Marcela Pagano nunca pasó a buscar el vestido de novia que había encargado para su casamiento. Quedó colgado el vestido y el futuro marido, que entendió que el pedido de ella de aplazar el matrimonio implicaba una separación. Pero esa boda no es la única que quedó en suspenso. Marcela Pagano tiene en su haber varios anillos de compromiso a los que nunca les llegó el “sí, quiero”. Ella espera, desconfía. De hecho Javier Milei, candidato a presidente por La Libertad Avanza, recibió cuatro “no” seguidos por respuesta cada vez que la llamó para sumarla al equipo. La quinta -y después de varias conversaciones personales- fue la vencida. Pagano aceptó ir segunda en la lista a diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires, detrás de Bertie Benegas Lynch. Él es banquero. Ella es periodista especializada en economía y finanzas. Ninguno de los dos tiene experiencia alguna en política.
Una digresión. Marcela Pagano y yo compartimos algunos años en la redacción de Clarín. Ella, en la gran sección de Economía. Yo en la meritoria sección de Información General. Nos cruzábamos en los pasillos, en el baño y en el dispenser del agua. Marcela hizo el recorrido que suelen hacer los periodistas especializados en alguna materia: del papel a la pantalla de la tevé; de vestirse con lo que haya a mano -siempre listos para hacer una guardia en una banquina- a llegar al diario maquillada a lo HD. Esta entrevista es rara para las dos, pero sé que nos alegra encontrarnos después de tanto. Ella sigue siendo una muñeca y sigue siendo periodista porque aun en campaña es imposible dejar el oficio en espera. Yo sigo escribiendo. Mientras conversemos, cada tanto pensaré que alguna de las dos habrá elegido mal.
¿Alguna vez pensaste en ser funcionaria pública?
Jamás.
¿Y qué pasó?
Pasó que hice un balance, pensé en la cantidad de cosas que ya no quería hacer más porque no me gustaban. Como verme en pantalla contando malas noticias. Había llegado a lugares importantes en los medios. Mi propio programa, luché mucho por eso. Pero sentía que la agenda y el rating me llevaban a ser una narradora de malas noticias. Eso me dejaba en un lugar de impotencia absoluta, Vicky. Cuando vos solamente relatás sos una parte casi pasiva. Y me pregunté qué podía hacer yo para cambiar esa realidad. En medio de ese planteo filosófico existencial, sumado a una situación de acoso terrible que viví en la última empresa en la que trabajé…
El Grupo América echó a Marcela Pagano en mayo. En una carta pública la compañía explicó que el despido fue por “maltrato laboral” de parte de ella a sus compañeros. Eso explica el comunicado que emitieron, un comunicado bastante detallado. Pagano desapareció de la pantalla de América de un día para el otro. “A mí me censuraron”, responderá la periodista-candidata. Su versión a elDiarioAR es que la emisora “inventó toda una operación” en su contra para justificar su desvinculación. Un mes y medio después, Milei la presentaba como su candidata a diputada bonaerense. Pagano decidió denunciar al Grupo América por “despido, acoso laboral y violencia de género”. La presentación a la Justicia la hará el miércoles.
¿Milei te ofreció directamente ir en la lista como diputada?
Sí. Llegaron otras propuestas de otros espacios políticos, para ser justa. Pero la de Javier fue la que me convenció. Siempre pensé que en la administración pública o incluso en el Congreso tenían que estar los mejores. Cuando Javier viene con este planteo, yo le dije “pero, Javi, yo no soy la mejor y vos tenés que llevar a la mejor, a la que sepa escribir leyes, alguien especializado en materia legislativa, porque lo que se viene es terrible”.
¿Y cómo te convenció?
Me dijo “Marcela, yo te invito a que revises el currículum de las personas que vos consideras que son las mejores porque ya están en el Congreso y que después de pensarlo me des una respuesta”. Me puse a revisar y sí, por cómo están preparados muchos de nuestros diputados… Yo también estaba preparada. Pero antes de decirle que sí, que aceptaba, le dije que no como cuatro veces.
Oriunda de El Palomar, Marcela -37 años- es hija única. Su madre, Isabel, es educadora especializada en personas con discapacidad. Su papá, Jorge, trabajó muchos años en una AFJP y en Anses, cuando se re-estatizó el sistema de jubilaciones. Llama “sobrinos” a los hijos de su primo, un “hermano de crianza” dado que ambos quedaron al cuidado de la abuela porque sus madres debían trabajar. Estudió Comunicación Social en la UADE y consiguió una pasantía en Ámbito Financiero, un medio de referencia en temas económicos. Trabajando allí ganó una beca para periodistas que quisieran especializarse en Economía y Finanzas. Después vino Clarín, TN, América y programa propio, también, en radio. Ya en 2019, Marcela se sentaba a la mesa de Mirtha Legrand.
Cuando aceptaste la propuesta de Milei, le dijiste que lo que se viene “es terrible”. ¿Cuál es tu pronóstico?
Yo soy de las más pesimistas. El descalabro económico que está dejando esta gestión es peor del que se pensaba que se iba a heredar. Pensé que no llegábamos a una crisis inflacionaria, pero estamos más cerca de eso que de un escenario de remarcación de precios marginal o controlada. Me preocupa enormemente, Vicky, ¿sabes por qué? Lo que salvó a las familias de la crisis de 2002 fueron los ahorros. Tener el ahorro para poder subsistir si se te caía el laburo. Yo siento que hoy la gente no tiene ese ahorro, viste, ese colchón para poder morigerar el impacto de una crisis. Por eso pienso que lo que viene es muy, muy doloroso.
Milei no ayudó mucho desaconsejando renovar los plazos fijos y diciendo que “el peso no vale ni excremento”.
Lo que Javier dijo es lo que vive diciendo desde hace años. Que los últimos dos gobiernos destruyeron el valor del peso. Entonces cuando vos vas a hacer recorridas y la gente te pregunta “¿qué puedo hacer con lo poco que tengo? ¿compro dólares?” y… Si vos te sentís más seguro comprando dólares, bárbaro. Ojalá pudiera decirte que te compres una casa, que es el mejor resguardo que podés tener. Pero si pensás que dolarizarte es una manera de cubrirte frente a la remarcación de precios brutal que estamos viviendo, hacelo. Yo, particularmente, soy una persona que me stockeo a principios de mes. Quizás yo no apuesto al dólar, pero me stockeo con papel higiénico, productos de limpieza y el balanceado de la perra, que es un alimento importado porque tiene problemas de salud. Javier entiende que la gente está huyendo del peso porque la plata que le alcanza hoy no le va a alcanzar mañana para comprar lo mismo. No creo que sea ir en contra de la Patria. El tipo de cambio oficial es un tipo de cambio subsidiado, un tipo de cambio ficticio que quedó con un divorcio del 140% con respecto al paralelo. Son muchos años de políticas económicas erradas que someten a la gente a no poder abrazar a la moneda.
Y esto que te preocupaba, de no sentirte preparada, de “no saber escribir leyes”...
Cuando decidí ser candidata, tuve que elegir entre dos escenarios: estudiar la parte técnica o ponerle el cuerpo a la campaña y salir a hablar con la gente. Elegí esto último, que lleva más tiempo. La verdad que a mí me hubiera costado menos encerrarme a estudiar en casa, cómoda, con mis libros. Pero preferí la calle de la Provincia. Como soy periodista, me gusta escuchar historias de las personas, qué problemas tienen.
Javier entiende que la gente está huyendo del peso porque la plata que le alcanza hoy no le va a alcanzar mañana para comprar lo mismo. No creo que sea ir en contra de la Patria.
¿Qué te cuentan los bonaerenses?
Te diría que iba preparada para atender otro tipo de inquietudes, pero me encontré con cosas muy básicas. La gente quiere asegurarse que llega a fin de mes, que le va a alcanzar el sueldo para poder alquilar. Nadie me pregunta por créditos a la vivienda, o sea, estamos en una situación de necesidades urgentes. Las distancias y la seguridad también son temas que aparecen. Muchos van y vienen por trabajo, hacen muchos kilómetros y tienen miedo de llegar a casa en horarios complicados, aunque el “horario complicado” ya no es la noche. La gente está viviendo muy mal.
Javier Milei y Pagano se conocieron hace unos diez años en un evento de empresarios. Los presentó una persona en común. Ella era conocida, él no. Milei fue una de las tantas fuentes de la periodista-candidata hasta que su popularidad estalló y se convirtió en un entrevistado. Ese ida y vuelta profesional devino, con el tiempo, amistad. Termina un lunes largo, un anticipo del verano en primavera. La camarera avisa que si no nos vamos, cierra la confitería con nosotras dentro. Nos alegra el reencuentro pero no para tanto.
Perdón, aprovecho porque esto me da curiosidad. Con esto de la “propiedad privada” y “la libertad”, ¿ustedes son monogámicos o prefieren pareja abierta?
Es una pregunta perfecta la que hacés porque nosotros estamos conociendo en el mientras tanto de qué se trata el movimiento liberal. Vos en el espacio tenés liberales, tenés libertarios, tenés liberal-libertarios, minarquistas, tenés conservadores... Para el ala más conservadora, la familia es el mayor capital que una persona puede construir y, generalmente, cree en dos roles: una mamá y un papá. Yo no soy de las que creen en ese modelo de familia, porque vos podés formar una familia monoparental o monomarental. Y particularmente con la monogamia tengo un problema. Los conservadores del espacio creen en la monogamia. Hay otros más libertarios en ese sentido. ¡No quiero dar nombres! Ahora que estoy adentro, indagando, te digo que creo en la monogamia e intento practicarla, pero que mi objetivo en la vida no es el casamiento.
De hecho te bajaste de uno.
De hecho me bajé de varios.
VDM/MG