Milei acelera la campaña en el conurbano mientras la Justicia sigue el rastro de Spagnuolo

Javier Milei eligió responder al tembladeral político que atraviesa su gobierno con una sobredosis de campaña. Mientras la Justicia avanza en la investigación por los audios de Diego Spagnuolo y en la Casa Rosada se multiplican las especulaciones sobre quiénes podrían quedar alcanzados, el Presidente mantiene una agenda frenética en territorio bonaerense. Este miércoles encabezará en Lomas de Zamora una caravana en pleno corazón del conurbano, después de haber pasado por Junín y con nuevas escalas ya previstas en otros distritos. El objetivo es transmitir normalidad, mostrar poder de movilización y sostener la iniciativa política rumbo a las elecciones provinciales del 7 de septiembre.
El lunes por la noche Milei se presentó en Junín, tras haber inaugurado por la mañana un edificio de Corporación América, y desplegó un acto de alto voltaje en el Teatro San Carlos. Allí arengó con cánticos, abrazó a sus candidatos y prometió “clavarle el último clavo al cajón al kirchnerismo”. Entre consignas contra la oposición y un fallido en el que dijo que le están “afanando los choreos”, Milei buscó recrear la épica de 2023 y dar inicio a una seguidilla de recorridas que, además de Lomas de Zamora, ya tiene como próxima parada a Moreno, donde podría tener lugar su cierre de campaña.

En el sur del conurbano, el oficialismo prepara una apuesta fuerte. La caravana prevista para mañana junto a José Luis Espert, Diego Santilli y los candidatos seccionales, entre ellos Maximiliano Bondarenko (cabeza de lista en la Tercera) y Miriam Niveyro, tendrá lugar en un distrito simbólico, históricamente gobernado por el peronismo, pero decisivo por su peso electoral. “La apuesta es recrear el formato callejero de hace dos años”, deslizaban a elDiarioAR fuentes libertarias.
El acto de anoche en Junín, tierra del intendente del PRO Pablo Petrecca, había sido postergado la semana pasada por la lluvia. Fue la primera aparición masiva del Presidente desde que estalló el caso Spagnuolo, lo que lo convirtió en una suerte de prueba de resistencia para el oficialismo. La previa no fue sencilla: hubo incidentes y agresiones que encendieron alarmas en el entorno libertario. Ese contexto explica por qué Karina Milei eligió abrir su propio discurso con un gesto de solidaridad hacia la militancia golpeada y la repetición de la consigna que hoy vertebra toda la campaña: “Kirchnerismo nunca más”.

Incertidumbre oficial
La hermana del Presidente juega a dos bandas. Por un lado, asumió protagonismo en la campaña, con discursos breves pero de alto contenido simbólico; por el otro, en el escándalo de Spagnuolo adoptó una estrategia opuesta: replegarse del foco y trasladar la presión a los Menem. Así lo definió el domingo, y así lo ejecutaron el lunes, tras una reunión en el Salón Norte de Casa Rosada encabezada por Santiago Caputo, junto al armador bonaerense Sebastián Pareja, su equipo de campaña y los estrategas de Move Group, la consultora de la que supo formar parte el asesor presidencial y que hoy tiene a Tomás Vidal como su cara visible. El diagnóstico fue compartido: el escándalo no podía silenciarse, pero sí encapsularse. Se discutió incluso cómo mantener el control narrativo en redes sociales y reducir el caso a un “ruido mediático” que no contamine la campaña en el territorio.
El contraste con lo que sucede puertas adentro es notorio. Mientras afuera Milei se muestra hiperactivo, adentro se respira cautela. El juez Sebastián Casanello y el fiscal Franco Picardi ya ordenaron allanamientos en la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y en domicilios vinculados a la droguería Suizo Argentina, y se concentran en abrir el teléfono de Spagnuolo, considerado una caja de resonancia capaz de comprometer a más nombres del oficialismo. En Tribunales describen ese aparato como “una bomba de tiempo”: allí habría conversaciones de WhatsApp, audios y cruces de mensajes que podrían dar mayor verosimilitud a las denuncias de coimas y aportarle al expediente trazas de responsabilidades políticas más arriba en la cadena de mando. Por eso, la expectativa en Comodoro Py es alta y, al mismo tiempo, reina un fuerte hermetismo sobre el contenido.

Las nuevas filtraciones que ya circularon, con menciones a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y a la excanciller Diana Mondino, agudizan la incertidumbre en la Casa Rosada. Funcionarios judiciales remarcan que el expediente todavía se encuentra en una etapa preliminar, pero advierten que cualquier indicio verificable sobre circuitos de dinero o pedidos de retornos podría derivar en indagatorias y procesamientos antes de septiembre. En paralelo, la investigación sobre los hermanos Kovalivker, dueños de la droguería Suizo Argentina, apunta a un entramado de proveedores estatales que podría explicar el origen de las maniobras denunciadas. Esa pista encendió alarmas adicionales en el Gobierno: se teme que lo que comenzó como un caso en la Andis termine ramificándose hacia otras áreas sensibles del Estado.
Es que el choque de climas es evidente: en los escenarios Milei baila, canta y promete enterrar al kirchnerismo, mientras en los despachos oficiales la tensión se mastica en silencio. El Presidente apuesta a que la sobredosis de campaña alcance para tapar el ruido de tribunales y blindar a su hermana y a su círculo más cercano. Pero cada nuevo audio, cada movimiento de la Justicia, abre la posibilidad de que la épica libertaria quede desacompasada frente a una realidad que golpea más cerca del corazón del poder. En esa grieta —entre la mística de la calle y el murmullo sombrío de Balcarce 50— se juega el verdadero pulso de la campaña.
PL/MG
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