Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La interna peronista

Con Kicillof mirando de afuera, Massa y Máximo aceleran el armado electoral bonaerense

Máximo Kirchner y Sergio Massa son socios en el nuevo armado del peronismo y buscan condicionar a Kicillof.

María Cafferata

24 de junio de 2025 06:54 h

0

Con Axel Kicillof mirando de reojo desde afuera, Máximo Kirchner y Sergio Massa aceleran el armado electoral en la Provincia de Buenos Aires. El jefe de La Cámpora y el líder del Frente Renovador trabajan en tándem y hablan de “unidad” panperonista como si no dependiera ya de ellos, sino del gobernador bonaerense. De buen vínculo personal y político, Massa y Máximo comparten estrategia para PBA y comenzarán a diseñar el andamiaje electoral, con rebranding político incluido, este martes en una reunión del PJ Nacional.

La convocatoria fue anunciada, por Massa y el camporismo, como el disparo de largada del reordenamiento del peronismo tras la condena a Cristina Fernández de Kirchner. El objetivo era dar cuenta de que, tras la movilización del miércoles a Plaza de Mayo, el peronismo salía a operativizar la resistencia peronista. ¿Cómo? Comenzando a negociar el armado de las listas bonaerenses para la elección del 7 de septiembre. No queda mucho tiempo -el 19 de julio cierran las listas- y, en un contexto de internismo en suspenso, mucho queda por discutir.

Aliados cercanos desde los últimos años de gobierno frentetodista, Massa y Máximo tomaron la delantera, y convocaron a sus apoderados a reunirse en el PJ este martes, pero finalmente se suspendió sin nueva fecha: un llamado desde La Plata pidió tener en cuenta la voz de Kicillof. Gerónimo Ustarroz, Patricia García Blanco y Facundo Tignanelli iban a asistir en nombre del hijo de la ex presidenta. Eduardo Cernul, Sofía Vanelli y Rubén “Turco” Eslaiman, en nombre del massismo.

El encuentro se planeaba de carácter formal, pero con un mensaje al interior del cosmos panperonista. Por un lado, porque Massa pretende avanzar con su propuesta de renombrar el frente electoral: la idea es enterrar Unión por la Patria, que es el frente que nació al calor de su candidatura presidencial en 2023, y reemplazarlo por un “Frente peronista”. “Que la disputa sea del peronismo contra Milei”, explican cerca de Massa, quien volvió a arremeter sobre esta idea el domingo durante una cumbre del Frente Renovador.

El tigrense pretende eliminar, así, las diferencias internas entre el kirchnerismo, el FR e, incluso, la corriente kicillofista englobada dentro de la agrupación Movimiento Derecho al Futuro. Massa, cuyo principal activo político reside en su capacidad de diálogo con todas las patas del peronismo, puja por cerrar un acuerdo de unidad, no solo con el gobernador bonaerense, sino también con Juan Grabois, Guillermo Moreno y el resto de los outsiders del peronismo.

Puertas adentro, el ex ministro de Economía del Frente de Todos propone una lógica matemática y apremiante para el cierre de listas: una distribución de tercios para las tres grandes tribus de la coalición, es decir el camporismo, el kicillofismo y el massismo. Para llevar a cabo esta aritmética, que no es proporcional al peso territorial que el massimo tiene en PBA, el tigrense necesita del apoyo de Máximo, con quien viene tejiendo una sociedad política desde hace años.

Quien se opone, claro, es Kicillof, que fue el verdadero destinatario del mensaje de la convocatoria de este martes. En La Plata están convencidos de que la cumbre fue organizada como mecanismo de presión al gobernador para dar inicio a las negociaciones: “Hay una estrategia de aislamiento porque, a priori, necesitan que Axel ingrese a la negociación más debilitado”, explica un funcionario bonaerense, que admite que ni el gobernador ni su agrupación fueron convocados a participar de la reunión en el PJ.

La estrategia de Kicillof

Mientras Massa y Máximo trabajan en equipo, el gobernador bonaerense avanza con su agenda en Provincia de Buenos Aires. El lunes, mientras se llevaban a cabo los preparativos para la reunión en el PJ, Kicillof se reunió con los intendentes que integran el MDF y discutieron sobre la estrategia a encarar en la elección bonaerense.

Frente a las propuestas aritméticas que llegan desde los campamentos camporistas y massistas, el kicillofismo les responde con una propuesta pragmática: que las listas las encabecen quienes mejor miden en el territorio. “No puede ser un reparto matemático. Las secciones electorales tienen que ser encabezadas por el mejor representante, más allá del espacio al que pertenece”, sostienen en La Plata, en donde advierten: “Porque si el reparto matemático, al MDF le corresponden la mayoría de los lugares. Pues concentramos la mayor cantidad de intendentes, de habitantes, de votantes, y de votos sacados en la última elección”.

El kicillofismo busca, así, oponerse a la lógica de distribución que viene planteando el camporismo. Es decir, que haya un reparto del territorio según la tribu sin tener en cuenta que Kicillof es el gobernador de toda la provincia. Frente a la propuesta de que Kirchner se haga con la Tercera sección electoral -la única que el peronismo cree que podrá ganar-, el kicillofismo le responde con que hay que poner a los mejores candidatos, sin importar de donde vengan.

Puertas adentro, sin embargo, funcionarios del riñón del gobernador admiten que es una estrategia de negociación. La mesa, más temprano que tarde, se conformará, y una vez que estén sentados Kicillof, Kirchner y Massa se dará el debate de fondo. Que no es el debate programático ni por la estrategia de campaña, sino algo más prosaico: el reparto de los lugares en las listas, la designación de los nombres que van a encabezar y, por sobre todas las cosas, la dinámica de compensaciones para que, cuando el día termine, todos puedan darse por ganadores. O, al menos, no por perdedores.

La unidad, explican armadores peronistas con más de 30 años de experiencia de cierres de listas, depende de ello.

MC/JJD

Etiquetas
stats