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PASO, plan D: voto optativo y que sólo compitan los frentes con más de una lista

Santiago Cafiero / Sergio Massa

Pablo Ibáñez

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Eliminar las PASO fue el plan A, unificar la fecha de la primaria y general fue el B, correr el cronograma de agosto y octubre a septiembre y noviembre apareció con opción C. Pero el laboratorio electoral es inagotable: en el Congreso, en sectores del Frente de Todos y en sintonía con gobernadores del PJ, empezó a circular un plan D: que las primarias se hagan en la fecha pautada, pero que el voto no sea obligatorio y que, además, solo haya competencia en los espacios que presenten más de una lista.

La discusión en torno a las PASO sigue activa y prolífica en alquimias y contradicciones. Primero fueron las disidencias en el FdT, cuando los gobernadores impulsaron la suspensión “por única vez” para que no coincida con el plan de vacunación, y desde La Cámpora se negaron a acompañar esa medida. En paralelo, asomaron diferencias en Juntos por el Cambio (JxC): dos gobernadores, Gustavo Valdés de Corrientes y Gerardo Morales de Jujuy, apoyaron la suspensión, pero la mesa partidaria se opuso.

En medio, giros en el aire y cambios de roles entre cambiemitas y peronistas. Los primeros, durante el gobierno de Mauricio Macri, promovieron la eliminación de las PASO, al punto que hay proyectos presentados por, entre otros el mendocino Luis Petri y el ex diputado Pablo Tonelli. Ahora, Petri rechaza una medida similar a la que hace dos años impulsó. Enfrente, el PJ resistió en su momento los planes que llevó adelante Rogelio Frigerio para modificar o eliminar las PASO.

En las primarias presidenciales, Macri perdió por 15 puntos frente a Alberto Fernández. En su caso, el sistema le sirvió para acortar la diferencia. Lo mismo ocurrió con macristas que pudieron dar vuelta la elección.

La suspensión “por única vez”, plan A, parece descartada aunque el ministro de Salud Ginés González García consideró alto el riesgo de una aglomeración masiva en agosto, mes en el que podría haber un pico de la segunda ola. O de la tercera.

El plan B, que implica una pseudo Ley de Lemas para que se vote todo el mismo día, primarias y generales, parece de confección complicada y, por tanto, se quedó sin músculo a poco de aparecer en escena con la promoción directa de Máximo Kirchner que la consideró una alternativa viable, incluso más que el eventual cambio de fecha, la tercera de las posibilidades -plan C- que estaban hasta ahora sobre la mesa.

Pero apareció la cuarta carta, el plan D: que en las primarias el voto popular no sea obligatorio, sino que vayan solo aquellos que quieran hacerlo pero, además, que tampoco sea obligatorio que en el cuarto oscuro estén las boletas de los partidos o frentes electorales que tengan competencia interna.

En criollo, según el cálculo que una fuente legislativa hizo ante elDiarioAR, eso bajaría al menos en un 30% la concurrencia y si, además, se quitara la obligatoriedad de concurrir a votar, el porcentaje de asistentes sería mucho menor, lo que, explicó, “reduciría la aglomeración el día de la elección y bajaría, de ese modo, el riesgo sanitario”.

Recodatorio: cualquier reforma de las PASO requiere tratando en el Congreso y una mayoría calificada de la mitad más uno de los miembros de cada cámara. En el Senado, con 40 manos, el FdT no tendría problemas de hacerlo aun con rechazo opositor pero en Diputados, el FdT tiene 117 bancas y le faltan 12 para las 129 imprescindibles, por lo cual debería lograr un acuerdo con bloques opositores.

Dato dos. Alberto Fernández, según se lo dijo a los gobernadores en la cumbre que mantuvieron en Chilecito, La Rioja, en enero pasado -postura que luego reforzó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero- apuesta a que haya un “acuerdo político” en torno a cualquier reforma en el esquema electoral para evitar que la “oposición lo exponga” como una cambio de las reglas del juego.

Mario Negri, jefe del interbloque de JxC en Diputados, anticipó su rechazo a los cambios y lo único, que sin precisiones, consideró que podría discutir es la posibilidad de un corrimiento de fechas. Negri apunta que el oficialismo quiere cambiar el formato electoral por temor a una derrota.

Fue, visto a la distancia, lo que ocurrió durante la gestión Macri: se planteó la eliminación de las PASO para reducir el gasto electoral pero, como cuestionó en su momento el PJ, con el propósito de dispersar a la oposición y mejorar sus chances electorales. El resultado se conoce: en las primarias presidenciales, Macri perdió por 15 puntos frente a Alberto Fernández y, en su caso, la general le sirvió para acortar la diferencia y a varios macristas les permitió dar vuelta la elección.

Con el rechazo anticipado de Horacio Rodríguez Larreta, del ala más dura del PRO y de Negri, parece haber poco margen para un acuerdo. “El problema en Juntos por el Cambio es que ninguno garantiza nada porque ninguno tiene poder suficiente para sentarse a discutir”, apuntó a elDIarioAR un referente de FdT en el Congreso que motoriza el plan D como alternativa para reducir la concurrencia pero mantener la instancia de las PASO para los partidos que quieran dirimir candidaturas.

Ese detalle parece menor pero no lo es. La ley de las PASO eliminó la instancia interna para resolver candidaturas, por lo cual su eliminación debería autorizar la realización de eventuales internas partidarias, con lo cual aunque con menos volumen, podría haber numerosas elecciones partidarias con padrones abiertos y el objetivo de reducir la concentración no estaría del todo garantizado.

El plan D, de voto optativo y primarias solo en los partidos con competencia, será arrimado a la UCR a través de Morales, una figura que por no expresar una postura extrema con Fernández, empezó a ser mal visto por la cúpula de JxC. Así y todo, hay proyectos similares al que impulsa desde el FdT que fueron presentados por legisladores opositores: en la provincia de Buenos Aires, uno lleva al firma del diputado Guillermo Bardón y propone que el voto sea optativo para los votantes pero, además, que no sea obligatorio competir para los partidos que lograron una lista de unidad.

A las disputas domésticas en el FdT y a las que se registran en JxC, se le debe agregar un elemento más: la postura de la Justicia y, en particular, la de la jueza con competencia electoral María Romilda Servini de Cubria, que en 2018 validó la intervención del PJ y puso al frente a Luis Barrionuevo, en una decisión que en su momento José Luis Gioja consideró “acordada” con Macri.

Servini reclamó que se la incluya, junto al personal electoral, al plan de vacunación. La jueza, de 85 años, figura en la lista de casi 200 magistrados y fiscales que iniciaron el trámite de jubilación en la ANSeS pero no lo concluyen, por lo cual el organismo los intimó a que se “jubilen” o caso contrario archivará los trámites. Esa medida, anticipan en gobierno, puede generar alguna reacción de Servini y sumar más ruido a cualquier intento de modificar el formato electoral del 2021.

PI

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