¿Por qué es importante la creación de una Empresa Nacional de Alimentos (ENA)?

A partir del último golpe de Estado cívico militar, se generó un proceso de transnacionalización de la economía. Este régimen vino a imponer por la fuerza un nuevo modelo de acumulación capitalista en nuestro país basado en la desindustrialización al servicio de los intereses financieros de las corporaciones extranjeras, camino que se profundizó hacia la década de los ´90, acentuando la monopolización en general y, en particular, de la producción y comercialización de alimentos a partir del hipermercadismo.
La estrategia trazada por Martínez de Hoz, Menem, Cavallo y De La Rúa generó las condiciones necesarias para que ese capital extranjerizado, concentrado y monopolizado se instalara, atando la suerte del país a la de las corporaciones. Podríamos decir que, después de los procesos de alta inflación, venían nuevos planes económicos que buscaban generar consensos en el pueblo para imponer sus recetas. El hipermercadismo, luego de la inflación incontrolable generada durante el gobierno de Raúl Alfonsín, venía a construir la ilusión de abastecimiento de alimentos a precios estables. Después de casi 30 años podemos ver que nada de eso ocurrió, sino más bien todo lo contrario. Hoy vivimos bajo una situación dominante de diez empresas productoras de alimentos que poseen casi el 100% del mercado, nueve transnacionales y una multinacional con sede en Argentina que concentran la producción, comercialización de alimentos y que generan los precios.
Los servicios financieros de la dictadura, sumados a las políticas que siguieron, construyeron el universo de producción, comercialización y hasta exportación que hasta hoy padecemos. Fueron concentrando poder, desregulando las herramientas de control y de participación del Estado en la planificación del mercado de alimentos. De esta manera, el acceso del pueblo a lo que come quedó ligado al plan de negocios de las empresas concentradas. Hicieron de los alimentos una mercancía y nosotros debemos recuperarlo como un derecho social y así cambiar la forma de producción y comercialización democratizando el acceso y garantizando ese derecho para el pueblo.
El ciclo que se inició en Argentina, a partir de la victoria de Javier Milei, no hizo más que reproducir aquel viejo proyecto de la oligarquía. como calco del plan diseñado por Martínez de Hoz. La fórmula se repite: liberalización del mercado, desregulación de precios, congelamiento de salarios, reducción de jubilaciones, toma de deuda externa y sumisión ante organismos internacionales, estatización de deuda privada, destrucción del Estado como garante de derechos y regulador de la economía, privatización de empresas públicas, entrega de la soberanía, incremento de la dependencia, intento de “legalizar” la fuga de capitales y el saqueo del patrimonio nacional en favor de un puñado de empresarios, los verdaderos dueños del país, y en detrimento de las mayorías populares, procesos de devaluación de la moneda nacional.
En este contexto, la propuesta de creación de una Empresa Nacional de Alimentos se vuelve revolucionaria. Pero ¿Por qué sería importante en nuestro país?
En primer lugar, porque es fundamental impulsar el rol activo del Estado en la planificación, regulación, control, producción, análisis de costos y comercialización de los alimentos de manera no monopólica para no dejar el mercado en manos de las grandes corporaciones.
En segundo lugar, porque es necesario cambiar la vieja lógica neoliberal y no pensar al Estado como cliente de las grandes corporaciones sino como asociado directo de los productores con capacidad de planificar a largo plazo.
En tercer lugar, a partir de la creación de la ENA sería posible generar precios de referencia para los productos de consumo masivo. Esto implicaría ponerle freno a la avaricia de las empresas capitalistas que entienden al alimento como una mercancía y no como un derecho social, además de marcar un camino sustentable y saludable para la producción de alimentos, como parte de la construcción de soberanía nacional.
El objetivo es, además, generar debate y ensayar una solución concreta que nos permita atacar el problema inflacionario que históricamente sufre nuestro país. Sabemos que el aumento de precios de los alimentos es el rubro más importante en el IPC y que casi todos los años está por encima de la suba general de precios, esto quiere decir que hay un sector que se aprovecha de la mesa de los argentinos y argentinas, y evidencia una enorme transferencia de recursos de los sectores populares hacia los concentrados.
En Argentina, diez corporaciones controlan el 80% de la producción de alimentos y seis cadenas comercializan el 60% de lo que comemos. Disparan los precios y obtienen ganancias exorbitantes, aun en medio de una caída histórica en el consumo que genera una emergencia alimentaria histórica.
Según el observatorio de la pobreza de la UCA, casi el 50% de la población es pobre y el 20% indigente ¿Saben cómo se mide la indigencia? Evaluando si tenés o no tenés para comer. Es decir, que hay un 20% de la población argentina que no tiene para comer en un país productor de alimentos.
La realización del documental “ENA, una respuesta soberana” es una manera de poner a disposición propuestas e ideas a través de las herramientas maravillosas que brinda el género documental, como lenguaje cinematográfico. Se trata de debatir y construir en torno a las causas necesarias para el bien común que buscan la justicia social, ambiental y la soberanía territorial como horizontes de futuro. La motosierra de Milei, el vaciamiento del INCAA y sus intentos por destruir toda experiencia artística, cultural y eliminar las posibilidades de financiamiento, no logra callar nuestras voces, no puede evitar que sigamos creando con la fuerza que brota desde abajo, desde las bases del pueblo organizado.
Como hemos dicho, la histórica concentración de la tierra, la formación de una oligarquía terrateniente ligada al comercio exterior y forjada en base al despojo y a la matanza de los pueblos originarios; la privatización de puertos y vías navegables, los procesos de extranjerización y concentración de las empresas productoras de alimentos y la entrega del negocio al hipermercadismo, definen una matriz productora donde el diseño no radica en la planificación estatal y mucho menos en las necesidades de la población, sino en la maximización de las ganancias, en el marco de un plan de negocios pensado por los jugadores globales, de un mercado de alimentos que junto a la energía constituyen una geopolítica de la entrega, el hambre y el saqueo.
El mundo ya no discute la necesidad de la intervención estatal, sobre todo a partir de la crisis del 2008, sino la forma de intervenir. Los países que se pusieron de pie cuestionando la hegemonía del dólar son los de aquellas economías con un estado planificador, interventor y regulador.
En el documental “Empresa Nacional de Alimentos, una respuesta soberana”. exponemos esta maquinaria de desigualdad a través de datos contundentes y entrevistas exclusivas con personalidades de la política y la lucha por la soberanía alimentaria como:
FERNANDO BASSO (Politólogo y docente), PEDRO PERETTI (Militante político, escritor y chacarero), HERNÁN LETCHER (Director CEPA - Magíster en Economía Política) LUCÍA CAVALLERO (Licenciada en Sociología e investigadora de la UBA) VICTORIA ESCOBAR (Referente de Género UTT), CECILIA ROSLAN (Docente, Licenciada en Economía UBA) CARLOS DEL FRADE (Periodista, escritor y político), JUAN PABLO DELLA VILLA (Coordinador de ECAS), JAVIER CERNADAS ( Jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Desarrollo Agrario y Calidad Agroalimentaria), JAVIER RODRÍGUEZ (Ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires) GERARDO SÁNCHEZ VOLPINI (Secretario de Inversiones Públicas y Privadas de la Provincia de la Rioja), GUILLERMO BÓVEDA (Presidente de AGROANDINA, Empresa Pública riojana) EDEGAR PRETTO (Presidente de CONAB Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil), PATRICIA BALLIVIÁN (Ex-Gerente General de Empresas Públicas de Bolivia)
La cámara viaja desde los Mercados Bonaerenses hasta las plantaciones de tomate en La Rioja, pasando por la fallida expropiación de Vicentín, mostrando cómo la concentración de tierras y mercados ahoga a las economías regionales. En paralelo, recupera experiencias exitosas como la boliviana EMAPA (entrevista a Patricia Ballivián, exministra de Evo Morales), o AGROANDINA (Empresa Pública riojana) donde el Estado intervino para bajar precios y romper oligopolios.
Con material de archivo histórico que vincula la desregulación de Martínez de Hoz con la crisis actual, el documental plantea una solución concreta: un modelo de empresa pública nacional productora, distribuidora y comercializadora que acorte cadenas, pague precios justos a productores y venda alimentos al costo en ferias federales.
Un diagnóstico para analizar la realidad argentina y una propuesta para llamar a la acción: la ENA como herramienta para democratizar la mesa de los argentinos y argentinas y convertir al alimento en un derecho humano.
“ENA, una respuesta soberana”, dirigida por Juan Pablo Lepore, protagonizada por Rafael Klejzer y producida por el Movimiento Popular La Dignidad y el Centro de Estudios para la Soberanía Popular Mariano Moreno, se estrenará el 1 de septiembre a las 18 horas en la sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543.
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