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La interna del FDT

Entre rumores y una ruleta de candidatos, Alberto cumple el ritual de reactivar el PJ

El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa.

Pablo Ibáñez

19 de abril de 2023 11:33 h

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“Si no ocurre nada, va a ser una reunión para cumplir con formalidades pero faltan tres días y puede pasar cualquier cosa”. Un integrante de la mesa chica peronista, con despacho oficial, sembró la intriga sobre la cumbre del Consejo del PJ que Alberto Fernández, como presidente del partido, convocó para este viernes y que tendrá como tarea logística puntual, poner fecha para la realización del Congreso partidario que habilitará la conformación de alianzas de cara a las elecciones de este año.

Es, visto así, un dato operativo: año tras año, el PJ cumple con el ritual administrativo de permitir acuerdos electorales con otras fuerzas. El trámite, para eso, requiere que se reúna el Consejo y convoque al Congreso que, como órgano máximo, autorice acuerdos de naturaleza electoral. No sería más que eso sí, en medio, el Frente de Todos, no estuviese sacudido por rumores cruzados y negociaciones reservadas que pueden, de un momento a otro, producir cambios en el escenario.

Fernández, como jefe del PJ, estará este viernes desde las 17 en la sede de la calle Matheu mientras los demás consejeros se repartirán, algunos presenciales, otros vía Zoom. La incógnita es, una vez más, que harán los delegados del cristinismo. En la mesa del partido, Eduardo “Wado” De Pedro ocupa la secretaría Política y Lucía Cámpora, la nueva secretaria general de la organización, es secretaria de Juventud. Están, también, Axel Kicillof como uno de los vices del partido y figuran Fernanda Raverta, Martín Doñate u Oscar Parrili, entre otros referentes del dispositivo K.

De Pedro y Kicillof, según dicen en sus círculos, asistirán al encuentro o al menos participarán a la distancia. Salvo que, como deslizó el operador del inicio de esta nota, ocurra algo que obligue a cambiar de planes.

Ruidos múltiples

La rispidez entre el albertismo y el cristinismo está, hace tiempo, explicitado. La última línea la marcó De Pedro cuando propuso una primaria en la que puso de un lado a Fernández y del otro “al resto del FdT”. Ese dato tuvo, después, una derivación que impactó en Olivos y generó efectos colaterales: fue la foto que Daniel Scioli se sacó con Mayra Mendoza en Quilmes, y que despertó incomodidad en la Casa Rosada. Las postales posteriores del exgobernador, con Omar Perotti y Gustavo Bordet, no alcanzaron para compensar el encuentro con la dirigente de La Cámpora que hizo que en el albertismo empiecen a mirar a Scioli con algún recelo

“Daniel no parece el candidato del Gobierno. Empezó teniendo el respaldo de Alberto y después fue a buscar el respaldo de Cristina o de La Cámpora. Eso no cayó nada bien”, confió a elDiarioAR una fuente del esquema Fernández. Hay un dato específico: hace tiempo, el presidente expone una tesis donde la candidatura presidencial del FdT debe resolverse mediantes primarias en la que compitan una figura cercana al Gobierno y otra que exprese a Cristina. Un funcionario lo sintetiza así: “un candidato del PEN y otro de la vice”.

El candidato indiscutido “de Alberto” era, hasta hace diez días, Scioli. Eso, en algunos despachos oficiales, fue puesto en duda. De hecho, casi en simultáneo empezó a circular el nombre del jefe de Gabinete, Agustín Rossi, como potencial figura para participar en las PASO. “Si el Presidente dice que no va a ser, yo voy a evaluar esa posibilidad”, dijo el martes, por radio, Rossi. En Casa Rosada exponen que el funcionario no hará nada hasta tanto no se despeje la posición explícita, y pública, de Fernández.

Cerca del Presidente dicen, sin embargo, que la relación está firme y que ve bien a Scioli como candidato. “Necesitamos un candidato que sea un peronista de centro, eso es lo que reclama el momento político y Daniel encaja en esa necesidad. Alberto no le va a imponer qué decir ni con quien juntarse”, aseguran. En el entorno de Scioli sostienen, a su vez, que no hay ninguna tensión con el presidente. Entiende que todos los ruidos que suena contra su figura tienen como usina el ministerio de Economía.

Loterías

“Aracre tenía menos influencia que un granadero: ¿con 7,7 de inflación y el blue a más de 430, resulta que la corrida la generó un off de Aracre?”, dicen en el PJ sobre el episodio que alteró, por un rato, la tarde del martes, y que derivó en la renuncia del jefe de asesores del Presidente, Antonio Aracre.

El episodio no hizo más que agudizar el ruido interno en el Gobierno y visibilizar la fragilidad política y económica. Aparece, además, como un factor a mediano plazo cuando se resuelvan los nombres de las boletas del FdT.

La foto de este viernes, aunque sea una mera formalidad, puede servir para poner en marcha algo de lo que vinieron charlando en las últimas semanas delegados de Cristina y de Alberto para fijar las reglas de convivencia antes y después de las PASO. La discusión, de todos modos, se orientó en otra dirección: parece girar en torno a la figura de Massa, su capacidad para amortiguar la crisis y cómo repercute eso sobre la disposición electoral del FdT.

La salida de Aracre, dispuesta más por Fernández que por el propio ex CEO de Syngenta-aunque se haya contado como una renuncia- tiene un doblez sobre lo que viene: la tensión entre la Casa Rosada y Economía, los roles de cada uno, y la administración de lo que viene. “Sergio tiene la botonera completa de la economía para hacer y deshacer. Alberto le dio ese manejo”, dicen en Gobierno donde aseguran que “hay que cuidar” al ministro pero, a su vez, plantean que debe asumir la responsabilidad sobre los resultados.

PI

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