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Respuesta sindical al ajuste

Una marcha cruzada por el pluriempleo: la CGT sale del letargo y se moviliza en la previa del Día del Trabajador

La CGT se movilizó por el centro porteño para reclamar por los trabajos cada vez más precarizados.

León Nicanoff

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La Confederación General del Trabajo (CGT) esperó al día previo del Día del Trabajador para desperezarse y empezar a salir del letargo en el que parece haberla sumergido la era libertaria y, tras el último paro del 10 de abril –que no tuvo total acatamiento– marchó desde avenida Independencia y Perú hasta Paseo Colón y Estados Unidos. Allí donde se erige el Monumento al Trabajo, una escultura de 14 figuras de bronce desnudas sobre una piedra, que representan el trabajo en busca del progreso.

Lejos de que el progreso y el trabajo sean dos fenómenos en alza, el movimiento obrero se desplegó en todas sus dimensiones, en un contexto de fuertes despidos tanto en el sector público como privado. “El movimiento obrero se tiene que unir y los referentes tienen que dejar de tranzar o dialogar, están rifando el país y los vamos a pagar nosotros, nuestros hijos y nietos”, advierte Sandra, una mujer que milita en el Movimiento de Trabajadores Socialistas.

Piden en forma urgente la reapertura de paritarias ante una inflación que en marzo fue del 3,7% (se espera que el índice de abril sea superior) y la pérdida 33,5% del poder adquisitivo del salario mínimo, siendo uno de los más bajos de Latinoamérica. De esta forma, en medio de una disputa interna de la CGT, se desarrolla también el momento de mayor tensión con el Gobierno nacional que simultáneamente aplica ajuste y represión.

Alrededor de las 15, hubo algunos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad en la intersección de Independencia y Lima. Pese a ser una tradicional y organizada marcha del Trabajador, el despliegue policial fue riguroso. Casi en paralelo, en el Congreso de la Nación efectivos de Gendarmería y la Policía Federal forcejeaban con jubilados para impedir que lleguen a la Plaza.

“Estamos acá para defender nuestros trabajos, que son cada vez más precarizados pero también por los jubilados, que son reprimidos y son los primeros que ponen el cuerpo; tenemos que seguir su ejemplo”, comenta Ignacio, un joven del Movimiento Evita.

Banderas de gremios, banderas peronistas y de izquierda, de distintas localidades y provincias, sostenidas por hombres y mujeres que caminan por 9 de Julio. Son trabajadores registrados con salarios devaluados, que avanzan entre vendedores de la calle, laburantes “sueltos” de la informalidad que ofrecen facturas, torta fritas, sánguches y bebidas. 

Todos ellos comparten un elemento en común: el aumento del tiempo destinado al trabajo a partir de las “horas extras” o el “pluriempleo”. Prácticamente nadie de los consultados por este medio en la marcha tiene un solo empleo o le alcanza con las 8 horas laborales para cubrir las necesidades de su familia. 

“Es una nueva forma de sometimiento. Decime qué diferencia hay entre el pluriempleo y la esclavitud. Si tenés que laburar 14 horas para llegar a fin de mes, no te queda tiempo para vivir”, dice Javier Sánchez, un misionero de 40 años que pertenece a UPCN.

Esta situación está generando mayor desigualdad, informalidad y deterioro en las condiciones de vida. En un momento donde se liberan los precios y se pisan las paritarias, el Gobierno ha mostrado como “logro” el supuesto aumento del 7% del salario, pero se trata de una foto distorsionada basada en el esfuerzo extremo de los trabajadores, no en una mejora genuina de su situación.

Aunque no hubo acto, entre trabajdores, sindicatos y organizaciones sociales, se dejaron ver el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, el histórico lider de los camioneros, Hugo Moyano, el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y el secretario general adjunto de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA)

“Nos quieren vender humo, es una tomada de pelo. Nadie en este país ha mejorado mientras estén las paritarias pisadas. Solo a los especuladores les va bien. Si podemos seguir comiendo es porque nos rompemos el lomo”, dice Marcela, que viene de Jujuy e integra el Polo Obrero. 

“El empleo está sufriendo un freno comparable a los momentos más críticos de la historia argentina, como el 2000/01. Y el sector privado no puede suplir el rol del Estado en garantizar igualdad de oportunidades”, advierte Mercedes Cabezas, secretaria adjunta de ATE Nación. 

“Esto es insostenible. Desde la Ley Bases que aumentan los costos de vida. El abandono de la política pública implica una tragedia colectiva, además de los dramas individuales de los despidos. No sobran trabajadores, faltan políticas públicas”, agrega la gremialista a elDiarioAR.

En Independencia y Paseo Colón, hay un enorme cartel del papa Francisco donde se lee: “El Papa de los trabajadores y los humildes”. Mientras que desde los parlantes, se escucha su voz que dice: “Quiero que construyan el futuro y se metan en el trabajo por un mundo mejor”. Entre los petardos y el humo de las hamburguesas, entre los redoblantes y los tambores, llegan cada vez más personas al Monumento del Trabajo.

LN/MG

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