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El Grupo América abandona el antioficialismo furioso y busca sumar a Tenembaum, O'Donnell y Sietecase

Vila-Manzano

Natalí Schejtman

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En un nuevo giro en su historia, el Grupo América se aleja de la línea dura antigubernamental que le rindió en audiencia y recurre a viejas luminarias del semillero de Página 12 para ensayar su propia versión de periodismo equidistante. El interés que tiene en periodistas como María O´Donnell, Ernesto Tenembaum y Reynaldo Sietecase, con un perfil radicalmente diferente al de los salientes Eduardo Feinmann y Jonatan Viale, da cuenta de una intención de bajarle estridencias, en principio, al prime time de A24, y a la vez mejorar su imagen con periodistas reconocidos. Distintas fuentes de la industria también señalan a Maximiliano Montenegro y Romina Manguel -que ya son parte del Grupo- para un programa político, aunque desde el Grupo aún no adelantan ninguna declaración oficial respecto de la programación del 2021 o las intenciones de traer nuevas figuras.  

La partida del productor Juan Cruz Ávila, que estuvo a cargo de A24 hasta fin de noviembre, se lleva a algunos de los periodistas más confrontativos con el gobierno que hoy tiene la televisión, como Feinmann y Viale y también, probablemente, el rating alto que esos programas. Aunque en las pantallas del grupo se quedarán Antonio Laje, Luis Novaresio y Baby Etchecopar, entre otros, estas inclinaciones pueden ser vistas como un cese al fuego en un año electoral. 

Esta intención supone un cambio rotundo en la estrategia del rating. Después de haber logrado una fórmula exitosa que alcanzó los 3 o 4 puntos -un número alto para una señal de cable-, el cambio de figuras saca el foco en las grandes audiencias: en un año electoral, parece, es preferible relegar rating con una propuesta menos irritante para el Gobierno, incluso aunque esté conformada por periodistas profesionales, renombrados y menos identificados con alguno de los bandos de la grieta. 

La estrategia de no darle al rating la prioridad -o enfriar la pantalla- puede tener varias explicaciones. Según fuentes de gobierno, A24 era visto como uno de los pocos territorios en los que era difícil colar una presencia oficialista, debido a la virulencia de su prime time

A su vez, el Grupo América está signado por los negocios diversificados y fuertemente cruzados con el Estado de sus accionistas. Compuesto por una sociedad entre la familia Vila -Agustín, hijo de Daniel, asumió la dirección ejecutiva del grupo hace casi dos años-, el empresario José Luis Manzano y Claudio Belocopitt -dueño de Swiss Medical Group y especialmente presente en la pantalla de América en el año de la pandemia-, los socios tienen negocios en la medicina privada, el petróleo y el gas, como estudió con precisión el informe Media Ownership Monitor, desarrollado por Tiempo Argentino y Reporteros sin Fronteras. 

Vila y Manzano, además, avanzan en la compra de Edenor.  De hecho, la misma historia del grupo parte de una relación público-privada: Vila estrechó sus vínculos con Manzano cuando este último era Ministro del Interior de Menem y él, dueño de una radio, entre otras cosas, en Mendoza. Una vez asociados, entre 1995 y 1997 el Grupo Uno adquirió 25 medios y la primera cableoperadora del interior del país, Supercanal. En el nuevo milenio, se unieron a Carlos Ávila en América TV. Del directorio también forma parte Gabriel Hochbaum, director de Relaciones Institucionales y también del Comité Ejecutivo del grupo de medios.

Si habitualmente se referencia la estrecha amistad entre Sergio Massa y Daniel Vila, distintas fuentes señalan que también hay puentes trazados con La Cámpora, especialmente entre el Ministro del Interior Wado de Pedro y Agustín Vila. De hecho, de Pedro asistió días antes de que se declarara el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio a la vendimia solidaria, organizada anualmente en Mendoza por la familia Vila, como cubrió el Canal 7 de Mendoza, parte del Grupo América. Incluso, distintas personas que conocen su relación indican que las desavenencias entre Agustín Vila y Juan Cruz Ávila en relación con el tono confrontativo y la abundante presencia opositora en el prime time de A24 influyeron en la partida de Ávila.

Entre otras cosas, durante los años del gobierno de Mauricio Macri, el grupo vendió el cableoperador Supercanal, fue uno de los escenarios del caso D´Alessio, en donde quedó involucrado el periodista y panelista de Animales Sueltos, Daniel Santoro, y brindó una plataforma cómoda en diversas oportunidades a María Eugenia Vidal.  Después de la derrota del macrismo, Vila denunció en su propia pantalla y en un mano a mano con Alejandro Fantino que Macri lo había extorsionado en el marco de un conflicto con el Estado por el espectro radioeléctrico.     

Así como las relaciones entre grupos mediáticos y gobiernos involucran negocios que están por fuera de los medios, también existe una relación directa entre ambos por medio de la pauta oficial. Si Daniel Vila alguna vez se quejó de ser excluido como receptor de pauta oficial tras haberse quejado de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, según un informe de publicación reciente de la Secretaría de Medios y Comunicación Pública, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año, América TV recibió $191.136.912, mientras que A24 recibió $45.219.644. En ambos casos se indica que estos medios recibieron órdenes de publicidad del Decreto 852/14 para la cancelación de deuda impositiva. En su análisis del informe, los investigadores Santiago Marino y Agustin Espada señalan que el Grupo América recibió $296 millones en la modalidad de canje de deuda con la AFIP. También suman los 116 millones de pauta en las señales de Supercanal por el canje de 2018, previo a su venta.

Los buenos números de rating que este año marcaron Viale, Feinmann y Viale y Feinmann no parecen garantizados para 2021. “La grieta en televisión es pan para hoy y hambre para mañana”, dice un conocedor del negocio del rating, porque, analiza, las audiencias van a ver a la figura y no al medio. 

En la historia reciente de América, dos cambios de conductores signaron una caída en los números de los programas: Intratables, que durante el fin del kirchnerismo llegó a ser uno de los programas políticos más influyentes, y Animales Sueltos. De Santiago del Moro a Fabián Doman en un caso; de Alejandro Fantino a Luis Novaresio en otro: eran programas muy asociados a sus conductores y la audiencia se resintió.

Tras la partida de Ávila al canal del diario La Nación, Liliana Parodi, la histórica gerenta de programación y dirección de América y gran conocedora del medio, agregó a su puesto la dirección de A24. Este año había declarado: “Los políticos a mi, por suerte, nunca me tocan: no tengo contacto personal con ese mundo”. Este 2021, con elecciones y cambios estructurales y de figuras fuertes en los principales programas informativos, política y periodismo van a potenciar su habituales relaciones.

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