Con la herida fresca de la derrota en la provincia de Buenos Aires, la Casa Rosada busca una salida de urgencia de cara a las elecciones de octubre: este martes por la tarde se inauguró la mesa política bonaerense, un ring donde convivirán Karina Milei y Santiago Caputo con las principales espadas del PRO en el territorio donde el domingo pasado la alianza oficialista alcanzó el 33,8% de los votos, muy por detrás de los casi 47 puntos logrados por Fuerza Patria.
El encuentro, que se extendió por más de dos horas en el Salón Norte de Balcarce 50, reunió a Cristian Ritondo y Diego Santilli, además de los referentes locales Diego Valenzuela, Guillermo Montenegro y Ramón Lanús. Por el lado libertario, formaron parte Sebastián Pareja —blanco de críticas tras el traspié—, José Luis Espert y el legislador electo Maximiliano Bondarenko, apuntado internamente por sus recientes dardos al plan económico oficial, lanzados a modo de autocrítica.
La jugada, leída como un gesto de contención y de supervivencia, llegó apenas horas después de que Javier Milei estrenara la mesa política nacional, el nuevo dispositivo con el que intenta retomar el timón en medio del tembladeral.
Esa decisión presidencial se conoció luego de una jornada frenética: ayer lunes, el libertario reunió a su Gabinete en dos tandas —una a la mañana y otra a la tarde— y, al final del día, su vocero Manuel Adorni anunció la creación de tres instancias paralelas de coordinación: la mesa nacional, la bonaerense y un espacio “federal” de diálogo con gobernadores. “El Presidente de la Nación tomó la decisión de conformar una mesa política nacional. La misma será presidida por él y estará conformada por: Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y yo”, escribió Adorni en redes sociales.
Este martes, el oficialismo difundió un mensaje en el que buscó reforzar la idea de que no habrá marcha atrás con el rumbo trazado. En el comunicado, La Libertad Avanza señaló que el objetivo central es “defender el rumbo que venimos construyendo porque es el único que nos puede conducir a la prosperidad”.
La nota enfatizó la voluntad de sostener el proyecto “con uñas y dientes”, bajo el argumento de que “todas las demás recetas ya fracasaron” y que, aunque el camino sea difícil, “es el único posible para salir del pozo en el que nos dejaron”. Y sumó un mensaje de confrontación: advirtió que el Gobierno seguirá adelante “aunque los medios, los políticos, los empresarios y todos los que quieren detener el cambio nos ataquen”.
Mesa bonaerense
La mesa bonaerense, en tanto, refleja un delicado equilibrio: ratifica a Pareja como coordinador electoral en el distrito más importante del país, pese a las críticas de Las Fuerzas del Cielo, y al mismo tiempo abre la puerta al PRO, socio estratégico que aportó intendentes, fiscales y despliegue territorial en la campaña. Montenegro y Lanús llegan con la legitimidad de haber retenido sus distritos —General Pueyrredón y San Isidro—, mientras que Santilli y Ritondo arrastran la tarea de recomponer a un macrismo que también salió golpeado por el resultado.
De acuerdo con el texto difundido tras el encuentro de este martes, los participantes coincidieron en la necesidad de una “autocrítica”: reconocieron que no lograron transmitir con claridad el sentido del “sacrificio” que los bonaerenses están haciendo en el marco del plan de gobierno de Milei. Al mismo tiempo, remarcaron que el kirchnerismo desplegó una movilización “como nunca antes se había visto”, apelando a “viejas prácticas” que —según la versión oficialista— terminaron pesando en el resultado electoral.
“La Libertad Avanza omitió dicha situación y no logró convencer de concurrir a votar a todos aquellos que quieren un cambio en la Provincia”, admite el comunicado, en el que se señala que estas condiciones explican “de manera global” el desempeño adverso en las urnas.
La convocatoria formal para la mesa se cursó recién hoy por la mañana. A las 14 debían estar en la Casa Rosada. Una notificación de último momento que obligó a varios referentes a ajustar sus agendas, como fue el caso de Guillermo Montenegro, que terminó cancelando un viaje programado a su distrito.
Estrategia “insuficiente”
En el entorno de Santiago Caputo creen que las nuevas mesas no alcanzan para resolver las fracturas profundas que atraviesan al Gobierno. Según esa mirada, el modelo de construcción política que impulsan los primos Martín y Lule Menem terminó por erosionar los vínculos con los gobernadores y abrió la puerta a dirigentes que poco tienen que ver con el ideario libertario. Desde la otra vereda, en cambio, prefieren evitar un choque frontal: admiten que la derrota en la provincia de Buenos Aires fue dura, pero apuestan a que todavía hay margen para corregir el rumbo y recuperar terreno de cara al 26 de octubre.
El contexto no podría ser más adverso: el oficialismo cayó en seis de las ocho secciones bonaerenses y perdió más de un millón de votos respecto de 2023. El mazazo arrastró también al PRO, que vio cómo sus intendentes quedaron a mitad de camino y sus dirigentes fueron relegados en el búnker de Gonnet, sin siquiera subir al escenario de la derrota. En ese marco, la mesa bonaerense se presenta como un intento de recomposición de la alianza, con vistas a las legislativas de octubre, donde Milei se juega buena parte de su capital político en el Congreso.
Mientras tanto, los gobernadores preparan su propia demostración de fuerza: este viernes se reunirán en Río Cuarto, Córdoba, bajo el paraguas de Provincias Unidas. Allí confluirán Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz), entre otros. La convocatoria es una respuesta al llamado de Milei a una mesa de “diálogo federal”, que la mayoría de los mandatarios considera un gesto vacío después de meses de promesas incumplidas.
Entre tanto, en Balcarce 50 se intenta transmitir calma. No habrá cambios inmediatos en el Gabinete ni en el comando político, aunque en los pasillos abundan las recriminaciones cruzadas: el caputismo responsabiliza a los Menem y a Pareja por los cierres fallidos y la falta de fiscalización, mientras que el karinismo defiende la continuidad del esquema, convencido de que la derrota fue circunstancial y que el rumbo económico debe sostenerse sin concesiones.
Sin embargo, el revés bonaerense y el rojo de los mercados empujaron a Milei a ampliar la mesa de conducción. En su círculo admiten que se trata de un recurso ya utilizado, con eficacia relativa, pero en el actual tembladeral político funciona como un intento de reafirmar liderazgo y proyectar capacidad de mando. La actividad no se detiene: mañana el Presidente volverá a reunir a su gabinete, hilvanando tres días consecutivos de frenéticas deliberaciones tras la derrota por 13 puntos frente al kirchnerismo.
PL/MC