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DIEZ DÍAS BAJO SOSPECHA

La investigación sobre el avión y los tripulantes iraníes sigue sin imputados y a la espera de pericias informáticas y datos del exterior

Preocupa a Israel la actividad de los aviones de origen iraní en América Latina, según un comunicado de la embajada en Buenos Aires.

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Dos cajas negras, una notebook, un pendrive, una tablet y documentación son los elementos hallados en el Boeing 747 de bandera venezolana y secuestrados la madrugada del viernes por orden del juez federal Federico Villena, informó a elDiarioAR una fuente con acceso directo a la investigación que tiene a los diecinueve tripulantes iraníes y venezolanos impedidos de salir del país.

Este viernes por la mañana, personal de la Policía Federal Argentina (PFA) finalizó el allanamiento a la aeronave que iba a ser llevado adelante el miércoles hasta que el procedimiento se filtró en los medios y el juez ordenó fajar la aeronave y suspenderlo por 24 horas. El ejecutivo Miguel Medina estuvo presente como representante de Boeing en Argentina.

El caso continuaba por cuarto día bajo secreto de sumario y sin imputados, según pudo confirmar elDiarioAR de dos fuentes directas de la investigación. 

La investigación comenzó la semana pasada con una denuncia realizada por un abogado contactado por Emtrasur. Rafael Resnick Brenner -exfuncionario de AFIP condenado por el caso Ciccone- se presentó ante el juez de turno, Villena, en nombre de los catorce venezolanos y los cinco iraníes para solicitar que se ordene a las tres petroleras que operan en Ezeiza (YPF, Shell/Raízen y Axion) que abastezcan de combustible al avión y que las autoridades devuelvan los pasaportes a los afectados para poder regresar a Caracas. Se abrió así un expediente denominado “Resnick Brenner, Rafael sobre Habeas Corpus”.

El ministro de Interior de Paraguay, Federico González, dijo a radio ABC Color que su servicio de inteligencia alertó a Uruguay y Argentina sobre la supuesta conexión del avión y la tripulación con la Guardía Revolucionaria Islámica en Irán y las brigadas Al-Quds, consideradas terroristas por los Estados Unidos -aunque no por Argentina-. El alerta fue el 6 de junio, razón por la cual el avión no fue abastecido por las petroleras en Ezeiza ni pudo ingresar a Uruguay y Paraguay.

A su vez, González dijo que la información provino de la inteligencia estadounidense. Su país ya venía investigando a Emtrasur y el avión por un viaje realizado a mediados de mayo a Ciudad del Este. 

En aquella oportunidad, el avión ingresó, permaneció y salió de Paraguay sin problemas, pero la investigación surgió después, tras la revelación de la periodista Mabel Rehnfeldt. La aeronave había partido de Ciudad del Este con un cargamento de cigarrillos de la empresa Tabesa, propiedad del denunciado expresidente Horacio Cartes. Este viernes, el ministro de inteligencia de Paraguay, Esteban Aquino, afirmó a la emisora ABC: “De acuerdo a lo que nosotros sabemos, y nos confirmaron agencias aliadas, se trata de una persona vinculada a Al-Quds”, dijo sobre el piloto del avión varado.

El lunes último los tripulantes pasaron de denunciantes a denunciados tras dos presentaciones ante el juzgado realizadas por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) -en base a artículos periodísticos, según surge del documento- y diputados de la oposición -también basada en notas de medios-. 

La fiscal federal Cecilia Incardona ordenó abrir un nuevo expediente con la carátula “NN/sobre averiguación de delito”, informaron ambas fuentes. Los tripulantes no han tenido acceso a la causa. No están acusados de ningún delito y no son parte, pero están siendo investigados y tienen prohibido salir del país hasta que el juez Villena tenga en su poder los resultados de las pericias informáticas de los teléfonos, notebook y laptops secuestradas. No se encuentran detenidos y pueden circular dentro del país, aunque no tienen documentos que acrediten su identidad.

Las claves

La causa depende ahora de los resultados de tres medidas centrales: la identificación por huellas digitales que se les tomaron a los tripulantes y se enviaron a los Estados Unidos con el fin de determinar si algunos de los iraníes está vinculado a organizaciones terroristas; las pericias de los dispositivos informáticos secuestrados en el hotel y el avión; y el análisis de las cajas negras de la aeronave.

Las pericias informáticas se están realizando en tiempo récord, dijo una de las fuentes consultadas. Las copias forenses de los dispositivos secuestrados a los tripulantes el martes por la madrugada, durante el allanamiento al hotel donde se hospedan, ya fueron culminadas y se espera que este fin de semana haya resultados para aportar al juzgado, pero es una presunción.

Por cuestiones de acceso a tecnología específica, los teléfonos Iphone están siendo analizados por la Federal mientras que los de otros sistemas operativos quedaron en manos de la Policía porteña.

La causa avanzará o se cerrará de acuerdo a las evidencias o carencia de pruebas para retener a los tripulantes después de los resultados de las pericias y de la identificación o no de las huellas digitales.

Días de ocio

Durante el allanamiento en el hotel, tanto los tripulantes venezolanos como los iraníes sostuvieron la misma versión ante la Policía Federal: vinieron a Argentina a entregar un cargamento de autopartes que se cargó en México. 

Los diecinueve habían sido seguidos y vigilados durante todo el fin de semana del 11 y 12 de junio por orden del juzgado. En el interín, cambiaron de hotel: del Holiday Inn al Plaza Central Canning. Las tareas estuvieron a cargo de la Unidad Antiterrorismo de la Federal, la Agencia Federal de Inteligencia y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). 

Los iraníes hablan poco inglés, son de extremo bajo perfil y se movieron con menor frecuencia que los venezolanos, quienes salieron el viernes por la noche a un bar muy cercano al hotel, contó una fuente del caso a este medio. 

Podrían haber dejado el país en un vuelo de línea, pero se quedaron supuestamente a la espera de que el avión pudiera cargar combustible. La aeronave acumula unos US$40.000 de cánon por su estadía en la pista, según informó una fuente del sector aeronáutico. 

Una mujer integra la tripulación y tendría un cargo en la empresa Emtrasur, al igual que otros de sus compañeros de vuelo. Uno de ellos es ejecutivo del área de Finanzas, por ejemplo. Al menos dos de ellos tienen domicilios legales en Estados Unidos y España y varios tienen pasado militar. No tienen actividad en redes sociales.

Los venezolanos también mostraron a la policía durante el allanamiento sus tarjetas del banco Bi-National Bank, una entidad creada por Venezuela e Irán.

Tras las declaraciones del flamante jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, quien refirió que creía que los iraníes estaban instruyendo a los venezolanos sobre cómo pilotear el avión, los venezolanos redactaron un texto para presentar eventualmente ante el juez Villena con su descargo, pero hasta este miércoles no lo habían presentado. Allí explicaban que el motivo de que la tripulación estuviera integrada por personal civil y de ambas nacionalidades se debía justamente a eso: una fuente directa del caso explicó a elDiarioAR que los venezolanos sostienen que los iraníes estaban capacitando a los venezolanos sobre el manejo de Boeing 747-300, no porque los pilotos de Caracas no supieran volar sino porque se trata de un avión fabricado en 1986 -es muy viejo- y se requieren conocimiento específicos -según la versión de los tripulantes latinos- desde mecánica hasta mantenimiento.

Como el avión perteneció hasta el año pasado a la iraní Mahan Air y comenzó a volar con Emtrasur a finales de enero de este año, se supone que aún están en proceso de adecuación técnica.

elDiarioAR revisó las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump en las que se basaron las petroleras que operan en Ezeiza para no cargar combustible al avión, varado desde el 8 de junio en el aeropuerto internacional. 

Estados Unidos mantiene sanciones contra Mahan Air, Conviasa (dueña de Emtrasur, según un decreto de Nicolás Maduro) y el avión con matrícula iraní (EP-MND) pero no con su actual matrícula venezolana (YV3531). También pesan sobre la empresa aérea de carga Qeshm Fars Air, pero no hay ningún nexo público de esa compañía con los iraníes. 

Conviasa hace vuelos regulares a Ezeiza y hasta el momento no había tenido impedimentos en Argentina.

El piloto

Hasta el momento, los únicos datos fehacientes sobre el piloto en dominio público son su nombre completo, su fecha de nacimiento y número de pasaporte -se filtró la foto de su pasaporte-, nacionalidad y un antecedente laboral: es sindicado como CEO de una compañía aérea iraní. Hasta al menos 2016, era CEO de Iranian Naft Airlines, según la agenda online de la cumbre de finanzas en aeronavegación iraní de ese año, en la que participaron decenas de autoridades del área de ese país. 

Iranian Naft Airlines cambió su nombre al año siguiente por Karun Airlines. Ninguna de las dos figura en la lista de sancionados de los Estados Unidos, según las búsquedas online en el Departamento del Tesoro de ese país. En algunos medios de comunicación se le ha adjudicado un cargo administrativo en otra aerolínea iraní que sí está sancionada por los Estados Unidos, Qeshm Fars Air, pero ni la DAIA -que lo incluyó en su denuncia- ni quienes lo publicaron explicaron de dónde surge ese dato o cuál es la fuente.

En un comunicado, la embajada de Israel en Argentina sostuvo que su país está “particularmente preocupado por la actividad Mahan Air y Qeshm Fars Air en América latina, empresas que se dedican al tráfico de armamento y al traslado de personas y equipos que operan para la Fuerza Quds, las cuales están sancionadas por Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”. No hizo mención al piloto. 

ED

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