Marra, el relegado por Karina Milei que quiere sancionar a quienes revuelven la basura

Tira de la correa Amico, avanza, empuja. Levanta la pata, mea, huele el tronco, el charco, el poste, y ladra ladra ladra. Amico Estoico, un perro que podría tener tres o cinco años, es el compañero de campaña de Ramiro Marra, candidato a legislador porteño por Libertad y Orden. El perro llegó a las oficinas de BullMarket en abril del año pasado. Rescatado de Zona Norte, se lo dejaron a Ramiro en tránsito muy poco tiempo después de que muriera Marrita, la mascota familiar. Tres días después de darle de comer y acariciarlo, Marra decidió adoptarlo. Amico, que apenas caminaba, prematuramente canoso, la cola entre las patas ahora es esto, un animal que quiere jugar con otros perritos, pero no sabe cómo: asusta a los caniches, torea a los pug y a los pug se les plancha la cara chata.

Ramiro Marra, 42 años, también estuvo “en tránsito” el año pasado. Fue un tránsito personal. “Un periodo de reflexión”, dice. Entre pinchazos de Ozempic –un medicamento para tratar la diabetes tipo 2 que tiene como efecto secundario bajar rápidamente de peso, y Marra diabético no es–, se interesó en el estoicismo, una filosofía antiquísima que –voy a quedarme corta con esta explicación– busca controlar las emociones. Conoció a una tenista italiana, una muñeca europea con la que se comprometió hace poco. Marra fue miembro fundador de La Libertad Avanza. Karina Milei le aplicó el látigo primero, y la guillotina después a este joven especialista en finanzas y youtuber convocante que había puesto cuerpo, guita y contactos en la campaña a diputado de Javier Milei en 2021. En la campaña de 2023, fue la sangre joven del movimiento libertario.
Pero cuando Milei asumió en el Gobierno, no le ofrecieron cargo alguno. Salvo incorporarlo a un consejo de asesores económicos que, según Marra, nunca existió. Después lo corrieron de la presidencia del bloque libertario en la Legislatura porteña. Y más tarde, lo expulsaron del partido. En ese momento, los primeros meses de 2024, Marra deambulaba con Amico, el perro, por la oficina de BullMarket. Los dos flacos, los dos desorientados. Pero ahora Marra volvió a la carga, quiere asegurarse una banca por otro periodo en la Legislatura.

¿Por qué Karina Milei lo borró del espacio? Hay versiones. Una indica que la hermana del Presidente no estuvo conforme con su desempeño en la campaña de 2023. Otra dice que la prefiere a Pilar Ramírez, mano karinista en la Legislatura. Y la última es que en el verano y sobre el escritorio de la Secretaria General de la Presidencia dejaron un sondeo de opinión: la intención de voto a Marra en CABA era altísima y no para legislador sino para Jefe de Gobierno.
No importa. Marra pasea al perro en la plaza de Devoto, el barrio de crianza de los hermanos Milei. Es sábado a la tarde, un día amarillo de otoño. Hay gente por todos lados. Se oye al pasar: “mirá, Marra”. “Yo no pongo gente en las esquinas, ni hago eventos masivos. No hago nada de lo se hace en la política porque no tiene sentido. Mi campaña está centrada en los problemas y a partir de ahí, planteo soluciones. Por eso salgo de noche. Mi campaña es de noche”, dice Ramiro. Amico hace caca entre unos yuyos. Concentrado el perro, Marra saca del bolsillo del pantalón una bolsita para levantarla.
El problema no es el pis, el problema es que la Ciudad está sucia porque permitieron revolver basura. Entonces, los que ensucian son los que revuelven basura, no son los ciudadanos
–¿Por qué de noche?
–Porque veo el problema, el problema que se da solo, no el problema que voy a buscar. El otro día me enfrenté con un limpiavidrios y estaba solo. Otra noche con un trapito y también estaba solo. Y bueno, el tema de los fisuras. Acá, en esta plaza, no hay problemas.
–Entonces: limpiavidrios, trapitos, fisuras… Y hay un tema con el pis.
–El problema del pis está mal planteado. (Horacio Rodríguez) Larreta quiso instalarlo como un slogan. El problema no es el pis, el problema es que la Ciudad está sucia porque permitieron revolver basura. Entonces, los que ensucian son los que revuelven basura, no son los ciudadanos. Hay que ir sobre el problema real, pero Larreta no quiere hablar de eso porque es un tema sensible para él. Yo sí hablo de eso. El encargado de mi edificio no ensucia. Tira la basura en el container. Y después pasa el que deambula, que revuelve la basura.
–Pero yo también veo varones que mean en el container. Y no son ni revolvedores de basura ni fisuras ni limpiavidrios.
–Bueno, ese un tema cultural también, que hay que trabajar. Pero no es “el pis”. Es la mugre.
–Ahora, escuchame, hay gente que revuelve la basura porque busca cosas para revender, se gana el mango. ¿Cómo resolvés ese problema?
–Otro tema cultural. Vos tenés que poner normas para que el que tira ropa sepa que no la tiene que tirar en el container y así, no revuelven más. Pero como ahora es todo libre albedrío de la puerta de tu casa para afuera, el vecino tira ropa ahí. Con el agregado de que no es ropa que esté en condiciones, no sirve para reventa y queda descartada en la vereda. Es una cuestión de educación y cultura, que hay que trabajarla. La ropa que se tira a la basura es ropa que no sirve, y nadie tiene que usar ropa que no sirve. Que revuelvan la basura está mal. Eso es algo que nos dejó la crisis de 2001, que nos hicieron creer que se podía ordenar y es imposible. En ninguna parte del mundo el reciclado se hace en la calle.

–Pero existen lugares de reciclado y existen los recicladores urbanos. Y existen los contenedores donde uno tira lo seco y lo orgánico.
–No podemos permitir que se revuelva basura en la calle. Es un problema sanitario, para todos: para el que revuelve y para el ciudadano que sale de su casa y tiene la vereda sucia. A la persona que está revolviendo no la ayudás poniendo un contenedor. No le podés permitir que entren. Fijate la contradicción: voy a poner un tacho para que no entren a revolver la basura. No. Deciles que si revuelven la basura tienen una sanción. Con las cámaras que hay por toda la ciudad es fácil encontrar al que rompe la contravención.
–¿Vos decís multar al que cirujea?
–No voy a decir la palabra “multar” porque el otro día me hicieron un recorte en una entrevista y me planteaban “cómo vas a multar al que no tiene plata”. El código contravencional que le corresponde a un legislador es multa o detención. Pero no quiero entrar en esa discusión. Multar, no. Decirle: “Mirá, vos no podés hacer esto. Si rompés la contravención, vas a cumplir una detención”. No se puede abrir ni tachos ni bolsas de basura. Basta de romantizar esto de que la gente revuelve porque no tiene para comer.
–¿Por qué incomoda hablar de ese tema?
–Porque parte del relato kirchnerista era inocular la culpa, era operar con todos esos sentimientos. Obviamente a mí también me duele ver a una persona en la calle. Nos hicieron creer que había que mirar para otro lado. En este nuevo cambio cultural que hay, tratándose de una elección distrital en Capital Federal, es que podemos hablar de estos temas.
–Cuando acompañaste a Javier Milei en 2021 y en 2023, ya siendo legislador, ¿no podías plantear esto?
–A mí me hubiese encantado hablar de estos temas en esos años, pero me solapaba que todo el tiempo me preguntaban por cuestiones nacionales. Con el cambio cultural, que ahora está aceptado, hay que sacarlos a la luz. Otro: el crecimiento de las villas. Otro error de política pública que hay que cambiar. La urbanización lo unico que logró es hacer crecer las villas para arriba.
–Pero también les dio servicios, calles, transporte…
–Sí, pero siguen teniendo un riesgo de vida por la calidad habitacional, que no es digno. O la situación de inseguridad que se vive adentro de una villa. Padres que tienen más chances de que sus hijos estén cerca del paco. Y los que “alquilan” en una villa. Alguien va, usurpa un terreno, levanta un edificio, y pone en alquiler. Y se subalquila, además. Todo un negocio inmobiliario informal que tiene que pasar a ser formal.
–Sin embargo hay vecinos que encuentran una solución en esa informalidad porque no cumplen con los requisitos que demanda el sistema inmobiliario y no pueden acceder a una vivienda.
–Te voy a responder: a nadie le gusta vivir en una villa. Si hay una persona que te diga que le gusta vivir en una villa, está perdida. Porque está mal vivir en una villa. No es el lugar correspondiente para que se desarrolle una familia. Esto no me lo inventé yo, me lo dicen los que viven en una villa. Mi propuesta es “mirá, vos acá no podés alquilar más, tenés que alquilar en otro lado”. Tenés que crear un mercado formal y ahí entra el sector privado. Hacer licitaciones para que las constructoras hagan edificios dignos. No una escalera caracol, que tambalean. Basta de “peros”. Hay que buscar una solución.
–¿Qué le preocupa a los porteños?
La seguridad. Y si te fijas, todas mis propuestas están cruzadas de alguna manera por la seguridad. Basura, fisuras, trapitos, narcomenudeo, crecimiento de villas… Todo es inseguridad y todo es en vía pública. La teoría de las ventanas rotas, que aplicó Giuliani en Nueva York, habla de las pequeñas contravenciones. Eso no lo trata el Congreso de la Nación ni el Código Penal. Eso compete a los distritos, municipios, provincias. El merodeo: que un policía le pueda pedir el DNI a alguien que está en una situación sospechosa…

–Eso activa una memoria relacionada a un momento de este país que para mucha gente…
–Ciento por ciento. Pero no podemos bloquear esa discusión. ¿Te acordás de Mariano Barbieri, que lo mataron en una heladería? Que el policía pregunte y que el ciudadano explique. Que qué hace ahí, porqué anda por ahí. En Córdoba y en Salta está aplicado esto. En Ciudad de Buenos Aires no. El otro día que me enfrenté a un trapito, la policía le pidió los datos pero no el documento. Hay que darle más potestad a la policía para que actúe más rápido y no tenga que esperar a un fiscal.
–Pero cumple el tiempo de detención, sale y vuelve a ser trapito. ¿Cómo lo resolves?
–La propuesta es: detención inmediata por extorsión implícita y una prohibición para volver al lugar donde fue detenido.
–Cambia de barrio y hace lo mismo.
–Bueno, doble contravención más sanción. Hasta que aprenda. Está bien lo que planteás vos pero es un “pero”. Basta de “peros”.
–¿Y qué problema tenés con las ciclovías?
Ninguno. Fue una política pública basada en mostrar una sobre-gestión innecesaria y que pusieron demasiadas y algunas no se usan. Las que no se usan tienen que ser eliminadas. Propondría, como legislador, hacer un estudio a través de un pedido de informes para ver cuántos pasan por una bicisenda. Mi ojo es limitado, hay que hacer estadística. Usar las cámaras para saber cuántos ciclistas pasan por la bicisenda.

“Ramiro [Marra] sistemáticamente estuvo desconectado de lo que hacía La Libertad Avanza en la Ciudad y cuando votó a favor de un presupuesto que subía impuestos lo ejecutaron. Nosotros no podemos avalar una suba de impuestos de ninguna manera”, afirmó el Presidente cuando le consultaron los motivos por los cuáles lo expulsaron del partido. Marra sigue siendo leal a Javier Milei, reza el mantra creado por El Prócer, Alberto Benegas Lynch Hijo (“El liberalismo es un proyecto de vida basado en el principio de no agresión…”).
Amico, el perro, ladra y ladra, y hay que ponerle un bozal. En eso está Marra cuando se acercan dos señoras. Al menos en esta plaza en Devoto, en la tarde que cae tibia, al candidato le cambió el público: ya no son tan jóvenes ni sólo varones. Las señoras le dicen: “Qué injusticia lo que te hicieron. Qué brava es Karina, hay que tenerla lejos”. Marra deberá pelear los votos con el incondicional Manuel Adorni, el candidato puesto por la hermana de Milei que en plena campaña sigue oficiando de vocero. ¿Votar a Marra es votar en contra de El Jefe?
VDM/MG
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