Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
TRIBUNA ABIERTA

El ciclo del empobrecimiento y la represión

Cartoneros, el crimen de ser pobres

0

Viernes a la noche, Martina vuelve de protestar por la liberación de los cartoneros reprimidos en Capital Federal. Llega cansada a Villa Itatí de Quilmes y, al rato, se encuentra a la policía de Sergio Berni reprimiendo a sus vecinos, cartoneros también. Martina es la piba que se ve defendiéndose de las bestias esas que minutos antes habían reventado a palos a familias cartoneras de la zona. Tiene quince años y tiene más ovarios que muchos de nuestros políticos y dirigentes. Te felicito Martina, te defendiste como una leona. Por suerte hay cientos de Martinas que no se van a dejar atropellar por ningún facho sorete que les pega por el crimen de ser pobres o por nada. Se van a defender.

En los últimos meses, Berni se está especializando en la represión del delito de ser pobre, cartonero, feriante, sin techo o vendedores ambulante. Es tan represor como la policía de Larreta. Ni más ni menos, igual. El problema es que es parte del Gobierno de nuestro compañero Axel Kicillof. Axel, la verdad no te entiendo. ¿Cómo podés tener a ese gorila, golpeador, violento y represor como ministro? Si estás presionado por la mafia policial y la narcoestructura, explicáselo a tu pueblo que te va a entender, pero no podés tener a ese sinvergüenza golpeando a la gente humilde todos los santos días. Te degrada como dirigente, es tu responsabilidad. Por lo menos, ponele los puntos... Y hablo también al resto de los compañeros del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no permitan más este atropello. Porque con estos temas también hay que trazar límites ¿Si no saben lo que se pierde? La autoridad moral, la fuerza del ejemplo y todo se convierte en una narrativa líquida que no conmueve ni atrae.

En este caso, a diferencia de la ciudad, la intendenta Mayra Mendoza intervino rápidamente para que hacer cesar la detención arbitraria y evitar vejaciones como las que sufrieron los 13 presos de la policía porteña. El problema es que el señor Berni extorsiona a quienes gobiernan territorios complejos con un argumento macabro: si no te gusta cómo actúan las fuerzas, las saco. Eso es grave. Las fuerzas de seguridad tienen que estar, se las necesita, pero para enfrentar las narcoestructuras y cuidar a los vecinos, no para reprimir laburantes. 

También tengo que reconocer que el presidente se comprometió a revisar la situación de la importación de basura (recortes) y bobinas que destruyen la industria local del reciclado y, particularmente, golpean a los cartoneros en su magro bolsillo. Espero que no crea a libro cerrado el diario de Irigoyen que le venden porque es objetivamente falso.

Es que todo esto sucede en un contexto en que los precios del cartón bajan porque el ministro Matías Kulfas permite, por acción y omisión, la importación de papel Kraft y papel acanalado en bobinas, además de continuar la importación de basura norteamericana que empezó con Macri. Si no le gusta la palabra basura, utilicemos el término elegante:  recortes de papel, cartón, pet, etc provenientes de residuos sólidos urbanos. Lo que los gringos se quieren sacar de encima y los Chinos dejaron de importar el 1 de enero de 2021 a partir de la «Ley de la República Popular China sobre la prevención y el control de la contaminación ambiental por residuos sólidos». ¿Qué país serio va a querer importar “residuos sólidos urbanos” de otros en vez de promover el reciclado de los locales? ¿No es que necesitamos los dólares en casa? ¿No necesitamos fortalecer los ingresos de los argentinos? Pues así quedaron los ingresos de los cartoneros: 

Los números de importaciones que explican la “plancha” sobre los precios de venta del cartón (que se replica en otros materiales reciclables) son claros: más de 43 mil trescientas toneladas de estos residuos sólidos urbanos domiciliarios (repito, basura norteamericana) entraron al país en los últimos dos años. En 2022 la situación empeora ya que si comparamos las 30.500 toneladas de basura que entraron en 2021 y las 13.510 en lo que va de 2022 podemos proyectar un aumento de las importaciones. Si Kulfas niega esto, es un mentiroso. Son datos duros. 

En relación con las bobinas la cosa es aún peor. Traerlas de afuera es una política totalmente antinacional además de contaminante, porque parte de este material viene de la desforestación y la crisis ambiental no conoce fronteras. Estas bobinas vienen de Brasil, el país más desforestado del mundo. Negoción: destruir el ambiente, la industria nacional y a los cartoneros para abaratar los costos de algunos empresarios.

Veamos los números. Entre 2021 y 2022 subieron 49% las importaciones de bobina de papel kraft y 285% (sí, 285%) las importaciones de papel acanalado (corrugado). Esto, al igual que los recortes importados, sustituye el material que reciclan los cartoneros, perjudicando a cientos de cooperativas y trabajadores independientes. También sustituye el material de la industria papelera nacional. Le tira el salario abajo a los cartoneros que no tienen un ingreso fijo, salvo en los casos en que estén cooperativizados.

Toda la situación se explica por el lobby de la industria que, cuando los cartoneros se plantaron para no vender su material por migajas, fue a pedirle a Kulfas habilitar las importaciones. El propio Kulfas me lo dijo la única vez que lo vi, cuando fui a plantearle que frene la importación de basura que traía Macri. Me dijo que ciertos empresarios le pedían que abra las importaciones porque no conseguían material en el mercado local ¡Mentira!

Lo que consiguen es estoquearse para tirar abajo los precios con el que compran en el mercado local y subyugar a la industria recicladora, en particular a los cartoneros que se han empoderado y organizado masivamente en el país a través de cooperativas para no dejarse explotar por semejantes sinvergüenzas. 

Para entender las cosas, hay que seguir la ruta del dinero:

-¿Quién es el principal comprador de estos materiales y beneficiario de esta política? Cartocor.

-¿Saben quién es el dueño de Cartocor? Arcor.

-¿Cuál es el rubro dónde mayor inflación hay? Alimentos.

-¿Quiénes se gastan todo en alimentos? Los pobres y, entre ellos, los cartoneros.

-¿Quiénes se perjudican con esta política? Los cartoneros, pobres todos ellos, y ahora indigentes.

-¿Cuál es la una de las principales empresas alimentarias de Argentina? Arcor

-¿Arcor está bajando los precios al consumidor con estos beneficios que obtiene del Estado? ¡No! Está aumentando sus ganancias.

En 2021 alcanzaron los $19.918 millones. Este año, mal no le está yendo... 

Arcor logra bajar el costo de sus insumos importados, perjudica a los cartoneros, perjudica la industria nacional papelera, deteriora el ambiente, pero ¡no baja los precios al consumidor! ¡Los alimentos siguen por las nubes! Es menemismo mal hecho. 

Mientras los ingresos y salarios de los trabajadores informales pierden siempre con la inflación, los precios de los alimentos suben cada vez más. Se les dan beneficios a las empresas de alimentos que, en vez de beneficiar a los consumidores, perjudican a los trabajadores. Y, para colmo, cuando los laburantes pretenden trabajar o protestar sea en Provincia de Buenos Aires, en Capital Federal o en muchas localidades del mal llamado interior los muelen a palos, sin que el sistema político se conmueva.

Este circuito no tiene nada que ver con el progresismo, con el socialismo, con el feminismo y, desde luego, no tiene absolutamente nada que ver con el peronismo. Es neomenemismo.

Muchos de los que putearon y abuchearon a Cristina ayer mientas hablaba de los conflictos de interés -porque esto, te guste Cristina o no, es objetivo: hay intereses en conflicto- deberían pensar realmente qué intereses defienden... Hagan ese ejercicio, no se enojen, no se irriten, piensen un poco. ¿Qué carajo están haciendo? ¿A quién representan? 

Está muy bien que unos y otros hablen con los empresarios, con los banqueros, con los poderosos del mundo. Pero ¡traigan algo para el lado de la muralla! Nadie les pide milagros. Nadie les pide que sean el Che Guevara o Rosa Luxemburgo. Sólo les pedimos que traigan resultados para el lado de los laburantes, que la variable de ajuste no sean los salarios del sector formal e informal, sino las ganancias extraordinarias de los sectores de poder económico. Y eso no hay que proclamarlo, hay que hacerlo y se tiene que reflejar en los números…. En el caso del precio de los residuos sólidos urbanos, el accionar estatal opera como un clásico Hood Robin: les roba a los pobres para darle a los ricos.

Nosotros defendemos los intereses de los trabajadores de la economía popular. No somos ni sindicalistas de la pobreza porque luchamos contra la pobreza, pero sí tenemos organizaciones que ya ni de pobres son, son de indigentes, producto de estas políticas. Tampoco somos CEOs de la pobreza, porque no nos llevamos nada: si alguien tiene alguna duda, venga a buscar qué patrimonio tenemos nosotros, de qué vivimos y se va a dar cuenta rápido de que defendemos estos intereses por convicción y por los más elementales criterios de justicia. Somos militantes… algo que los tecnócratas no entienden.

Por su parte, también creo que muchos de los que escucharon y aplaudieron a Cristina a rabiar también deberían aflojar un poquito con la idea de la superioridad (porque, saben, la experiencia y capacidades de Cristina no irradian mágicamente a sus simpatizantes) fijarse si en su accionar como gobernantes defienden los intereses del pueblo o por casualidad sus omisiones no agravan la situación. O al menos, no sean tan indiferentes. ¡Frenen a las bestias del Estado que maltratan y humillan a los trabajadores y, sobre todo, a las trabajadoras pobres! Frénenlos, porque en la forma de tratar a los humildes radica la diferencia fundamental entre las doctrinas humanistas y la derecha deshumanizada. Si no, lo que se ve es que todo es mentira, que nada es amor, y eso disuelve el espíritu que necesita el resurgimiento de las fuerzas propulsoras de los cambios. 

JG

Etiquetas
stats