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¿León o camaleón? Las contradicciones de Milei, su apuesta al balotaje y el “liberalismo popular” en la TV de Miami

Milei, en una acto el año pasado, con su logotipo de león rugiente.

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Javier Milei se presentó al desayuno en el microcentro junto a su hermana Karina, confidente y principal operadora política. Ella había coordinado su exposición ante representantes y CEOs de firmas extranjeras. Durante unos 35 minutos, el diputado libertario expuso su visión sobre la coyuntura nacional y definió qué cambios habría que hacer en la economía. 

Abundó en datos técnicos, pero machacó con una idea, según uno de los testigos: “Dijo que no estaba planteando nada nuevo, sino cosas que están en todos los manuales de economía y que Argentina tendría que usar”. Luego de su “master class” –Milei llegó a confesar que cobra entre 10 mil y 25 mil dólares por conferencia, aunque no fue este el caso–, contestó preguntas de sus interlocutores. Intercambió algunos chistes, pero tuvo una actitud “muy seria, correcta y sin gritos”, según la fuente. Nada que ver con su chispeante perfil mediático.

La reunión de alto nivel a la que asistió Milei ocurrió hacia fines del año pasado, pero es una muestra de su costado camaleónico en aras de encaminarse hacia la aventura de ser presidenciable. A veces deja bien guardado el león rugiente de su logotipo de campaña. En su entorno admiten que tiene un talón de Aquiles: le falta “cintura política”, el atributo principal de “la casta” que él critica. 

“Javier es un liberal, pero no es un liberal pragmático. Él quiere que vengan más dirigentes, pero también tiene que ceder algo para empezar a negociar”, admitieron a elDiarioAR en una de las principales oficinas donde se cranea su estrategia de campaña. Ese argumento explica en parte su rechazo a llegar a un acuerdo político con el macrismo. La otra respuesta a esa actitud es que creciendo en las encuestas, ¿por qué lo haría? Aunque aparenta que no, Milei también hace política. 

Encuestas y balotaje

El líder de La Libertad Avanza le pesca votantes a las dos coaliciones mayoritarias, pero últimamente parece hacerle más daño al oficialismo. La explicación sería su buena recepción entre los jóvenes, más interesados en su posición de “rebelde antisistema”. “Lo nuestro es una consecuencia de los quilombos del otro lado”, entienden en su entorno. 

Por eso los dos spots de campaña nuevos: uno contra Cristina Fernández de Kirchner, otro contra Sergio Massa. A la vice la cuestiona por cobrar $9.000.000 por mes de jubilación de privilegio. Al ministro de Economía, por su historial como oficialista y opositor: “Un panqueque con todas las letras”, le dedican en el video.

Con apenas dos años en la política, Milei ya ostenta una intención de voto por encima de los 15 puntos, una cifra que se revela en cuanta encuesta se revise –algunos lo ubican más cerca de los 20–, y que admiten tanto en Juntos por el Cambio como en el Frente de Todos. En una encuesta de Federico González de la semana pasada, el economista recogió 16,9%, apenas tres puntos por debajo de Patricia Bullrich –que sumó con el corrimiento de Mauricio Macri–, pero un punto más que Cristina Fernández de Kirchner, epicentro de la política nacional desde hace veinte años.

Esa foto pre-PASO encendió alarmas en el búnker de Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno lo ve como un obstáculo adicional al que representa Bullrich, más teniendo en cuenta que Milei tiene mejor trato personal con la ex ministra y simpatía con el ex presidente. El libertario rara vez los critica a ellos dos. 

“Genera una expectativa para la general que da cagazo. ¿A cuánto va a llegar en las generales si en las primarias saca 20 puntos”, se preguntó un operador del alcalde porteño. Memoriosa, la fuente larretista recordaba la performance de Hermes Binner en 2011, que creció exponencialmente entre las primarias y las generales, aunque quedó muy lejos del histórico 54% de CFK: pasó de 2,1 millones de votos, a 3,6 millones. 

Ronda el fantasma del balotaje en el círculo rojo. Y es la apuesta del libertario. Su deseo es enfrentarse a Bullrich en un mano a mano, a simple vista, impredecible. “Matamos al kirchnerismo”, dijo una voz que lo conoce. ¿Qué haría si se quedan afuera?, preguntó elDiarioAR. “Que hagan lo que quieran los votantes”, respondió el dirigente libertario. 

Como sea el resultado electoral, Bullrich y Milei coquetean por lo bajo formar una alianza parlamentaria “dura”. Ya sea para darle sustento a sus hipotéticos gobiernos, como para obturar el mandato de un ganador “centrista” de los comicios –léase Larreta o Massa– o un ultrakirchnerista –hoy ciencia ficción–. “Prefiero sus diputados a los de Gildo Insfrán”, confesó un armador de la ex ministra de Seguridad. Si el libertario tracciona con su intención de votos a sus listas de legisladores en las provincias, podría formar una significativa tribu en el Congreso.

En el lenguaje de “la casta”

En gran parte Milei también hace política a la manera tradicional de “la casta”. Su armador nacional es Carlos Kikuchi, vocero en los ‘90 de Domingo Cavallo. Dos semanas atrás juntó a mil dirigentes libertarios de todo el país y lanzó una web para reunir a cien mil fiscales. En 48 horas consiguió más de 13 mil, según informaron. “Fiscalizar es el miedo de los inseguros”, comentó un libertario por estos días. Las contradicciones puertas adentro. 

La encargada del esquema de fiscalización es Camila Duro, asesora de la banca de Milei en el Congreso. No tiene alto perfil pero publicó notas en Infobae el año pasado donde tildó de “politiquería barata” iniciativas feministas como una Ley de Gestión Menstrual y se mostró confesa detractora de la ley de Educación Sexual Integral (ESI).

En esa reunión de su armado nacional en la zona norte del conurbano, Milei se rodeó también con algunos de los nombres que suenan como sus precandidatos en distintos territorios. Allí estaban el precandidato porteño Ramiro Marra o el tucumano Ricardo Bussi. En el mapa federal tiene algunos nombres puestos, pero también importantes casilleros vacíos. Parte de ese diagrama se publicó en elDiarioAR días atrás.

La mayor incógnita sigue siendo la provincia de Buenos Aires. Si hubo un coqueteo con el mediático abogado Fernando Burlando, la semana pasada se echó por tierra. Ahora las fichas están puestas en dos de sus diputadas: Victoria Villarruel y Carolina Píparo, quien se corrió de José Luis Espert cuando éste se acercó a JxC. Entre los libertarios no descartan que haya “un tapado”. 

También tendrían un nombre nuevo definido en Entre Ríos. Allí se alineó Arturo Sebastián Etchevehere, hermano del exministro de Agroindustria de Macri, Luis Miguel Etchevehere. Esta semana también Córdoba fue novedad, porque Kikuchi adelantó que podrían no presentar candidato ante la falta de un postulante que le asegure al menos diez puntos.

Uno de los dirigentes más cercano a Milei guarda en su computadora una tabla de Excel hecha por él mismo con el detalle de quiénes están y quiénes podrían estar. “No existe la política por nombres, sino que es ideológica. Lo que sí existe es la política electoral por nombres. Y nosotros necesitamos nombres para hacer política, aunque la gente tampoco cree en los nombres. No tenemos ese relato, esa mística, deberíamos crearla”, reconoció el libertario. 

Milei considera una “batalla cultural” su campaña electoral. Su tesis libertaria es la creación de un “liberalismo popular”. En una coyuntura de descontento generalizado –el 71% está insatisfecho con la política económica y el 89%, con la situación del país, expuso un sondeo de la Universidad de San Andrés–, tiene a su favor su casi nula experiencia en cargos públicos, aunque en su puesto de diputado faltó en gran parte de las sesiones y debates de comisiones. La misma encuesta de la UdeSA reveló que casi la mitad de la población –el 44%– quiere votar a “alguien nuevo, que patee el tablero, aunque no tenga experiencia de gestión”. 

Ese sería Milei, que lleva al límite del absurdo el atributo de ser distinto a “la casta”. Desde septiembre pasado tiene un streaming para Miami que se llama “Cátedra Libre” y es transmitido por la plataforma Americano Media. Un grupo de personas le hace preguntas puntuales sobre el liberalismo en distintos ambientes –desde medidas económicas hasta el feminismo libertario– y él responde, con el mismo aplomo que mostró en su exposición frente a los CEOs de firmas extranjeras. Sin gritar como suele hacer en la TV abierta.

El programa se trata de un falso vivo grabado en Buenos Aires. La cuenta de YouTube “El Peluca Milei” cuelga los episodios semanalmente. El episodio de esta semana tuvo más de 70 mil vistas. Y aunque no son temas de agenda, una de las intervenciones pareció coincidir con el debate actual. ¿Cómo va a hacer para gobernar sin el apoyo del Congreso?, le preguntó una señora identificada como Gabriela, de Rosario. “Qué linda pregunta”, comentó en el acto el diputado, con una sonrisa socarrona. ¿Dónde quedó el furioso Milei que no le dejaba preguntar o le contestaba a los gritos a una periodista en TN días atrás?

“Tiene que ver con el terror que trata de meter JxC. Es parte del montaje mediático y persecución en especial desde la Ciudad. Dicen que yo no voy a poder gobernar”, continuó Milei en su programa, haciendo alusión a Larreta –no Bullrich ni Macri–. Entonces remató: “Cuando yo quiera pasar una reforma que la Cámara no me la deje pasar, llamaré a consulta popular y la expondré frente a la población. ¿Se imaginan qué evento hermoso hacer una consulta para la eliminación del Banco Central? Yo no voy a doblegarme en conseguir la agenda de la libertad”.

MC

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