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El gobierno se enfoca en postergar la elección y ajusta el nuevo cronograma

Eduardo "Wado" De Pedro, Sergio Massa y Cristina Alvarez Rodríguez

Pablo Ibáñez

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Eduardo “Wado” De Pedro giró un oficio a la Justicia electoral con una consulta: pidió que opinen sobre la hipótesis de postergación de las elecciones del 2021. El ministro se ancló en un proyecto de Carla Carrizo, diputada radical que reporta a Martín Lousteau. El texto solo modifica la fecha de las PASO y lo hace con un motivo puntual: acortar los plazos entre las primarias y la asunción de los electos para evitar un limbo electoral como el de 2019 cuando Mauricio Macri perdió el poder en agosto, cuatro meses antes de perder el gobierno.

Fue la secuencia dramática y onerosa: el enojo presidencial por la derrota luego de abrazar la tesis de la encuestadora Elypsis que le prometía un empate -perdió por 15 puntos-, cambio de ministro de Economía, campaña ultra dura, y estampida del dólar sin ninguna medida preventiva de Macri -que recién repuso el cepo luego de la general- para frenar ese drenaje, que según Máximo Kirchner implicó la pérdida de 20 mil millones de dólares en reservas del Banco Central.

La consulta de De Pedro, vía la secretaría de Asuntos Políticos y Electorales Patricia García Blanco, tuvo una doble respuesta: todo cambio en el calendario electoral es de carácter político y lo define el Congreso -es decir, la Justicia no puede opinar antes de hecho- pero desde la logística, postergar solo la PASO y no la general podría generar “incongruencias” en el cronograma.

Con las PASO el 12-S y la general 14-N, se desplazará todo el calendario electoral: el día para anotar alianzas será el 14 de julio y la presentación de listas de precandidatos será la medianoche del 24 de julio.

Un tecnicismo que en la práctica puede engendrar una crisis: mover solo la primaria, y dejarla a 40 días de la general, reduce los tiempos del escrutinio y los plazos para resolver conflictos en particular en la provincia más poblada y compleja: Buenos Aires. Al final De Pedro anunció que el proyecto oficial muda las PASO del 8 de agosto al 12 de septiembre y la general del 24 de octubre al 14 de noviembre.

Esa oferta tiene efectos implícitos: archiva el plan de suspensión de las PASO, agitado por los gobernadores, y cancela la opción de fusionar primaria y general en un mismo día, pseudo lema que Kirchner promovió como atajo para evitar suspender la primaria. Esos dos expedientes eran, a su vez, agitados por Sergio Massa. “Hay un primer consenso para avanzar en la postergación”, dicen en Interior. lo que sugiere que podrían venir otros.

En el micromundo que rodea al ex presidente consideran que postergar las elecciones es regalarle tiempo al gobierno para que vacune y para una recuperación económica que comenzó pero es, todavía, desigual

“Aceptamos postergar porque si no pueden suspender la elección”, apuntan en Juntos por el Cambio (JxC), un toma y daca que no está exento de beneficios propios, al menos supuestos, como el que deslizó Elisa Carrió sobre que los votantes cambiemitas -que tiene más votos en los grupos de más edad- podrían no ir a votar en medio de la pandemia. Carrió no ocultó la funcionalidad: dijo que a JxC le conviene suspender las PASO, con lo que desafinó con todo el elenco opositor, incluso con sus propios delegados en el Congreso.

Calendario

El jueves, en Diputados, Mario Negri, Cristian Ritondo y Juan Manuel López, los tres jefes de los bloques del JxC, aceptaron un principio de acuerdo para postergar pero dejaron pendiente el OK final a lo que resuelva la mesa grande cambiemita, tribunal donde las voces de Macri y Patricia Bullrich pesan más que la del resto.

En el micromundo que rodea al ex presidente consideran que postergar las elecciones es regalarle tiempo al Gobierno para que vacune y para una recuperación económica que comenzó pero es, todavía, desigual. Con más vacunación y más actividad, las chances electorales del Frente de Todos (FdT) serían mejores, razón por la cual hay voces en el PRO que advierten sobre la inconveniencia de la prórroga. “No es bueno cambiar las reglas en un año electoral”, repite Bullrich.

En el PJ, donde las posturas están mezcladas, sobrevuela un fantasma: el cambio de fecha que Néstor Kirchner promovió en 2009, durante el primer mandato de Cristina, para adelantar la votación con la presunción de que le permitiría amortiguar la recesión económica que había comenzado en 2008. No funcionó: Kirchner fue candidato en la provincia y perdió con Francisco De Narváez.

De Pedro le dijo a los jefes de JxC de Diputados que la postergación es para salir de agosto, que es un mes crítico para las enfermedades respiratorias y que serviría para ganar un mes de vacunación, pero a su vez planteó que las fechas que propone -12 de septiembre y 14 de noviembre- pueden revisarse. Aclaró, al margen, que son las que permitirían mantener con pocos cambios el calendario.

Kicillof convocó las primarias para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre. Fue para cumplir con un paso formal pero que si el Congreso nacional modifica el calendario, Kicillof firmará un decreto correctivo para atar ambas elecciones.

Para mudar esas fechas, hay que retocar el Código Electoral y la ley 26.571, conocida como la ley de las PASO, en los artículos que fijan las fechas de la votación el segundo domingo de agosto y el cuarto domingo de octubre. Por los sondeos en la Justicia, sería necesario también modificar algunos plazos, en particular el de oficialización de candidatos.

Hay un deadline: aunque las fechas están fijadas por esas dos leyes, hay un formalismo que es el decreto presidencial de convocatoria a elecciones que debería hacerse antes del 10 de mayo. Antes de eso, debería estar el nuevo cronograma que está en marcha y que contempla una primera fecha: el 27 de abril se publicarán los padrones provisorios y se abrirá un proceso para correcciones y enmiendas.

A partir de las nuevas fechas, el 12-S y el 14-N para la PASO y la general, también se desplazará todo el resto del calendario electoral: el día para anotar alianzas se pasará para el 14 de julio y la fecha para la presentación de listas de precandidatos será la medianoche del 24 de julio.

Este viernes, a horas de que empiecen las charlas entre el oficialismo y la oposición para postergar las elecciones, Axel Kicillof firmó un decreto para convocar las primarias para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre, las fechas vigentes. En La Plata explicaron que fue para cumplir con un paso formal pero que si el Congreso nacional modifica el calendario, Kicillof firmará un decreto correctivo para atar ambas elecciones.

Es, por otro lado, lo que le indica la ley: por un mecanismo curioso, la provincia de Buenos Aires puede definir la fecha de la elección general pero su ley de PASO lo obliga a convocar las primarias el mismo día que la nacional.

PI

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