decir que está cancelado el servicio de hotel o el viaje en auto.
Pero antes de que se la apropiara el señor Trivago era usada en las cárceles argentas, en el hampa donde reinaba Dedo Negro, esa genial creación de García Ferré: alguien forfai era una persona que estaba liquidada, destruida. Y como las palabras son libres y pueden vivir en el calor popular o en la sofisticada vereda de los colegios caros, también pueden desaparecer de la lengua, salir de stock, como sucede con algunos animales o seres marítimos de la profundidades a los que ya nadie ve porque, tal vez, estén forfai.
Manejando en Mardel, con Victoria, vimos un local que se llamaba Kusifai y me acordé que mi tía Teresa, la hermana de mi viejo que me crió, decía: “Ese cusifai está por venir” o “Llegué pero estaba cusifai”. A veces lo decía para contar que estaba alguien o para advertir al interlocutor que estaba alguien que los niños no debíamos saber que estaba. La palabra cusifai es una deformación del italiano cosa fai, que significa ¿qué hacés? Pero que acá, en el lunfardo se sustantivaba para nombrar a alguien cuyo nombre se ha olvidado o se prefiere no nombrar.
Michel de Montaigne seguía la trayectoria vital de una palabra cuando ensayaba, me encanta eso, perseguir a una palabra como si fuera un animal que corre delante nuestro.
Hoy Fer me manda un poema de Eugenio Montale, un poeta extraordinario italiano que nació en Génova el 12 de octubre de 1896. Quería dedicarse al canto lírico pero la muerte de su maestro y el insomnio que padecía frustraron sus planes. Montale leyó a Dante y lo reescribió en poemas al principio herméticos con gran poder de condensación y con correlatos objetivos notables. Publicaba un libro de poemas cada catorce años, se tomaba su tiempo. Hueso de sepia (1925) y Las Ocasiones lo pusieron a la cabeza de la poesía italiana junto con Giuseppe Ungaretti. En el 77, la academia Sueca le dio el Nobel. Hasta ese entonces Montale no tenía un mango y ganarse la vida había sido un suplicio para él, un periodista que tecleaba con dos dedos, un pájaro que picoteaba muy despacio.
El poema que mandó Fer se titula “La Poesía”. Y tiene un epígrafe en bastardilla que dice (en Italia): Desde los albores del siglo se discute /si la poesía está adentro o afuera ./ Primero ganó el adentro, luego contratacó con energía/ el afuera y con los años llegamos a un forfait/ que no podrá durar porque el afuera/ está armado hasta los dientes.
Un poema genial porque permite que cada uno se imagine qué es el afuera o el adentro. Un poema que no es sobre algo sino que es algo en sí.
En un recital de poesía, unos padres intensos le decían a su hijo de siete años: Dale, gritá viva la poesía. Dale, gritá viva la poesía. Y el nenito se paró delante de la gente y presa del pánico escénico gritó: Viva la policía!
Mañana por la noche, Massa o Milei estarán adentro o afuera, uno será forfai. A Massa tal vez le hubiera servido más Chiquito Romero de vice, porque las encuestas lo muestran abajo o yendo a penales. A pesar de ganar el debate -lo tuvo que reconocer hasta LN+-, el Gobierno del que forma parte fue tan pésimo que los números aún no le dan tranquilidad.
Ese momento en que Massa le enrostró el psicotécnico no aprobado a Milei y, a la vez se dio cuenta de que no podía seguir por ahí porque se hubiera convertido en el malo del debate, ese momento en que calibró porque se dio cuenta que más allá de los apoyos logrados su mejor propuesta para ganar es Milei.
A mí me preocupa más Victoria Villarruel. Me preocupa porque puede ser la persona que, de estar en el poder, arme una nueva Alianza Anti Comunista Argentina. También me preocupan todos los argentinos y argentinas que no llegan ni a la mitad del mes y que mueren como moscas, los chicos y chicas jóvenes que nacieron en el TikTok chino y no pueden salir de la realidad virtual. Se los ha sometido a un experimento radioactivo y me acuerdo del agente Smith, en la primera Matrix, cuando se saca la cucaracha que tiene en la oreja -para alarma de los demás agentes- y le dice a Morfeo que él tampoco soporta el olor a encierro que hay en la Matrix.
En un recital de poesía, unos padres intensos le decían a su hijo de siete años: Dale, gritá viva la poesía. Dale, gritá viva la poesía. Y el nenito se paró delante de la gente y presa del pánico escénico gritó: Viva la policía!
Reescribamos el poema de Montale. “Desde los albores del siglo se discute /si la política está adentro o afuera ./ Primero ganó el adentro, luego contratacó con energía/ el afuera y con los años llegamos a un forfait/ que no podrá durar porque el afuera/ está armado hasta los dientes.
FC
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